En desagravio de Vanessa Friedmann

1. Introducción

Hace un mes, antes del incidente que relaciona a Vanessa Friedmann a la política venezolana actual, el Movimiento Libertadores publicó una elegía en honor del líder fallecido de Acción Democrática Lewis Pérez Daboin. Ahí se habló de las glorias pasadas de ese partido, y mencionamos a Rómulo Betancourt, Alberto Carnevali, Leonardo Ruiz Pineda, Pinto Salinas, Luis Hurtado y Raúl Leoni.

En ese momento mostramos que había militantes adecos que hoy evocarían a esos padres fundadores jugando coraje y no cohabitación, como están haciendo los actuales jefes del partido. En ese sentido mencionamos dos nombres, además del de Lewis Pérez:

"Bastiones de ese espíritu todavía quedan, como Alfredo Coronil Hartmann, hijo político (tanto en lo legal como en lo doctrinal y cultural) de Rómulo, de la vieja guardia, o Vanessa Friedmann, de la nueva. Esperanzas de renovación de esa agrupación política, que quiere volver a sus raíces, como el país"

Hoy queremos defender a Vanessa, miembro del Consejo Consultivo el Movimiento Libertadores, y promotora del proyecto de alianza política del Pacto Republicano, de los arteros y rastreros ataques que ha recibido de los corruptos de la política venezolana, liderados por Henry Ramos Allup, indigno secretario general del partido blanco.

2. El político tiene presunción de culpabilidad. El ciudadano, de inocencia.

Es conocido en las democracias normales en todo el mundo, y en toda la historia, que un político, como tal, tiene presunción de culpabilidad ante los ciudadanos a la hora de un juicio político. Mientras un veredicto en un juicio político de un ciudadano determina si se vota por él, si se habla bien o mal de él cuando se conversa con otro elector, si se va a una marcha convocada por él, el veredicto de un tribunal de justicia puede implicar cárcel. La famosa frase de Plutarco, de que "la esposa del César no solo debe ser honesta, sino también parecerlo" se refiere exactamente al tema del juicio político, y su diferencia con el judicial: Un político tiene la carga de la prueba, pues debe demostrar fehacientemente, con sus acciones, y no solo con palabras, que no es corrupto ante los ciudadanos, más allá de toda duda inicial como punto de partida natural.

Contradiciendo esto, y de manera inaudita para estándares histórico-mundiales, cierto establishment político venezolano ha impuesto, por la vía de la cultura del caza-rentismo, una suerte de inmunidad de juicio para los políticos en general, y los corruptos en particular, al establecer que los ciudadanos no los pueden juzgar y ni condenar políticamente si no tienen pruebas. Como si se tratara de un proceso judicial, donde el principio de presunción de inocencia sobre cualquier persona, sea política o no, rige como debe ser.

Si un ciudadano cuestiona a un político, es descalificado, y condenado, si no tiene pruebas de grado legal contra él, por esta "policital correctness" contra natura que se ha impuesto aquí.

La inmunidad que debería tener un ciudadano a la hora de juzgar al político se elimina impunemente, y cuesta demostrar que eso es una aberración, incluso entre gente bien intencionada. A la que le han metido en la cabeza, últimamente, que juzgar a un político es algo "chavista". Que debe esperar a que un tribunal condene a un político antes de poder hablar mal de él.

Con esto atacan a las personas de los ciudadanos venezolanos, los condenan políticamente, y les impiden, por la vía sicológica de subyugación ideológica, ejercer su derecho natural (más allá de cualquier constitución) en una democracia. Cuando debería ser lo contrario.

3. Bases teóricas del derecho ciudadano al juicio político.

Es de hacer notar que este derecho natural no solo viene de la política en las democracias representativas, por la existencia de la asimetría de información entre el agente (el político) y el principal (el ciudadano). Viene, como se sabe en Teoría de Juegos, de cualquier situación en el quehacer humano en que un jugador tiene información privilegiada que afecta a otro, quien se ve impactado por eso en su relación. Un político puede ser pagado, ejemplo por Helsinge, Odebrecht, Derwick, Ruperti o Vargas, para que no represente los intereses de lo electores, sino los de ellos. El problema se da en muchos otros ámbitos, como en la relación entre un consumidor (principal) y un comerciante (agente), entre un el dueño de una empresa (principal) y un gerente (agente).

Si un consumidor cuestiona a una marca de Toyota por sus frenos, por ejemplo, la empresa está obligada, para mantener su imagen, a hacer una prueba, con un investigador independiente y confiable para los consumidores, para verificar que es falsa la acusación. Si es cierta, lo reconoce, y cambia los frenos de los carros respectivos. Si es erróneo el cuestionamiento, la marca sale favorecida en todo el proceso, por la fama adicional que se deriva de ello.

