Un evento lleno de significación histórica y pertinencia política

Desde los Trabajadores de la Salud, algunas consideraciones sobre el encuentro de “Intelectuales, Democracia y Socialismo: callejones sin salida y caminos por recorrer”

Lo primero que debemos destacar es nuestro asombro, por el escozor y la alharaca levantada por algunos sectores, ante las opiniones críticas que se expresaron en el marco del evento “Intelectuales, Democracia y Socialismo: callejones sin salida y caminos por recorrer”.

Y nos asombra, porque nuestra revolución, sobre todo en una fase histórica de cierto desarrollo técnico-científico y del conocimiento, aún con la hegemonía del pensamiento burgués, la hemos caracterizado como periodo de transición. Lo que implica sobre todo: el debate, la controversia y la ebullición teórica, sinónimos estos, de un pensamiento vivo en dirección a permanentes  confrontaciones en ese terreno, propia del esfuerzo por repensar constantemente nuestras prácticas, cuestiones por demás dialécticas (Parafraseando a Hegel: “Todo lo que existe merece perecer”). Lo que indica que, efectivamente, estaríamos en presencia de una verdadera transformación radical de la sociedad venezolana. En síntesis, hablar de revolución, es hablar de debate, de controversia, de discusión descarnada, o sea, ello es en si mismo una tautología. Sostener lo contrario, después que se invoca constantemente a Gramsci, Luxemburgo, Trotsky y lo que es más importante el alto espíritu crítico de esos pensadores, seria un acto de inconsecuencia, utilitarismo y demagogia.

 Así pues, que estas reacciones de condena a lo allí expresado, no sólo nos resultan conservadoras y beatas, sino que confirman la existencia de algunos intereses concretos, que representan el verdadero peligro para el proceso revolucionario y para el papel protagónico del movimiento popular, el cual está cada vez más convencido del ejercicio del protagonismo, que el propio Presidente Chávez, muy pedagógicamente nos ha inculcado.

 De allí que el debate, no puede ser un simulacro o una entelequia con fines utilitarios, para  exaltarlo cuando lo anteponemos a la ultra derecha. Y, contradictoriamente, someterlo al escarnio, cuando a partir de él, se trata de revisar a fondo el comportamiento de algunos factores “revolucionarios”, las fallas, errores y aberraciones del Estado,  las deficiencias del partido y las perspectivas de la Revolución Bolivariana.

Finalmente sobre este aspecto, consideramos “comprensiblemente torpe” la respuesta dada a estos “intelectuales”, que no por “intelectuales”, sino por sensatos y por el natural temor a convalidar errores inocultables, expresaron sus opiniones.  “Comprensiblemente torpe” porque dicha respuesta surge desde sectores que reeditan la vieja “nomenclatura”, que con intención o no, tienen una visión no desde la revolución si no desde el aparato, desde el rancio espíritu pragmático que propugna el clientelismo, muy en el enfoque del “socialismo real”.  

Desde el actual Estado burgués no se puede Construir el Socialismo

 Por la vía de los hechos, desde la inercia y tradición institucional burguesa que termina haciéndole apología al concepto Beberíano, es decir, funcionalista y enaltecedor de la burocracia y su papel, se ha venido imponiendo la visión de que quien construye el Socialismo, es el propio Estado degenerado e ineficiente que tenemos.  Al punto, que los mismos “cuadros y gerentes” del Estado son los dirigentes y Vice Presidentes del partido. Lo cual no tendría importancia si no se sometiera al partido a la lógica y dinámica del viejo Estado. Es decir, estamos ante un partido, que aparte de no poseer una DIRECCIÓN COLECTIVA, reproduce y se mimetiza en los esquemas, prácticas y procedimientos del Estado burgués con criterios funcionariales más que revolucionarios, con su dosis de verticalidad, acriticismo, corrupción  y servilismo político. Por ello, vemos, constantemente, como cuadros revolucionarios que llegan a cumplir funciones en las instituciones, no hacen revolución en ellas, sino que terminan siendo unos burócratas cualesquiera, actuando sólo para “tapar huecos” o para preservar cargos o espacios de poder grupal. En el mejor de los casos, administrando crisis estructurales.  

El partido como principal propiciador del debate revolucionario

El reciente evento “Intelectuales, Democracia y Socialismo: callejones sin salida y caminos por recorrer” y las opiniones que se vertieron en él, para nosotros trabajadores de la Salud, militantes del PSUV y de la revolución, tiene una significación histórica y política importante. Porque no sólo representa una “campanada de alerta” a los peligros que acechan a nuestro proceso dentro del proceso mismo. Sino porque valientemente, expusieron a la luz situaciones que todos conocemos, pero por una mala interpretación de la actuación política, muchas veces no confrontamos, en razón de buscar “mejores ocasiones para decir nuestras verdades”, con lo cual se exalta un sentido de la política en base a las conveniencias coyunturales y cierto oportunismo, dejando de lado la HONESTIDAD INTELECTUAL Y POLÍTICA, es decir, LOS PRINCIPIOS, que debe ser característica de la militancia desalineada y emancipada, o sea, verdaderamente SOCIALISTA.

Con un partido de funcionarios, de triste repetidores, de timoratos en el ejercicio de la crítica o del desdibujamiento de la clase trabajadora, no se puede hacer revolución, por lo menos, auténticamente socialista.

Los trabajadores no necesitamos que nadie nos salve, pretendemos ser nuestros propios salvadores, esto no es un irrespeto a nuestro líder Hugo Chávez y él lo sabe, porque también ha aprendido con nosotros. Por ello, necesitamos un partido, que en medio de las complejidades de la sociedad capitalista contemporánea y de nuestro proceso político, nos permita reencontrarnos como individuos y como colectivo, para orientar nuestra praxis. Edificar ese partido implica un gran esfuerzo teórico mediante el debate y el reconocimiento de nuestras debilidades, este debate está por hacerse, desplegarse, existe de manera incipiente, no le tengamos miedo a ese reto y mucho menos releguemos, condenemos o persigamos a quienes lo impulsan. De allí, ante la inexistencia de instancias oficiales, tanto del partido como del gobierno revolucionario, donde se puedan expresar sin tapujos las verdades, reivindicamos el surgimiento de escenarios como el del encuentro al que nos referimos.     

Es autentico

Thony Navas

Sirtra Salud Dtto Capital

sirtrasalud@hotmail.com



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Thony Navas / Sindicato SIRTRA SALUD, Dtto Capital


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