Nada de Chávez, ahora es Maduro y Cilia

Sin hacer comparación con Stalin, llegará el momento que los propios chavistas se atrevan a criticar abiertamente los errores del ex presidente y sobre todo el tremendo daño que su mandato hizo en el país. Lo heredado por Maduro tiene un solo culpable, pero esa falsa creencia que decir las verdades del proceso perjudicara la revolución, hace que muchas voces callen. Nicolás puede competir con aquel investigador de la administración que desarrollo teorías desde la simple plataforma de obrero, compitiendo con otro experto en la materia que aportaba sus ideas desde el plano gerencial. Los cambios puestos en práctica por nuestro presidente, llevan en el fondo sabor a revolución. No crean que los cambios en la economía mundial a través de la historia han sido fáciles. La utilización del Petro tiende a convertirse sin querer queriendo en un patrón monetario mundial. Capaz de competir con el dólar como moneda de mayor confianza internacional, suena a ilusión, pero quien creía en Bolívar cuando emprendió la liberación de 5 naciones. Uno no sabe si Maduro es sortario o los consejos de Cilia Adela le iluminan el camino, porque Bolívar trató de crear La Gran Colombia, mediante la lucha armada, sacando al Imperio Español de nuestras tierras. Chávez pretendió extender el socialismo del siglo 21 por arriba, colaborando con la elección de presidentes latinoamericanos. Ahora en el gobierno de Maduro, prácticamente se realiza una invasión masiva en toda la región, donde cada quién financia sus gastos de movilización y al llegar al destino el propio país les brinda ayuda humanitaria, fenómeno mundial que supera con creces el efecto Venezuela del gobierno de Carlos Andrés Pérez, como si fuera poco los movilizados exigen les envíen la pensión millonaria al país en donde residen. No sabemos si es algo planificado o fortuito pero ese éxodo se ha convertido en una toma pacífica de Latinoamérica. A partir del primero de Septiembre cada vez que los trabajadores y pensionados gasten un soberano le darán las gracias a Maduro, ni se acordaran de Chávez, los que si lo recordaran serán los empresarios por haber dejado a Nicolás, tal como le reclamaban a Rafael Caldera el hecho de haber soltado a Hugo Chávez. Con menos dificultades Chávez renunció, Maduro se sobrepone corriendo hacia delante. Todavía le falta superar la mayor prueba con el aumento de la gasolina, indudablemente que toma previsiones con el censo vehicular. Si todo va bien algunos tendrán que pisar tierra, como Diosdado, que se verá obligado a colocar en su programa Con El Mazo Dando: "aquí se prohíbe hablar mal de Maduro". Otro que se verá obligado a cambiar de estrategia de campaña es Rafael Ramírez, debe salirse del escenario chavista, entenderá que defender el legado del comandante es restearse por una botella vacía, y seguirse auto calificando su verdadero heredero político lo podrá rayar. Veremos que sucede, de fracasar todo, suponemos que Cilia Adela ya debe tener listo un plan B.



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Pedro De Lilla

Cronista e investigador social

 pedrodanieldelilla@gmail.com

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