En Venezuela no es así en la política, como venimos diciendo. La situación llega a tal grado de aberración, que cuando un ciudadano (como el consumidor en el ejemplo), o un periodista desligado del caza-rentismo, osa cuestionar a un político corrupto famoso, se convierte en el objetivo de feroces ataques de todo tipo.

Afortunadamente la teoría estándar al respecto, de cheap talk games, juegos de señales (juegos dinámicos con información asimétrica), el problema de la agencia, y la gerencia óptima de juicio por desempeño vienen en nuestra ayuda. Es de hacer notar que la gerencia óptima no implica perfección, por lo que se nos ha criticado desde la MUD y el Frente amplio: se minimizan, no se eliminan, los errores tipo I, de condenar a un inocente, por ejemplo entre quienes creen que cohabitar es lo óptimo sin ser corruptos, solo por equivocación. Y se minimizan también los errores tipo II de absolver a un culpable, por ejemplo aceptando a un corrupto en las filas de la coalición contra el caza-rentismo, solo porque juega coraje.

Eso errores surgen porque el gerente no puede decidir por variables que no ve (como muchas veces el esfuerzo, o la corrupción), sino por variables que ve (como el desempeño, la estrategia que un político ha jugado). No decidir aquí es criminal, con el pretexto de que "nadie tiene la verdad absoluta". Es lo que se hace incluso en ciencia.

En gerencia de negocios, como debe ser en gerencia política, lo perfecto es enemigo de lo bueno. Es lo que estamos aplicando aquí, y hace tanta falta en la Venezuela de las corruptelas políticas como algo normal y aceptable. Que es lo que queremos cambiar con acciones conducentes, con sólidos principios éticos y teóricos.

4. Cuatro operaciones del político corrupto venezolano para esconderse.

En vez de actuar como en cualquier democracia y aprovechar la acusación para aumentar su prestigio, como en el caso de la Toyota, aportando pruebas, el político cuestionado acusa al ciudadano, argumentando contra su persona, en primer lugar. Recurre a todo tipo de falacias para hacer esto, usando toda su maquinaria de relaciones personales e institucionales, tarifadas a propósito, como las mediáticas del establishment caza-renta, para atacar al ciudadano o periodista, con el fin de desprestigiarlo, usando la falacia argumental ad hominem, como si el asunto no fuera su tema, sino el del carácter de la persona que osa cuestionarlo. Otra falacia muy usual es la del hombre de paja, buscando cualquier defecto en la persona a ser atacada, y magnificándolo. Como raramente alguien es un santo, siempre encuentran defectos que "justifican" la descalificación, y la absolución sin base, por contraste, del político de marras.

Segundo, lo descalifica usando la "base cultural sólida" con que cuentan los políticos corruptos aquí: porque el político en cuestión no ha sido condenado por un tribunal, y el ciudadano en cuestión no ha mostrado, con pruebas, que el político es culpable.

Tercero, divide a los ciudadanos en facciones que favorecen uno u otro partido o político, para ponerlos a pelear entre sí, como en un teatro de títeres en que los partidócratas mueven los hilos, los espectadores se pronuncian por uno u otro títere y se pelean entre sí, y ellos quedan exonerados de consideración pública siquiera, evadiendo el tema en cuestión.

Cuarto, busca apoyos políticos de gente ingenua o cómplice por vías no-pecuniarias, que aparentemente tiene credibilidad, para diluir la acusación, y salir ileso del cuestionamiento ciudadano.

Ninguna de estas cuatro operaciones debe absolver a un político cuestionado, claro. Pero volviendo al primero, para finalizar, sabemos por la teoría del discurso (falacia ad hominem) y hasta por la doctrina espiritual de Jesús de Nazaret, que si alguien es incluso un fariseo, y dice la verdad, hay que seguir lo que dice, no a quien lo dice. Así pues, hasta en el extremo de que un ciudadano fuera corrupto, pero dice la verdad sobre un político, o da indicios adicionales sobre su presunción inicial de deshonestidad, hay que seguir lo que dice. Es no es causa para dejar de cuestionar al político en cuestión.

5. Caso de Vanessa Friedmann y su relación al tema de Ramos Allup

Es lo que se ha pretendido hacer con la persona que queremos desagraviar y reivindicar, cuyo nombre salió mencionado a propósito del artículo de Orlando Avendaño, del PanAm Post, que mostró indicios de implicación de familiares de Ramos Allup en actos de corrupción en contra de PDVSA y la nación. Posteriormente ha salido más evidencia del carácter corrupto de ese influyente político venezolano. Su talante anti-democrático en el partido, al eternizarse como secretario general. Sus relaciones cuestionables, sus decisiones parlamentarias contra la nación y por intereses personales y familiares, entre otras cosas.

