La intentona de magnicidio y la conspiración mediática

Recientemente, una comunicación hecha circular vía Internet denunciaba al imperialismo norteamericano por el uso perverso de la tecnología y de la ciencia, que incluye el ensayo desarrollado  por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos para el uso de los cambios climáticos como arma de guerra.

     Según el mensaje, con el nombre clave de HAARD, el Pentágono ha estado desarrollando el “High Frequency Active Auroral Research Program”, destinado al estudio de la modificación de la ionosfera para manipular el clima con fines militares.

     Con esa tecnología en sus manos, el Departamento de Defensa de los EEUU y su fuerza aérea estarían en capacidad de producir un calentamiento artificial que altere sensiblemente no solo las trasmisiones radiales, sino también el equilibrio de la ionosfera y las condiciones climáticas del lugar al cual se dirijan estas señales.

     “Ese informe es tenebroso y de él se derivan grandes sospechas sobre las desgracias supuestamente naturales escenificadas en los últimos tiempos en Cuba, Haití, Corea del Norte, Bolivia, Cuba, Ecuador, Venezuela, Irak, Irán y Afganistán, en muchas de las cuales también ha sufrido el mismo pueblo norteamericano”, indicaba textualmente la comunicación.

      Sea cierto o no, acusaciones de este tipo no son nuevas, pues de acuerdo a lo sostenido por algunos investigadores, desde mediados de los años 60 del siglo 20, el Departamento de Defensa comenzó a desarrollar sus proyectos de guerra geofísica y climatológica, tratando de dominar los ciclones, los maremotos, las tempestades.

      Por primera vez, en 1969 la aviación norteamericana fue acusada de utilizar lluvias artificiales para frenar el avance de columnas enemigas a lo largo de las pistas de infiltración. Este primer experimento habría sido en Laos, Indochina. y recibió el nombre de Operación Popeye y, según indican, arrasó con pueblos enteros víctimas de inundaciones...

      No tiene nada de rara esa conducta de quienes lanzaron las bombas atómicas contra Hiroshima y Nagasaki con las atroces consecuencias que todos conocemos y también, comprobadamente, haber utilizado la guerra bacteriológica contra Cuba, ocasionando enfermedades a cultivos, a la producción animal y también a las personas, en tanto que se investiga algo similar en otros países, entre ellos Venezuela. 

Agresión a Cuba 

    El mismo Senado de los Estados Unidos de América, a mediados de la década de los años 70 del siglo 20, abrió una investigación sobre las actividades terroristas de la CIA –la misma Agencia Central de Inteligencia que pretenden banalizar en sus películas-- y se horrorizaron de lo que descubrieron. De tal magnitud fue que mucho de ello fue obviado en el informe final por presiones de su Gobierno y de la misma CIA,

      La acción imperialista, a través de la CIA, para acabar con la Revolución Cubana  se ha dado de diferentes formas: invasión directa, terrorismo, introducción y financiamiento de bandas armadas, saboteo a la producción, aparte del aspecto ideológico, como fuera dado a conocer por el líder de ese proceso, camarada Fidel Castro Ruz.

      Todos sabemos que el imperialismo norteamericano, utilizando terroristas al servicio de la CIA, hizo explotar en el aire un avión de Cubana de Aviación, a consecuencias del cual murieron 73 personas, la gran mayoría de ellos jóvenes deportistas.

     Y todos sabemos también que ese y muchos otros atentados con bombas fueron llevados a cabo con participación directa de terroristas de las bandas organizadas por Luis Posada Carriles, contra quien existen pruebas contundentes y es protegido por el gobierno fascista de los Estados Unidos, por ser elemento de confianza, perro de presa de la familia Bush.

     Por el contrario, el imperialismo norteamericano mantiene secuestrados, violando sus más elementales derechos, a patriotas de diferentes países, entre ellos los cinco cubanos cuyo delito fue tratar de detener la orgía macabra de Posada Carriles.

