Mis recuerdos antes, durante i después del 23 de Enero que luego refrendé con la Historia

“Los hechos y las fechas son el
  esqueleto de la Historia; las costumbres
  las ideas y los intereses son la carne y
  la vida de la misma”
                      Voltaire
“La historia de la Iglesia debe enseñarse con
gran probidad: Dios no necesita mentiras”
                                                     León XIII


       Estas consideraciones sobre el 23 de enero, son mui personales mostrando como un ciudadano común, sin compromisos partidistas i sometimiento a principios de esas organizaciones, vio u observó una fecha tan interesante en la historia contemporánea de la patria; jamás quise militar en partido político alguno, pese a que en el gremio médico por lo menos, la fracción de Acción Democrática, tenía muchos profesionales honestos, i de indiscutible valor en la Medicina. Algunos fueron mis profesores i quien me formó como gineco-obstetra, fue nada menos que el Dr. Rafael Belloso Chacín, casi contemporáneo con mi padre, i un profesional excepcional –me enorgullesco de haber sido su discípulo− i consta que fue un prominente miembro de AD en el Zulia. Sin embargo, eran hombres distintos, no anteponían la política a sus deberes ciudadanos i a la profesión médica; así fueron también Máximo Artega  Pérez, Alberto Medina Acosta, Silvestre Rincón Fuenmayor, Antonio Borjas Romero (para limitar citas) o en el mismo partido COPEI, del cual estuve siempre alejado por el uso de la religión en la política, hubo hombres honorables que me distinguieron con su amistad, como Adolfo Pons, Ramón Soto Matos, Vinicio Casas Rincón, Humberto Delgado Rivas, Hugo Parra León, Wintila Pérez Romero (hijo de Udón Pérez). Todavía Rómulo Bethancourt, antiguo comunista que se vendió al Imperio, no había convertido al llamado “partido del pueblo” en una maquinaria hostil, corrupta i ganadora de elecciones a como diera lugar. Su Ministro del Interior, Carlos Andrés Pérez, fue el primer ministro policía i perseguidor que acató la orden de su jefe, de “disparen primero i averigüen después” i creador de las brigadas de choque, disturbios i asesinatos. Bethancourt, cambió la Dictadura Perezjimenista, por la Dictadura de partidos.

     ¿Qué me sucedía antes del 23 de enero del 58? Sencillamente era un profesional de la medicina relativamente recién graduado (1952) entregado de lleno a los estudios, al trabajo en el Hospital Quirúrgico (de donde salí por mis primera justas rebeldías, luego de 4 años de labor), en la Policlínica D'Empaire, la mejor clínica fundada hasta ese momento i donde fui residente i Jefe de residentes por unos 10 años, así como colaborador en la Clínica Paraíso de mi maestro Belloso Chacín quien me hacía el honor de encargarme de su clientela, cuando viajaba, estaba enfermo o alguna otra novedad. Pese a que el Dr. Eloy Párraga Villamarín, Gobernador que me encargó de la Junta Pro Fomento del Museo de Bellas Artes (Ad honoren), era mi vecino en la Urbanización Irama i quería me fuera a la Universidad Rafael María Baralt, cuando ya era profesor de L.U.Z desde 1954 i compartimos conversaciones con el Dr. Humberto Fernández Morán, jamás acepté su peticiones de inscribirme en AD. Le decía: allí lo que voi es visitar el Tribunal Disciplinario varias veces, como me sucedió con el Colegio de Médicos que se lo alternaban adecos i copeyanos.

     Lo cierto es que en aquellos tiempos, tenía casi vecino, una cuadra doblando la esquina en el sector Indio Mara, cerca del Estadio Olímpico, vivía un colega que siempre he valorado como excelente médico, amigo entrañable  i de una gran personalidad: el colega Dr. David Chumaceiro  Ch., un adeco que es casi una excepción de honestidad i calidad científica como Pediatra, que organizó en Maracaibo el llamado entonces Consejo Venezolano del Niño, con tanto éxito i honestidad en todos los aspectos posibles, que se lo llevaron a Caracas para hacer lo mismo. Lo logró igualmente, pero cosechó rivales de su misma tolda, hasta que lo “derrocaron” i lo hicieron casi invisible hasta el sol de hoi. Esas mafias no toleran la honradez i el honor. Pues bien, l día 23 de enero, a eso de las tres de la madrugada más o menos, sonó el teléfono en la sala i me apresuré a tomarlo pensando se tratase de una parturienta. Las palabras fueron breves: −Roberto, ¡Cayó Pérez Jiménez! De seguido buscamos información en la radio, nos levantamos, llamamos a otros amigo i nos enteramos de los hechos.
 

     Días antes, ya se presentía lo que venía, i en la Biblioteca de la Policlínica DÉmpaire en el tercer piso, que estaba a mi cargo, tenía un estrado, pizarrón i otras comodidades como para dar clases o conferencias i yo lo usaba también para las clases sabatinas del Método Psico-Profiláctico  de Preparación para el Parto Indoloro o Sin Temor, del Dr. Reed i autores soviéticos i argentinos; allí nos reunimos unos pocos colegas de la institución i llegaron otros invitados. Se redactó un documento de rechazo a la dictadura i todos firmamos. El dictador estaba a punto de caer, pero no sucedió durante poquitos días, en los cuales muchos colegas llamaron arrepentidos para pedir borrar su nombre del manifiesto. Cuando yo le participé lo de la firma, mi mujer toda nerviosa lloró, diciéndome que si no caía me iban a meter a la cárcel o a asesinarme; le dije que era un riesgo que tenía que correr por convicciones i dictados de conciencia.

     Con Chumaceiro i el Dr. Abigail Romero Medina, un colega de mucho valor i empuje, estuvimos también siempre atentos a las cosas, hasta que el 23 sucedió lo narrado. Habíamos participado en reuniones del Polo Patriótico en el edificio del Colegio de Farmacéuticos, donde funcionaba arrimado el Colegio de Médicos i escuchado la voz revolucionaria de Max García i otros; incluso la Primera Directiva de jóvenes profesionales, la mayoría de izquierda, cuando David fue Presidente i yo Secretario de Correspondencia que era el Secretario General o Ejecutivo, se logró estructurar dos años después (1960).
 

    Pérez Jiménez, como sabemos, huyó en el avión La Vaca Sagrada, abandonando dicen, una maleta con millones de dólares; desde allí, los que regresaron del exilio, fundaron partidos, organizaron elecciones, etc., empezaron a mentir i a desvirtuar la llamada Democracia representativa, cuyo tiempo de una cuatro décadas, se apropió de la gesta del pueblo i sus héroes olvidados hasta el presente, como Hugo Trejo, Fabricio Ojeda, i otros; entonces, desde el hombre de la Pipa en adelante, fue caricaturizar la auténtica democracia de los pueblos, con la IV República o mejor, la sangrienta i corrupta dictadura de partidos. I la Iglesia fue, como siempre en la historia patria i en la Universal, la gran ayuda para establecer i defender mentiras. Por eso la cita que incluí, del Papa León XIII.
             

                                                (Continuará)

robertojjm@hotmail.com



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Roberto Jiménez Maggiolo


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