No es por ninguna lucha contra las drogas es por el petróleo venezolano

No hay pruebas convincentes, hasta ahora, de que el gobierno de Nicolás Maduro esté involucrado en tráfico de drogas a los EE UU. Apenas versiones de militares disidentes de alto rango (entre los que más revuelo han alcanzado figuran los nombres de: Cliver Alcalá Cordones, Cristhoper Figuera y “el pollo” Hugo Carvajal) quienes, desde la parte interesada, EE UU, y acogiéndose a acuerdos de cooperación con las autoridades de ese país, aportan versiones sobre la existencia del Cártel de los Soles en Venezuela.

No importa que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desmienta abiertamente que Venezuela sea un lugar de tráfico de drogas. Según el Reporte Mundial sobre drogas del 2025 de esta organización, el territorio de Venezuela se mantiene libre de cultivos ilícitos, apenas un 5% de estupefacientes intentan cruzar por territorio venezolano hacia Estados Unidos o Europa. Lo que si queda claro en es que los EE UU es el mayor mercado consumidor de drogas, presentando crisis asociada al uso de opioides sintéticos.  

Pero el imperio no necesita pruebas, nunca las ha necesitado para imponer su agenda. No necesitó pruebas para invadir y destrozar a Irak, en el año 2003. Bastó que impusiera el “relato” de la existencia de la “armas de destrucción masiva” para poner en marcha su agenda de la guerra en el Medio Oriente. Y ya todos sabemos que ocurrió con algunos países en los que EE UU puso el foco en aquella región. 

Que el gobierno de Nicolás Maduro haya perdido, el apoyo popular mayoritario que mantuvo con Hugo Chávez, hasta 2012, no justifica que muchos de los descontentos con el gobierno estén automáticamente a favor de que Venezuela sea invadida bajo el burdo relato del Cartel de los Soles. Pero en eso consiste la cuestión.

Como el descontento con el gobierno de Maduro se hace creciente, como la presión de las sanciones han impuesto una especie de economía de guerra, quien va a defender a unos traficantes de drogas que gobiernan al país a su antojo. Cuando los relatos han sido creados basta mantenerlos en la palestra para que se cumpla esa máxima guebeliana de que una mentira repetida mil veces terminará siendo aceptada como una verdad. Por esto, no sorprende a nadie la resonancia que tiene en las rr ss la campaña contra la “narcodictadura” instalada en Miraflores.

Los fake News de días atrás sobre la fuerza naval estadounidense que ven[ia a cercar a Maduro y su gobierno se entrelaza con las declaraciones más recientes de representantes del gobierno de Trump dejando claro que tiene un plan para acabar con el narcotráfico de Suramérica a los EE UU.

Desde hace bastante tiempo se sabe que el mayor mercado de consumo de drogas está en los EE UU, pero también se sabe que desde hace mucho también desde haya se ha utilizado el “falso relato” de la lucha contra el tráfico de drogas para imponer su hegemonía en el mundo. 

Lo único que les importa de Venezuela no es el petróleo, sin dejar de lado el control de minerales y otros recursos que al día de hoy son estratégicos para un imperio decadente y que se enfrenta al fin de su hegemonía en su confrontación con una China emergente.

Quienes apuestan a la invasión de Venezuela se quedarán con los crespos hechos porque por muchas deficiencias del gobierno de Maduro, porque a pesar de que está promoviendo una economía desfavorable a los trabajadores y por que hay bastante descontento, es inaceptable que devuelvan a nuestro país a tiempos coloniales, como apuestan MCM y quienes la secundan.

 


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Carlos Luna Arvelo


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