      Volviendo al informe del Senado de los Estados Unidos de América, allí quedaron reflejado los atentados llevados a cabo por el imperialismo norteamericano a través de la CIA mediante los cuales fueron asesinados numerosos líderes de diversos países del mundo, contándose entre esas acciones las frustradas intentonas para asesinar a los dirigentes de la Revolución Cubana.  En ese informe, se puede leer, textualmente, lo siguiente:

      “’Hemos descubierto pruebas concretas sobre al menos ocho complots para asesinar a Fidel Castro entre 1960 y 1969 en los cuales ha estado involucrada la CIA. Aun cuando algunos de los complots de asesinato no fueron más allá de la etapa de planificación y preparación, hubo uno que comprendía la participación de figuras del hampa, que en dos ocasiones avanzó hasta el punto de enviar píldoras venenosas a Cuba y el envío de grupos para ejecutar el hecho. Uno de los complots tenía que ver con el suministro a un disidente cubano de armas y otros dispositivos para asesinatos. Los dispositivos para asesinatos propuestos iban desde fusiles de largo alcance a píldoras de veneno, bolígrafos envenenados, polvos de bacterias mortíferas y otros que obligan a un gran esfuerzo de imaginación”…

      Se incluyen la utilización de químicos para producirle desvaríos durante su permanencia en ciertos sitios o al fumarse uno de sus conocidos tabacos, o bien tratar de ridiculizarlo haciendo que se le cayeran los pelos de la barba, tabacos envenenados, píldoras para envenenarlo con la comida o la bebida, cargar con explosivos a un molusco para cuando realizara actividades de buceo, regalarle un traje y equipo respiratorio para buceo contaminado con bacterias y un bacilo, un bolígrafo con  dispositivo para inocular veneno, FAL con mira telescópica, entre otras formas,

      La revelación de esa investigación del Senado de los Estados Unidos de América fue hecha por el camarada Fidel Castro al entregar el informe central ante el Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba, celebrado a mediados de los años 70 del siglo 20. Al final agregó:

     “Si Cuba hubiera acusado a la CIA de hechos semejantes, muchos escépticos en el mundo habrían pensado que se trataba de una fantasía inspirada en el odio a los imperialistas yanquis. Estas actividades no tienen precedentes en la historia de ningún Estado moderno e ilustran sobre la entraña cínica, podrida y perversa del imperialismo y hasta qué grado son capaces de las cosas más irresponsables”…  

     Conspiración mediática 

     Ello nos permite trasladarnos a nuestros días, cuando el imperialismo norteamericano es acusado de intentar un magnicidio contra nuestro Presidente Hugo Chávez Frías, quien lo ha hecho público en varias oportunidades, con pruebas en la mano que le han aportado los órganos de seguridad, y por ello ha sido objeto de burlas de parte de los cachorros del imperio para tratar de ocultar la verdad, utilizando para ello el control que tienen sobre los medios de comunicación social privados, generadores de matrices de opinión contrarias al interés nacional.

   No cabe dudas de que el imperialismo norteamericano mantiene un control diabólico sobre los medios de comunicación social privados en nuestro continente y particularmente en Venezuela, actuando en combinación con unos dueños apátridas de esos medios, para impulsar y para pretender ocultar su acción desestabilizadora y golpista directa, mientras mantienen una arremetida constante contra nuestros procesos de liberación nacional en vías hacia el socialismo.

         No se trata de algo nuevo tampoco, pues ya el inmortal comandante Ernesto Che Guevara lo denunció en el marco de la celebración de la Conferencia de Punta del Este, Uruguay, en agosto de 1961. Allí se reunió el Consejo Interamericano de Economía Social, de la OEA, para poner en marcha la política diseñada por el imperialismo norteamericano conocida como “Alianza para el progreso”, mediante la cual procuraba contrarrestar la influencia que pudiera ejercer el proceso cubano en nuestro continente.

