El estúpido derrumbe del hotel Granada

En Venezuela, no ahora, sino en toda la vida que he transcurrido o vivido, el arte i sus manifestaciones han sido siempre dominio de los improvisados i audaces que, complementados con políticos analfabetos culturales, hacen cuanto disparate se les ocurre. Hace años que he venido escribiendo de la arquitectura tradicional del Zulia, ya que colonial solamente tenemos una muestra, la Casa de la Capitulación i eso con modificaciones sin criterio artístico e histórico, porque hasta en organizaciones como la CRU , la mayoría son improvisados i sin estudios. Lo peor, para personas como quien escribe, es tener credenciales artísticas bien logradas en Europa; me apartan por temor a que descubra sus monumentales fallas. Así, después de desaparecer El Saladillo i hacer un Paseo Ciencias que ya pasa de los treinta años de antigüedad, con una arboleda que tardará otros treinta años o más en recuperarse, han hecho unos nuevos mamarrachos arquitectónicos por voluntad de un gobernador, absoluto analfabeto en cultura de todo tipo, aunque “aspirante” a la presidencia de la República , sólo por figurar, pues no tiene talento ni para enseñar a dar patadas a un equipo infantil de fútbol, i a sabiendas de que no tiene ni un 2% de votos. Por esto, además, ha buscado un arquitecto pirata i sin ningún gusto artístico i, naturalmente, sin tomar en cuenta a la junta del cuido del Patrimonio Público.

Luché por ejemplo, contra la destrucción del Murallón, un discreto vestigio colonial cuando se hizo la avenida El Milagro, rematada luego con el gran rellenote que llaman Paseo del Lago que puso a la ciudad, definitivamente de espaldas al lado i sin playas; luché por la Isla de Providencia que tenía sus antigüedades interesantes, unas robadas i otras destruidas. Actualmente está semidestruida la Casa de la Familia Urdaneta en La Cañada , (denunciado ampliamente en el semanario QUE PASA), donde algunos creen que nació Urdaneta, lo que no es cierto, pero si vivió allí en su infancia. Luché por la llamada Casa de Pérez Soto, donde estuvo el Colegio La Presentación en el sector Paraíso, i la han dejado destruir i escribí sobre el Hotel Granada i otras casonas de la Carretera Unión , pero los sordos, ciegos i brutos ante el arte (i la arquitectura es arte más que ciencia) ni prestaron la menor atención.

Cuando viví en Bélgica, en Brujas observé casitas que parecían de enanos i pertenecían al siglo XIII i las conservaron. En Lovaina, la bella Biblioteca en la plaza Lazan, fue destruida por las bombas de la segunda guerra mundial, i cuando se estableció el Plan Marshal, los habitantes de esa ciudad universitaria, lo que exigieron fue reconstruir su biblioteca exactamente igual i es la misma belleza de su antigüedad, fenómeno que se hizo en cientos de ciudades, especialmente conocida por mí, en Colonia, Alemania. Destruir una obra arquitectónica i sustituirla por otra distinta, no es restauración, ni respeto a la historia i al arte. Es barbarie civilizada, aunque resulte paradójico.

Ahora me alarmo con que los arquitectos, ingenieros i artistas de la CRU , van a demoler el Hotel Granada porque no resiste ya i porque, aunque antes decían que lo ocupaban FAMILIAS pobres, ahora dicen que es refugio de delincuentes. I vean este ejemplo: en la Habana , en Cuba, la llamada Habana Vieja, es realmente una ciudad colonial con muchísimas construcciones españolas estupendas que, se han ido restaurando una a una i es ya una belleza esos sectores. I en otras edificaciones no tan antiguas, las han restaurado igualmente, como por ejemplo el Hotel donde vivió Hemigway i se dice que escribió POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS. Pues bien eso no era una antigüedad i lo reconstruyeron i una habitación del quinto piso, es museo i distinguida como la habitación de Hemigway, lo cual es una atracción turística. Así, restauradas o reformadas o reconstruidas, la ciudad no pierde su fisonomía i encanto del ayer. Aquí, en el Granada, estaba distinguida con una placa la habitación donde se hospedó Carlos Gardel i creo que esa la desaparecieron, i ahora la sabia decisión de los sabios, es demoler el Hotel Granada, porque para ellos, destruir una arquitectura valiosa o cortar o destruir árboles, es tarea sin la menor importancia. Lo que importa son los nuevos contratos i el dinero. I titulo el artículo “El estúpido derrumbe del Hotel Granada” porque sé que este reclamo no les importa un pito, como se dice en esta ciudad calamitosa; al contrario, creo que los apresurará a realizar su destrucción, antes que otros también reclamen. Ya debe haber un “proyecto” millonario. Fíjense en un último ejemplo del pasado “calderiano”: cuando se hizo el Paseo Ciencias, existía cerca del teatro Baralt, exactamente frente a la casa donde está la Imprenta del Estado, un ceibo gigantesco; el más grande de toda la ciudad i sus alrededores i era como para hacerle un reino de grama i de flores, a su alrededor, como a un sultán vegetal homenajeable. ¿I que sucedió? Sencillamente que allí, al pie del gigante, los arquitectos e ingenieros i pienso también que los “artistas diseñadores”, pusieron un estacionamiento de vehículos asfaltado i al sultán vegetal, lo encerraron en un gran cajón de concreto, alto i estrecho, que decretó su muerte. Poco a poco se fue secando; clamé por salvarlo, pero nadie escuchó, hasta que hace pocos años lo cortaron definitivamente. Un ASESINATO vegetal o un magnicidio natural. En París, una de las calles que sale del Arco del Triunfo, en la Place de L’toile (creo que se llama Rue de Courcelles) la doble vía que tiene barandas, como a la mitad del trayecto se hace una sola vía, pues acera i baranda rodean un enorme árbol semejante a muchos que sombrean la vía, por lo cual lo respetaron; i si en alguna ocasión es absolutamente necesario cortarlo, hai que reponerlo con un mínimo de dos. ¿Cuántos grandes árboles han asesinado para “remodelar” el Paseo Ciencias?

Por eso, debe estar de fiesta los bárbaros civilizados i tengan la seguridad que nadie sabe restaurar i que el Hotel Granada será demolido, para colocar un edificio totalmente nuevo para la “cultura”, mientras asesinan cultura histórica i artística. Los felicito a todos; si hubiesen estado personas de esta mentalidad en la Europa de post guerra, que selva de cabilla i concreto i vidrios, no serían sus bellas ciudades tradicionales como París, Londres, Viena o Praga. Una vez más: LA CULTURA NO SE IMPROVISA. ES UNA ACQUISICIÓN CULTURAL COMO EL LENGUAJE. Hai que aprehenderla i estudiarla.¡Viva la barbarie civilizada!



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Roberto Jiménez Maggiolo


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