Elecciones en Venezuela

Preparar el contragolpe, profundizar la Rebvolución

A través de las elecciones que se celebrarán este tres de diciembre, el proceso de transformación social y político que se desarrolla en Venezuela enfrenta nuevamente una difícil situación. La derecha, aglutinada por la acción de emisarios del imperio está generando una situación de desconocimiento de la actual institucionalidad, mientras que el gobierno y los sectores populares se preparan para defender su proceso y la posibilidad de avanzar en la construcción del socialismo. La solución de este nuevo pulso, seguramente marcará el destino futuro de la América Latina, y eso lo tiene claro el Tio Sam.

“Si no hay fraude ganaremos, Chávez se va y cobraremos”, ésta es la sencilla y peligrosa lógica electoral con que juega la derecha venezolana, la que ha sido vendida de manera repetitiva, y hasta el cansancio, por los múltiples medios de comunicación con que cuenta. ¿Qué significado tiene esa manera de pensar?, simple, que la derecha ya se ha declarado ganadora de una elecciones que aún están por realizarse, que desconocerá cualquier otro resultado, y que por todos los medios intentará cobrarle al pueblo su intento por liberarse del dominio imperial, oligárquico y miserable al cual fue condenado durante todo el siglo veinte. Esta táctica electoral de ganamos o ganamos, se cierra con su “llamado a defender el voto”, lo que implica una convocatoria abierta para accionar contra el proceso revolucionario.

Pero la estrategia electoral es para la derecha sólo una de las múltiples formas de lucha que está implementado con el objetivo único de aniquilar la fuerzas de la revolución, ella es inexplicable sin su vinculación con las demás. Resulta obvio que las movilizaciones de masas por si mismas no cambian ningún régimen, por ello, y en este caso, ya se ha adelantado bastante en función de combinar movilizaciones de masas con acciones de mercenarios extranjeros, para ello, la derecha ha logrado ingresar cerca de dos mil fusiles al territorio venezolano, e instalar cerca de cincuenta grupos de paramilitares colombianos, que tienen capacidad efectiva de operar en cualquier momento, los que están coordinados a través de los organismos de seguridad del Estado Colombiano y dirigidos directamente por la CIA. Las condiciones de la derecha ya están dadas, existe un cierto descontento en algunos sectores de ciudadanos, los que al ser efectivamente movilizados servirán para cualquier locura, en función de crear una situación de “crisis humanitaria”.

Lo anterior no tendrá efecto alguno sin el estratégico papel de los medios de comunicación. A nivel mediático, y en función de aislar a Venezuela, la derecha viene desarrollando una campaña de desprestigio respecto del significado de la revolución bolivariana. En ella se ha buscado mostrarlo como una tiranía en donde la violencia, la corrupción y la pobreza son la norma de vida. Esta campaña buscará un punto de auge, después del tres de diciembre, táctica que ya utilizó antes y después del paro petrolero y del referendo celebrado en el año 2003.

Es indudable que la derecha ha acumulado fuerza durante estos meses de campaña electoral. Después de la contundente derrota que sufrió con el paro petrolero y el referendo revocatorio, la derecha se encontraba dividida, sin iniciativa y muy debilitada, ahora ha logrado nuevamente aglutinarse, y con la imponderable ayuda del imperio cuenta con posibilidades que hace menos de una año no tenía. No es un candidato quien les proporciona unidad, es la mano directa de la CIA, la que ordena y dispone de sus fuerzas.

Y esa fuerza le posibilita nuevos escenarios posibles de confrontación, los que de acuerdo al desenvolvimiento de la situación intentará consolidar.

1. El primero de ellos será ganar las elecciones, asunto poco probable, ya que las encuestas que se han desarrollado con algún grado de imparcialidad dan como ganador al pueblo con su candidato Chávez con un margen un poco superior al 20% de la votación total, respecto de su “contendor” Manuel Rosales.

2. Otro, será el crear una situación de descontento y alzamiento de grandes masas humanas, que ilegitimen al nuevo gobierno y logren derrocarlo, situación poco probable porque las masas que no votan por Chávez, no son mayoría, y además su grueso es de la clase media, la que ya ha demostrado que no se la juega en aventuras y amotinamientos.