   Como jefe de la delegación del hermano país ante esa conferencia, fue el Che Guevara quien desenmascaró toda la trama y puso en evidencia el proyecto comunicacional envuelto en la misma, pues en el punto cinco del documento sometido a discusión de los participantes, se incluyó textualmente lo siguiente:

   “La tardanza en aceptar el deber que incumbe a los medios de información democrática en orden a defender a los valores esenciales de nuestra civilización, sin desfallecimiento ni compromiso de orden material, significaría un daño irreparable para la sociedad democrática y el peligro inminente de la desaparición de las libertades que hoy gozan, como ha ocurrido en Cuba, donde hoy sólo existen prensa, radio, televisión y cine controlados por el orden absoluto del Gobierno”.

   Según el Che, se preveían tres pasos, a través de toda la lectura del mencionado documento: “movilización desde ahora mismo, de los medios de difusión y propaganda latinoamericana contra la Revolución Cubana y contra las luchas de nuestros pueblos por su libertad; constitución, en reunión posterior, de una federación interamericana de prensa, radio, televisión y cine, que permita a Estados Unidos dirigir la política de todos los órganos de opinión de América Latina, de todos. Ahora no hay muchos que estén fuera de su esfera de influencia, pero pretende de todos modos controlar monopólicamente las nuevas empresas de información y absorber a cuantas sea posible de las antiguas”.

        ¿Y qué ocurrió entonces, particularmente en Venezuela? Una transformación total del mensaje transmitido a través de la televisión y la radio. Para ese entonces, la radio era una radio amiga, la gente se reunía para escucharla, transmitía mucha música y radionovelas. Por su parte, la televisión transmitía programas musicales y de concursos; comedias costumbristas; es decir, producción y talento nacional. Pero a partir de la orden imperialista, esto cambia drásticamente, con un violento crecimiento comercial del medio y el posicionamiento de las grandes corporaciones que invierten en televisión.

     Este tipo de programación nacional se abandonó porque aparecen corporaciones como la American Broadcasting Company (ABC), la NBC y CBS ya posicionadas desde el punto de vista tecnológico. Ahora, estábamos presenciando una arremetida en cuanto a los contenidos y la programación; la radio y la televisión van a ser aliados poderosos para el proyecto político-ideológico del imperialismo.

     Se nota entonces la presencia agresiva de conocidas marcas, como General Electric, RCA Victor, Telefunken, Motorola, Phillips, National y otras, sobre todo norteamericanas, producidas por empresas que crecieron enormemente luego de la Segunda Guerra Mundial.

     Como vimos, nada de eso surge como iniciativa inocente, todo está ligado a una intención económica y política, con intereses de los sectores locales orientados por los intereses de las transnacionales y el imperialismo norteamericano.

   Como refieren los investigadores de la comunicación, nos ubicamos frente a unos medios de comunicación utilizados por EE. UU. para controlar, manipular la conciencia y la mente de los latinoamericanos con herramientas de propaganda subliminal y estigmatización de los pueblos (…) En los años 60, comienzan a estudiarse esos contenidos hacia la categoría de lo que se denomina la industria cultural, y todas esas categorías y referencias tienen plena vigencia en este momento histórico. Se estaba creando todo lo vinculado a la industria cultural, ya no era sólo la radio y la televisión. Pasamos de unos contenidos amigables, localistas y cotidianos a un discurso ajeno, referente a otras sociedades.

      Sabemos que ese control se establece de manera directa, con el control accionario, pero también mediante el manejo de la publicidad, que es realmente el gran negocio de los medios de comunicación privados; cualquiera de esos avisitos simpáticos que nos lleva a consumir determinado producto, reporta para quien lo transmite una suma millonaria al año. Si no actúas como se te ordena, entonces no tienes avisos, no te asignamos pautas publicitarias y no habrá dinero, que es, al final, lo que interesa a los dueños de esos medios privados.

