El plan magnicida del Imperio

Es bien importante todo el trabajo que hace el gobierno nacional, el PSUV, los sectores sociales, televisoras públicas, para desmontar todas las matrices de opinión que permanentemente intenta posicionar la burguesía criolla pitiyanqui, bajo las directrices del Pentágono. Aún así, esto resulta insuficiente cuando analizamos y previsualizamos la estrategia de fondo que está desarrollando el Imperio, para descargar sus garras sobre nuestra querida Venezuela. Me explico…

A nivel planetario, somos cerca de ciento ochenta  países con  más de seis mil millones de habitantes, de los cuales, nosotros los veintisiete millones asentados en nuestro territorio, representamos sólo el cero coma cuarenta y cinco por ciento (0,45%) de la población total del planeta, es decir, menos del uno por ciento. Esto sin considerar los votos de la oposición.

Tomando en cuenta que las operaciones de cerco mediático contra Venezuela, para una eventual invasión por parte del Pentágono, están dimensionadas a escala planetaria, entonces la opinión de este 0,45% significa muy poco, como poco o nada ha significado la opinión del pueblos iraquí, afgano o la del pueblo palestino, para justificar las invasiones y asesinatos allí realizados. Estas operaciones van orientadas a la conformación y posicionamiento de una matriz de opinión contra nuestro Comandante, en todos los países del mundo, incluida Venezuela, es decir, a nivel planetario. Se trata de una operación orientada a lavarle el cerebro a más de  seis mil millones de seres humanos. ¡Esto ya lo están haciendo! De tal manera que cualquier ama de casa, trabajador, empresario, estudiante, profesional, pastor de cualquier iglesia, deportista, político, en fin, cualquier ciudadano  en cualquier continente de nuestro planeta, se forme la peor opinión de nuestro Comandante y nuestro gobierno.

¿Qué persigue el Imperio con esto? Simplemente sentar las bases para que cuando consideren iniciar la fase de invasión, como lo vamos a ver más adelante, cuente con una opinión planetaria favorable a tal hecho. Es decir que cualquier madre de familia europea, africana o asiática exprese, sin el menor rubor: ¡por fin salieron de ese tirano! Los gobiernos del planeta, con escasísimas excepciones, guardarán silencio cómplice, como lo han hecho hasta ahora en los casos de invasión en Afganistán, Irán y Gaza,

Claro, esa matriz mediática debe estar acompañada de realidades que la validen, ya que resulta contradictorio todo lo que dice la prensa internacional sobre la supuesta “tiranía” existente en nuestro país, si lo confrontamos con la realidad que consiguen quienes de otros países nos visitan y se encuentran con un país de libertades, donde la oposición todos los días despotrica del gobierno y nadie los ataca. Se encuentran con un pueblo alegre, feliz, estudioso, trabajador, apoyando a nuestro Comandante y a nuestro gobierno, es decir, un país pujante y en pleno desarrollo. Estos visitantes luego de pocos días aquí observando la tele y visitando nuestras comunidades, terminan preguntándose: ¿Dónde está la tiranía que no la veo por ninguna parte? Estas mentiras, además, quedan corroboradas con los informes clasificados que todos los diplomáticos acreditados en nuestro país, envían sistemáticamente a sus respectivos gobiernos. Quedan así evidenciadas las mentiras y contradicciones, que no aguantan el más mínimo análisis.

Entonces, ¿Cómo cambiar esta felicidad que hoy disfruta la inmensa mayoría del pueblo venezolano, para que estas mentiras pregonadas a nivel planetario parezcan realidades? Simplemente “sembrando” el terror, la guarimba y la desestabilización en nuestro país.

El imperio ha esperado pacientemente que la oposición logre ganar alguna elección, luego del “barrajón” que le dio nuestro pueblo durante el golpe. Creo, por lo que veo, que al Imperio se le debe estar agotando la paciencia. Por un lado saben que jamás lograrán doblegar al Comandante y por otro lado, la oposición pitiyanqui, no consigue hacer “la tarea”. Además, los resultados de las invasiones yanquis en Afganistán e Irak no han sido “sustanciosas” en términos de petrodólares.