3. Otro escenario será el de crisis humanitaria e intervención militar interna o externa. Es posible que sectores no chavistas, especialmente los más populares se movilicen con fuerza en reclamo de una “victoria electoral”, y tal como lo hicieron en Puente Llaguno en abril 11 de 2003, las fuerzas mercenarias de la derecha arremetan contra esta población. De la misma forma, también esas fuerzas mercenarias atentarían contra cualquier manifestación de celebración o apoyo a la victoria de Chávez. Esto crearía las condiciones para vender al mundo una situación de crisis humanitaria, tal cual lo hicieron durante el golpe de Estado de 2003, en espera de la reacción de sectores del ejercito y de fuerzas internacionales, a fin de derrocar al gobierno. Este escenario es poco probable, dado que esta situación ya se presentó, que además es conocida por las Fuerzas Armadas y que el imperio no está en condiciones de intervenir directamente.

4. Creación de un gobierno alterno y separación de la zona occidental de Venezuela. El candidato de la derecha se proclamará ganador de las elecciones el tres de diciembre, los medios “harán coro y verdad” de esa situación, algunas masas populares y de las clases medias se movilizarán y serán masacradas por los mercenarios en las calles, los medios venderán la barbaridad e ilegitimidad del régimen y la justeza de su candidato, esta situación se prolongará por unos días, y finalmente Rosales creará un gobierno paralelo en la zona occidental de Venezuela, que ocupará los estados de Zulia y Táchira, que ya cuentan con un cierto dominio territorial de los paramilitares colombianos. Desde allí, la derecha habrá cuestionado no sólo la fuerza de la revolución, sino que además contará con una plataforma política y militar para continuar desgastando el poder revolucionario, hasta socavarlo.

Todos los escenarios anteriores son probables, si cualquiera de ellos toma algo de forma, el pueblo será quien pague los costos de sangre y dolor que implican. Es por esto, que las fuerzas populares, las verdaderas fuerzas de la revolución no se pueden permitir el lujo de esperar o simplemente neutralizar las fuerzas enemigas del imperio y sus lacayos. El pueblo debe estar consciente, que una vez iniciado el camino de su liberación, no hay paso atrás, no hay marcha atrás, porque de lo contrario el imperio cobrará, como afirma Rosales y sus demás secuaces, y cobrar significa aplastar toda, absolutamente toda forma de vida y resistencia popular.

Es por esto, que para ahorrar vidas y dolores al pueblo venezolano, en estas circunstancias no le queda ninguna otra opción que no sea la de avanzar en la consolidación de su poder. Ello impone la necesaria estrategia de preparar y ejecutar un contragolpe fulminante que evite a futuro la recomposición de las malignas estrategias de la derecha y del imperio. Por ello, “si la derecha se atreve”, el pueblo debe contraatacar para fulminarla.

Lo anterior significa que todos absolutamente todos los revolucionarios debemos estar organizados y preparados para actuar en forma sostenida desde la madrugada del día cuatro de diciembre hasta no haber sucumbir cualquiera de los escenarios posibles que tiene bajo su manga la derecha y el imperio. Surgen así algunas tareas que las diferentes organizaciones sociales, políticas y de masas debemos cumplir.

1. Identificación de sitios y momentos posibles en donde el enemigo pueda golpear a fin de neutralizarlo.
2. Preparación de planes de contingencia para ocupar, defender y gobernar los sitios neurálgicos de la economía y del país: fábricas, vías de comunicación, medios de comunicación, medios de transporte, fuentes de energía, bodegas de alimentos, hospitales, etc.
3. Desarrollo de un plan de contingencia que movilice a las grandes masas revolucionarias en torno a las guarniciones militares buscando garantizar la unidad pueblo revolucionario - ejercito revolucionario, o que por lo menos neutralice las unidades militares que se pongan en duda.
4. Mantener la disciplina, actuar en forma organizada, informar al pueblo del desarrollo de los acontecimientos, y evitar todo tipo de acción que permita al enemigo golpear las masas o que las disperse, sosteniendo en alto su moral y capacidad de lucha.

“si la derecha se atreve”, el pueblo contraatacará para fulminarla!


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