      Podríamos irnos a las cifras, que las tenemos, pero no podemos distraer el objetivo de esta exposición sobre la conexión imperialista en la conspiración mediática contra la revolución bolivariana, y podemos entonces ver el grado de compenetración entre el Estado norteamericano y las transnacionales de esa industria cultural, que es como se ha denominado a este sector de la economía, vinculadas nada menos y nada más que a la industria militar yanqui, como se demostró desde hace más de 30 años.

     Aquí resulta de suma importancia sacar a relucir el resultado de una investigación llevada a cabo por el Instituto Nacional del Menor en 1995, la cual reveló que el 67% de los programas transmitidos correspondían a producción extranjera y que más de la mitad del tiempo de la programación –52%-- era consumido por los avisos publicitarios, a lo cual debemos agregar que en inmensa proporción, esos anuncios son producidos también en el extranjero, orientados a reproducir la ideología dominante, dictando patrones de conducta.

     El imperialismo norteamericano estableció una relación directa entre su aparato ideológico, representado fundamentalmente por esos medios de comunicación social, y su industria bélica, a través de las transnacionales de la industria cultural.

     “En 1970, el 12% de los ingresos de la Westinghouse procedía de su división de ‘defensa’, la General Electric confesaba por igual concepto ventas de más del 20%, la Litton del 26% y la RCA del 13%”.

      “En 1972, para esta tarea específica de investigación, la Western Electric seguía recibiendo del Departamento de Defensa más de 200 millones de dólares anuales, la General Electric más de 200 millones, la RCA alrededor de 125 millones”.

   “La diversificación de la RCA, una pionera del cine, de la TV y de la radio en EE. UU. es mucho más compleja. Propietaria de una de las tres cadenas más importantes de EE. UU., la Nacional Boadcasting Co. (NBC) (…). En América Latina, por ejemplo, su penetración es multifacética: agencias de alquiler de automóviles en casi todo el sub continente, intereses en canales de TV (Venezuela, México, Barbados, Jamaica) y en producción electrónica (Argentina, Brasil, Venezuela y México), casas grabadoras de discos. Recalcamos que además la RCA domina en EE. UU. la producción de TV-color (23% del mercado contra 21,5% de la Zenith)”.

  Se conoce muy bien la tradicional relación de la RCA con los Phelps, del Grupo 1BC, es decir, RCTV.

      “La curva de crecimiento de la ITT es aun más hiperbólica. En la década pasó de 800 millones a más de 8.000 millones de dólares, adquirió 101 corporaciones en EE. UU. y en los 67 países donde está instalada, cubriendo por lo menos 20 renglones de producción (pastelería, construcción, editorial, seguros, hoteles, etc.)”… Sabemos lo que hizo esa empresa en Chile, junto al diario El Mercurio, para derrocar y asesinar al Presidente Salvador Allende.

     Eso era en los años 70, pero si vamos a la actualidad, tenemos que esas mismas empresas, directamente o mediante integración monopólica, mantienen obnubilados a cientos de millones de estadounidenses, latinoamericanos y ciudadanos de todo el planeta, quienes consumen a diario —directa o indirectamente— los productos informativos y culturales de las diez transnacionales que dominan la escena:  AOL/Times Warner, Gannett Company, Inc., General Electric, The McClatchy Company/Knight-Ridder, News Corporation, The New York Times, The Washington Post, Viacom, Vivendi Universal y Walt Disney Company, propietarios de los medios más influyentes, tal como fuera denunciado hace poco en el evento contra el terrorismo mediático realizado en Caracas:

     Estos diez grupos controlan los diarios nacionales de mayor circulación, como el New York Times, USA Today y Washington Post, cientos de radioemisoras y las cuatro cadenas de televisión con mayor audiencia en

sus programas de noticias: ABC (American Broadcasting Company, de Walt Disney Company), CBS (Columbia Broadcasting System, de Viacom), NBC (Nacional Broadcasting Company, de General Electric) y Fox Broadcasting Company (de News Corporation).