Lo que se ha ventilado en torno a Ramos Allup no es solo cierto como presunción política inicial reafirmada por claros indicios adicionales. Sin embargo, en vez de asumir su responsabilidad como político y presentar pruebas de su honestidad, de su práctica democrática dentro del partido, de su respuesta a todas las acusaciones formuladas, asumiendo la carga de la prueba, como la Toyota, demostrando su inocencia, o reconociendo su error si es el caso, pidiendo disculpas, resarciendo el daño causado a los venezolanos por su corrupción y haciendo propósito creíble de enmienda; ha usado sistemáticamente las cuatro formas mencionadas para evadirse y pretender salir ileso. Lo cual en sí mismo agrega más sospechas sobre él.

Mientras tanto, Vanessa ha tenido una conducta intachable en este caso. Y su vida, además, es una muestra de lo que debe ser el ciudadano venezolano. Y, como dijimos, un militante político. Tiene una trayectoria sin tacha en la función pública. Ha brillado como defensora de estudiantes presos por razones políticas, y sus DDHH. Ha sido notable su actividad en los gremios empresariales más importantes del país, donde es ampliamente conocida y reputada. Y es muy valorada y estimada como miembro activo de su comunidad, entre jóvenes y adultos, con los que ha hecho trabajo para su promoción y su dignificación humana y política.

Acción Democrática, partido en el cual ella milita, no la debería estarla atacando, como ha ocurrido, sino más bien protegiendo, valorando, como militante sobresaliente de base, y como representante de las nuevas corrientes que pueden garantizar la limpieza del partido, luego de tantas y tan continuadas manchas desde el comportamiento original de sus fundadores. Ese sería el tipo de partidos que necesita Venezuela, y que el Movimiento Libertadores promueve para nuestro país.

Por si fuera poco, los ataques han incluido insinuaciones relacionadas con su condición de mujer. Se han cuestionado sus relaciones sentimentales. Con acusaciones no solo falsas, bajas y aberrantes, pretendiendo arrojar dudas sobre ella, como si tuviera la carga de la prueba, presunción de culpabilidad, cuando es una militante de base, y no una líder del partido. Sino que son acusaciones absurdas, sin basamento alguno en la lógica personal.

Por último, no es común, sobre todo en esta cultura de la corrupción que nos arropa, que una mujer se divorcie de su marido cuando observa la corrupción en la que anda. Y que lo denuncie en un juicio por ello. En vez de atacarla, esto debe reconocerse como una "señal costosa" (que solo el trigo es capaz de dar en el proceso de separación con la paja) que muestra con hechos, más allá de las palabras, su talante ético. Pudo haber disfrutado de las altísimas sumas de corrupción que llegan, como sabemos, a los miles de millones de dólares envueltas en este caso. Lo cual indica que esto, en vez de generar sospechas sobre ella, más bien la proyecta como una persona con la catadura correcta, sobre todo en la Venezuela por venir, si quiere dedicarse a la política. Que la ataquen habla muy mal de los que lo hacen. Y muy bien de ella, de cara a los ciudadanos.

6. Conclusión: hacia la coalición del coraje, y Juan Guaidó.

Queremos aprovechar este mensaje para alertar al pueblo venezolano sobre el verdadero mapa de conflicto en el país. No es entre el desgobierno y la oposición, como en otros países dictatoriales. Es, por un lado, entre el cartel de mafias delincuenciales caza-renta, que captura tanto al gobierno, como a parte importante de la oposición política, y el resto de los venezolanos, por el otro.

Y notemos que los corruptos en la oposición han adoptado la estrategia de la cohabitación, que implica que el régimen se queda, se oxigena, o que hay un cambio gatopardiano, en que sigue el caza-rentismo, con distinto títere. Y que los que representan al resto de los venezolanos, la gente honesta, han adoptado la estrategia del coraje. Tanto los aliados internacionales (EEUU, Colombia, Brasil), como los militares y policías rebeldes, como la sociedad civil en la calle y las redes sociales, como los partidos caracterizados por la consecuencia y coherencia en esta lucha.

No es, pues, casualidad que los corruptos quieran ocultarse tras bambalinas, ponernos a pelear entre nosotros, atacarnos cuando vislumbramos qué es en realidad lo que está pasando tras las cortinas del teatro de títeres, con el robo enmascarado y descomunal que han cometido con las arcas de la nación, matándonos en el proceso, haciéndonos creer que debemos unirnos a ellos para sacar a uno de los títeres, para que nos quedemos con otros, y ellos sigan disfrutando de las mieles del poder, sin cambios fundamentales, de modelo cleptocrático, en el que el pueblo siempre sigue engañado y robado, sin posibilidad de que el país se desarrolle económica, social y políticamente. Para seguir impidiendo que seamos una democracia como en otros países, y los ciudadanos seamos los verdaderos dueños de la república, en que no solo se nos respete, sino que se nos sirva, como debe ser.