Ante esta realidad, al Imperio le quedan muy pocas opciones. Y es aquí donde se visualiza el plan: un plan estratégico que contempla dos escenarios de acción simultánea, con tres fases operativas:

Una Fase A: desestabilización interna y posicionamiento internacional de una matriz de opinión negativa de nuestro Comandante. Con dos acciones operativas simultáneas. Una serie de acciones internas dentro de Venezuela orientadas a “recalentar la calle” con actos terroristas, acaparamiento, paros empresariales, paro de transporte, asesinatos de gente inocente,  explosión de bombas, guarimbas, secuestros, etc., a fin de crear un clima de zozobra y desestabilización, en fin, generar una matriz de opinión negativa sobre el gobierno, que les brinde la posibilidad de ganar las lecciones de septiembre próximo con mayoría en la Asamblea Nacional. Dentro de estas acciones internas cuadra perfectamente la pieza que estaba faltando al rompecabezas: la participación de elementos terroristas como Chávez Abarca y otros que como él, hay que buscar y detener con urgencia, conjuntamente con sus cómplices venezolanos. Lo que este sujeto ha contado en TV es sólo la punta del “iceberg”. Igualmente, una serie de acciones externas, de dimensión planetaria, mediante las cuales se conforma y posiciona una matriz de opinión negativa de nuestro Comandante. Estas acciones externas las viene desarrollando el Imperio desde hace un buen tiempo. Basta observar la televisión internacional por internet o por cable. De funcionarles las acciones internas, el imperio calcula que podría estar enjuiciando a nuestro Comandante en menos de un año (plan Zelaya). Hasta ahora las acciones internas no le han funcionado. El gobierno ha controlado el saboteo orquestado en el marco de la crisis energética. Igualmente ha controlado la crisis bancaria que habían montado, las operaciones de lavado de dólares con algunas casas de cambio, con lo que pretendían inculpar al Comandante, para luego aplicarle la Ley Patriota. El Comandante ha destapado la conexión entre la cúpula de la iglesia y los conspiradores. Se le han dado golpes certeros a las operaciones del narcotráfico, como nunca antes. Se ha controlado la inflación. Y ahora el último golpe al Imperio: la captura del terrorista Chávez Abarca. Sin embargo, todos estos éxitos no son suficientes para parar al Imperio. Éste nunca retrocederá en sus pretensiones con Venezuela. El hecho de que haya caído Chávez Abarca, no significa nada. Buscarán otra pieza para armar el rompecabezas. Encargarán a otra persona para hacer el trabajo. ¿Quién será? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que algo van a hacer y será pronto. Por eso hay que estar súper alertas. Porque el movimiento de esta pieza es condición “sine qua non”, para poder activar las fases B y C siguientes.

Fase B: profundización de la desestabilización y agudización de la crisis con acciones rápidas y contundentes, con más guarimbas, asesinatos de líderes políticos y/o personalidades, líderes estudiantiles y sindicales, explosiones de bombas en sitios estratégicamente seleccionados, clima de zozobra, inestabilidad y desestabilización, pronunciamiento de algunos militares y/o civiles, rumores, acusaciones mutuas, etc. Esta fase la desarrollarían  con acciones rápidas y contundentes, a los fines de intentar superar la capacidad de respuesta de nuestros equipos de seguridad del gobierno. Esta serie de eventos debe profundizar el clima de desestabilización y zozobra, hasta llevarlo a su estado máximo crítico, el caos, en el que se pierda el control: condiciones ideales para iniciar la fase C del plan.

Fase C: evento que conmocione la opinión pública internacional. Dentro de un escenario de profundo e incontrolable caos total, se produciría un evento que conmocione la opinión pública internacional, por ejemplo: un ataque militar (como el sucedido entre las dos Coreas), un enfrentamiento militar en frontera producto de una “persecución en caliente” (caso Colombia-Ecuador), explosión de bombas en sitios de alta concurrencia (atentado a un tren en España, tres días antes de las elecciones generales del 14-03-2004), asesinato de un importante personaje de la política internacional (en esto los gringos son especialistas), un magnicidio o cualquier otro acto terrorista que se le ocurra al Imperio (por ejemplo, asesinar a su propio embajador y acusar a nuestro gobierno de ello). Estos hechos, lógicamente concatenados, pero sobre todo bien orquestados mediáticamente, con dimensiones planetarias, podrían constituirse en “razones suficientes” para una potencial intervención por parte del Imperio (ley Patriota) con apoyo de algún otro país. Considero que este plan ya está en marcha. Ahora la pregunta es ¿Qué debemos hacer los venezolanos revolucionarios?