      Pero veamos estos detalles:

     1) AOL/Time Warner, Inc.: La cadena CNN es la cabeza más visible de este monstruo comunicacional, el mayor imperio mediático, conocido en América Latina por la revista Time, por la proveedora de Internet AOL, las películas de Warner Brothers, CNN en Español —que es un portavoz oficioso del gobierno de EEUU—, el canal TNT y las demás empresas que fundó el famoso Ted Turner.

     Este imperio posee equipos deportivos como Los Bravos de Atlanta (béisbol), numerosas estaciones de televisión como Cartoon Network, Entertainment Networks y todas las compañías que llevan en su nombre la T de Turner: TBS Superstation, TNT & Cartoon Network de Asia Pacífico, Turner Classic Movies (TCM), Turner Entertainment, Turner Network Televisión (TNT) y Turner South.

     En noticias de televisión por cable tiene a CNN, CNN Airport Network, CNN en Español, CNN fn, CNN Headline News, CNN Interactive, CNN Internacional y CNN Radio. Participa en Court TV (con Liberty Media Corp.), HBO (Home Box Office),

     Produce películas y las distribuye en salas de cine y estaciones de televisión a través de Castle Rock Entertainment, Warner Brothers y otras cinco empresas, una de las cuales es dueña u operadora de salas de cines múltiples en más de doce países.

El conglomerado posee revistas, comics y magazines como Life, Time, Money y otras setenta publicaciones de temas variados para todos los gustos. Tiene una treintena de sellos grabadores, publica libros, a través de más de una veintena de empresas editoras.

     También explota el negocio de parques recreativos tipo Disney World a través de Warner Brothers Recreation Enterprises y comercializa al detalle con Warner Bros. Consumer Products. 

     2) Gannett Company, Inc.: agrupa a los periódicos de mayor circulación y también abarca estaciones de televisión. Tiene los diarios nacionales USA Today, USA Weekend, USA Today Sports Weekly, USA Today Information Network y los servicios informativos Gannett News Service. La lista de diarios locales del holding suma decenas de periódicos. Y fabrica publicaciones para consumo militar.

      También tiene participación en otros negocios, como el equipo de Los Rojos de Cincinnati y muchísimos otros. 

     3) General Electric: es otro monstruo que posee, controla o participa en numerosos medios importantes como NBC News y la cadena hispana Telemundo, sin descuidar los electrodomésticos e incursionar en aviación, sistemas industriales y multitud de otros negocios. Fundada en 1878 por Thomas Edison, creció a través del tiempo, abarcando intereses en Westinghouse, United Fruit y AT&T. En 1926 formó la National Broadcasting Corporation (NBC), que maneja redes de radio y televisión. Su filial, RCA, es muy conocida por nosotros también; en 2002 adquirió Telemundo Communications Group en  negocio que incluyó a Sony y Liberty Media Corp.

     Adquirió la red Bravo Network a Cablevision y MGM. En 2002 creó NBC Universal con Vivendi Universal, adquiriendo además los holdings de entretenimientos que incluyen parques y estudios de cine y televisión Universal Pictures y tres canales de cable

     En resumen, posee quince estaciones de televisión y otras catorce estaciones. Telemundo produce y distribuye contenidos de televisión con NBC Universal Television Studio, NBC Universal Television Distribution, CNBC, MSNBC, Bravo, Mun2TV, Sci-Fi, Trio y USA; hace películas con Universal Pictures; opera el parque Universal Parks & Resorts; tiene Paxson Communications (30%) y los negocios GE Aircraft Engines, GE Commercial Finance, GE Consumer Products, GE Industrial Systems, GE Insurance, GE Medical Systems, GE Plastics, GE Power Systems, GE Specialty

Materials y GE Transportation Systems. 

     4) News Corporation: cuyo dueño más importante es el australiano-estadounidense-británico, Rupert Murdoch, controla la cadena de televisión Fox Broadcasting Company, con subsidiarias prácticamente en todo EEUU. Acaba de comprar el indicador Down Jones, su agencia de noticias y el diario The Wall Street Journal. Posee además el canal de noticias Fox News y todo lo que incluya en su nombre la palabra Fox (Zorro), como Fox Sports y otros negocios que se llaman distinto, por ejemplo, el National Geographic Channel, Sky-Directv y Direct TV (televisión satelital).