Estamos diciendo con todo esto que ya basta, y queremos defendernos y unirnos en la unión correcta, en función del interés de los ciudadanos y la reconstrucción del país. La unión que suma fuerzas contra Maduro y la banda de los siete, y contra el sistema caza-renta y sus agentes en la "oposición".

Lo que hemos descrito aquí no es más que una manifestación de quién es quién. Independientemente del partido y su ideología, pues hasta partidos muy cuestionados por su dirigencia tienen gente buena. Por primera vez en mucho tiempo se están cayendo las caretas en la política venezolana, debido a la crisis abismal que ha mostrado quiénes manejan los hilos del poder, los verdaderos enemigos, con sus agentes en los partidos, las instituciones mediáticas, académicas, de analistas, de encuestadoras.

No solo no debemos desaprovechar esta oportunidad histórica. Sino que no hacerlo, como pretenden los corruptos, sería un crimen contra el futuro, y contra quienes han muerto, quienes están presos, han sido torturados, han emigrado para pasar trabajo, y han sufrido hambre, enfermedad e incontables penurias.

Por eso los ciudadanos debemos tomar conciencia de todas estas cosas, y no debemos dejar que nos dividan los titiriteros del caza-rentismo. Pues nuestros intereses son comunes. Debemos estar sólidamente unidos contra el verdadero enemigo. Y no dejarnos llevar por engaños, falacias, ignorancias, fanatismos ni caudillismos. Ya que la situación es de vida o muerte para millones de personas hoy y en el futuro; y debemos abrir la mente a la realidad que la cultura del caza-rentismo ha mantenido oculta.

Igualmente lo exhortamos a Usted, Presidente Juan Guaidó, para que no se deje utilizar, emboscar y capturar por intereses mezquinos y corruptos usando su buena fe y sus aspiraciones electorales legítimas para tentarlo, en contra del interés de los venezolanos honestos, que quieren un cambio expedito, cortando por lo sano. Usted también es un político, y está bajo sospecha inicial. Y con sus acciones debe demostrar que es honesto, confiable y digno de crédito.

No solo debe ser honesto, pues, sino también parecerlo. Y esas fotos con Ramos Allup, Bernabé Gutiérrez, Rosales, y otros opositores cuyo desempeño es cuestionable no lo favorecen. Al contrario, generan mucha desconfianza, pues muestran que hace equipo con ellos y usa el mismo modus operandi caza-renta de las cuatro formas de evadirse del escrutinio ciudadano, haciendo caso omiso de las críticas, ofendiendo la inteligencia y el derecho de los ciudadanos, quienes, como en el caso de los consumidores con la Toyota, tienen derecho a exigir aclaratorias para poder seguir confiando en la marca. Todavía está a tiempo de salirse de las malas compañías y de esa cultura, pues gente bien intencionada y sin experiencia y conocimiento, como hemos dicho, también cae en eso. Pero debe hacer como Churchill: dejar la alianza con Mussolini, un cohabitador con Hitler, y aliarse con Stalin, un jugador del coraje frente al nazi, aunque esa separación, y esta unión, no sea fácil. Pero la exige el país y su compromiso y responsabilidad como líder principal con el que contamos para esto.

El cambio expedito mencionado es perfectamente posible, y urgente, pues, siempre y cuando hagamos esa nueva alianza: si nos unimos los del coraje en un "Pacto Republicano", con EEUU liderando la parte internacional, nuestros militares y policías patriotas, los partidos del coraje, y la sociedad civil independiente, tanto en la calle, como en las redes sociales.

Finalmente, estamos seguros que ganaremos esta compleja batalla, y saldremos del sátrapa pronto. Nuestras fuerzas en este mapa de conflicto son inmensamente superiores, y se han estado activando ya, con cada vez más coordinación, a la que las circunstancias nos han estado llevando, aún a regañadientes en algunos casos, para vencer el egoísmo y cambiar el juego. También ganaremos la guerra contra el caza-rentismo como régimen en el proceso de reconstrucción de Venezuela. Para eso necesitamos ciudadanos y militantes honestos, como Vanessa Friedmann.

Todos somos libertadores

La primavera está cerca



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Felipe Pérez Martí

Economista. Coordinador del Movimiento Libertadores. Ex-ministro de Planificación y Desarrollo.

 felipeperezmarti@gmail.com      @Sabiens

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