Nuestro contraataque. Considero que nuestro gobierno tiene que dar una batalla internacional. Una batalla orientada a cambiar la matriz de opinión que a nivel global se ha venido desarrollando con respecto a nuestro Comandante. Debemos iniciar una serie de acciones contundentes en el plano interno, además de conformar un gran equipo multidisciplinario de contraataque, que visite los cinco continentes, a los fines alertar al mundo sobre la amenaza que se está cerniendo sobre nuestro pueblo y desmontar, en cada país, las matrices de opinión posicionadas.

Este contraataque debe contar con cuatro acciones inmediatas.

En primer lugar conformación de cinco grandes equipos multidisciplinarios, uno por cada continente, constituidos por legisladores, estudiantes universitarios y liceístas, docentes, médicos,  juristas, trabajadores, empresarios, campesinos, jubilados, cultores, curas, líderes de todas las iglesias cristianas, líderes del PSUV, militares, traductores, entre otros. La selección debe ser rigurosa. Sería interesante estudiar la posible participación en estos equipos, de camaradas de los países miembros del ALBA y UNASUR. Esto debe ser evaluado.

En segundo lugar, estos equipos deben ser estratégicamente preparados en todos los aspectos: ideología, política nacional e internacional, dominio del lenguaje oral y gestual, discurso sabio,  coherente, lleno de humildad y dignidad. Debe ser una preparación estratégicamente diseñada, que tome en consideración  la cultura, la política e idiosincrasia de cada país, su gobierno, sus costumbres, su religión. Debe ser un equipo con alto poder de persuasión y en esto el género femenino marca la pauta, según opinión de algunos siquiatras. Dotarlos de material audiovisual, material escrito, en todos los idiomas (inglés, alemán, italiano, ruso, portugués, francés, mandarín, japonés, etc.). Aquí no se puede improvisar, cualquier error podría transformarse en un búmeran. Se trata de un plan estratégico orientado a tocar la conciencia de los pueblos del mundo, para desmontar la mentira del Imperio y ganar aliados.

En tercer lugar, estos equipos deben desarrollar su gira internacional con una agenda de trabajo cuidadosamente planificada. Visitarían universidades y demás centro de formación, colegios profesionales, sectores sociales, sectores laborales, cuerpos de legisladores, poder judicial, sectores productivos, sectores religiosos, entre otros. Aquí nuestros embajadores deben jugar un papel muy importante. Ellos deben diseñar el perfil de cada país, identificando sus líderes, corrientes políticas, religiosas, es decir, con toda la información necesaria.

En cuarto lugar debemos  montar dos canales de televisión para rescatar y proyectar internacionalmente la verdadera imagen de Venezuela; con una producción estratégicamente diseñada. Uno de carácter informativo, noticioso, con una producción orientada a brindar información de toda la actividad que se genera en nuestro país, las veinticuatro horas. Otro, orientado a mostrar las bellezas de nuestro país, nuestra gente, costumbres, cultura, nuestro desarrollo tecnológico e industrial, agricultura, gastronomía, folclor, literatura, cine, teatro, música, historia, geografía, etc., invitando a los pueblos del mundo a que vengan a conocernos. Estos canales deben contar con sistemas de comunicación interactiva con los televidentes internacionales de todo el planeta, para cortocircuitar y bloquear la interferencia mediática del Imperio. Esto es urgente.  

Que se dé ahora o más tarde el plan del Imperio, en nada le resta validez, la necesidad urgente de nuestro gobierno de planificar y poner en marcha un plan de Contraataque internacional como el antes mencionado u otro, que reoriente la matriz de opinión que el imperio nos está montando.

En lo interno, debemos profundizar nuestro trabajo político electoral, con la acción contundente de alcaldes, gobernadores, legisladores, ministros, consejos comunales, comunas, pueblo organizado y sobre todo el PSUV, para garantizar el triunfo del 26 de septiembre en la Asamblea Nacional. Sin este triunfo, no habrá futuro para nuestra revolución.

Finalmente, este pequeño planteamiento es sólo para recordar que el ataque del Pentágono es de dimensión planetaria. Allende nuestras fronteras hay un trabajo por hacer.

jorgetejera2010@gmail.com



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Jorge Tejera

Trabaja en ALCALDÍA GIRARDOT-ARAGUA Estudió en UNIVERSIDAD DE AIX-MARSEILLE-III, FRANCIA Vive en Maracay, estado Aragua

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