     El conglomerado posee una división de revistas y magazines y para hacer cine posee a la 20th Century Fox, entre otros.

     En el mundo del libro posee más de cuarenta empresas editoriales. Sus diarios incluyen al New York Post de EEUU; el News of the World, News International, Sun, Sunday Times y The Times, en el Reino Unido, y más de veinte diarios de Australia. 

     5) The McClatchy Company: especializada en periódicos y publicaciones de Internet, poseía solamente doce publicaciones diarias hasta que en junio de 2006 adquirió a Knight Ridder, el segundo holding de periódicos, con treinta y un rotativos, entre ellos el Miami Herald y El Nuevo Herald.

     Los nuevos dueños conservan treinta y un diarios; aproximadamente cincuenta periódicos no-diarios y varios periódicos gratuitos, pero, obviamente, hicieron desaparecer a varios diarios “competidores” en cuanto los compraron. Todos los diarios tienen versiones en Internet, mientras la empresa opera McClatchy Interactive, que provee contenidos y desarrolla herramientas de software, como Real Cities (http:// www.realcities.com) y avisos clasificados (cars.com y apartments.com). 

     6) The New York Times Company: publica el otrora respetable diario neoyorquino del mismo nombre y otros diecisiete periódicos a través del país, pero también actúa en radio, televisión y otros negocios.

     En 2006, la compañía tenía un valor de 3.300 millones de dólares, incluyendo al The New York Times, The International Herald Tribune, The Boston Globe, más otros quince periódicos diarios, la emisora WQXRFM y más de treinta sitios Web, incluidos el NYTimes. com, Boston.com y About.com. Opera ocho estaciones de televisión en diferentes ciudades y dos emisoras de radio en Nueva York. Participa también en el equipo Medias Rojas de Boston, NESN y Discovery Times Channel (50%). 

     7) The Washington Post Company: abarca negocios mediáticos diversificados y de educación, pero su principal operación es la publicación del diario The Washington Post, la edición de revistas tipo magazine, televisión, cable, servicios de información electrónica y educacional y posee el portal Washingtonpost. Newsweek Interactive (WPNI), con publicaciones subsidiarias online.

     El holding también es dueño de Kaplan, Inc., un proveedor internacional de educación y de los llamados “career services” (servicios de carrera) destinados a individualidades, colegios y negocios. También tiene participación en la propiedad de Los Angeles Times, Washington Post News Service y Bowater Mersey Paper Company.  

     8) Viacom: posee las cadenas CBS y UPN. Tiene editoriales, producción y distribución de cine, cable (MTV, Nickelodeon y otras trece compañías), además de producción y distribución de TV. En radio maneja la cadena Inifinity Broadcasting, con infinidad de emisoras. También es la dueña de Blockbuster (cine envasado), Paramounts Parks, Famous Players, United Cinemas International y Famous Music.

     Opera más de cincuenta estaciones, entre cable y televisión abierta, en tanto, produce y distribuye televisión, hace cine, publica libros y revistas y también está en el negocio de la recreación para turistas y visitantes con parques como Paramount Parks. 

     9) Vivendi Universal: la dueña de Universal Studios, Universal Pictures, etcétera, participa en HBO, Cinecanal y otras productoras y distribuidoras de contenididos de televisión como Universal Televisión Group, Multimedia Entertainment, USA Networks, Inc., entre muchísimas otras. Posee la revista Rolling Stone, las editoriales Larousse, Nathan, Anaya, etcétera, a la vez que maneja empresas interactivas de Internet y una veintena de compañías de música afiliadas a Universal Music Group, aparte de numerosos negocios comunicacionales y de entretenimiento como Cinema Internacional Corp., Cineplex Odeon Corp., United Cinemas Internacional. 

     10) Walt Disney Company: es otro megamonstruo mediático, que controla la cadena de televisión ABC y posee y opera más de medio centenar de estaciones de televisión y radio. En el cable posee ESPN, The History

Channel y una cincuentena de otras empresas, incluidas todas las que usen la palabra Disney. Incluso abarca negocios de petróleo crudo y de gas natural.

     Posee y opera estaciones en Chicago, Nueva York y otro medio ciento de ciudades de EEUU, participa en el cable A&E Television; ABC Family; The Disney Channel; E! Entertainment; ESPN, Inc., que incluye a Classic Sports Network, ESPN, ESPN2, ESPN News, ESPN Now y ESPN Extreme; otra veintena de empresas de televisión y cerca de treinta empresas internacionales de cable.

     Actúa en el mundo del libro, publica revistas con el Magazine Subsidiary Groups, que incluye a ABC Publishing Group; Disney Publishing, Inc.; y una veintena de empresas en EEUU y Europa. Explota el negocio multimedia con Walt Disney Internet Group, ABC.com, ABC Internet Group, Abcnews.com, Disney.com y otra docena de compañías.

     Desde luego, también está en el negocio de los parques, donde fue pionera con Disneylandia y Disney World con presencia en EEUU y Europa, a la vez que desarrolla mercados de software de juegos de video y CD ROMs), abarca la producción y distribución de cine.

     Disney se da tiempo para buscar y explotar petróleo y gas natural a través de la financiera Sid R. Bass y explota el retail con The Disney Store. En música actúa con Buena Vista Music Group, Hollywood Records (música popular y bandas de sonido para cine), Lyric Street Records (sello de música country de Nashville), Mammoth Records (sello de música popular y alternativa) y Walt Disney Records.

     Incursiona en el teatro y los deportes con Walt Disney Theatrical Productions, que incluye la producción de versiones de sus éxitos infantiles como The Lion King, Beauty y The Beast y King David. Posee los equipos Anaheim Sports, Inc. y Mighty Ducks of Anaheim, que participa en la liga national de hockey.

     Tiene otros negocios internacionales: Hamster Productions (producción de television francesa), Japan Sports Channel, RTL2 (producción y distribución de televisión alemana), Scandinavian Broadcasting System, TeleMunchen (producción y distribución de televisión alemana), Tesauro of Spain y TV Sport of France.

     Para producción y distribución de televisión utiliza a Buena Vista Television, Touchstone Television, Walt Disney Television, Walt Disney Televisión Animation (posee instalaciones de producción fuera de EEUU: en Japón, Australia y Canadá).

     Esos son los verdaderos amos de los medios privados de Venezuela, los cuales sólo sirven como intermediarios entre el imperio y el pueblo venezolano, aun cuando muchos de esos canales entran en nuestros hogares a través de la televisión por cable o por satélite, con Direct TV, una transnacional también, como vimos.

     También los medios impresos tienen como fuente de referencia los servicios de noticias o a los grandes diarios pertenecientes a esas empresas transnacionales, de donde toman informaciones manipuladas.

     Tal como lo advirtiera Fidel Castro en el caso cubano, tal denuncia ha generado todo tipo de burlas entre los cachorros del imperio para tratar de ocultar la verdad, utilizando para sus fines el control que tienen sobre los medios de comunicación social privados, generadores de matrices de opinión contrarias al interés nacional, actuando en combinación con unos dueños apátridas de esos medios

     Como se ha dicho, nosotros también somos responsables de que tal cosa ocurra, porque, a sabiendas de todo lo aquí denunciado, permitimos que el imperialismo siga haciendo su trabajo, dejándolo entrar en nuestros hogares todos los días y muchas horas al día.

      Es hora de que la comunidad organizada, como Poder Popular, haga valer los derechos consagrados en el artículo 58 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y exija a esos medios privados una información libre, plural, veraz y oportuna, utilizando para lograr tal fin los mismos instrumentos que nos aporta nuestra Carta Magna.

     luisero@yahoo.com



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Luis Esteban Rojas


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