El programa neoliberal Falcón-Rodríguez

La propuesta electoral Falcón-Rodríguez, si no similar, es muy parecida en los elementos fundamentales a la propuesta CAP-Rodríguez (1989), en la cual predomina la defensa de los intereses de la burguesía y del capital trasnacional, por encima de los intereses de las mayorías nacionales, consideradas como pesada carga (lastre) que el gobierno debe alimentar con subsidios y limosnas (ayudas, caridad) que, con el paso del tiempo, se constituyen en fórmula de chantaje o "pase de factura", cuando llegan las elecciones. A eso se reduce esta democracia electoralista, "participativa y protagónica": repartir limosnas, alimentar la pobreza, para luego reclamar votos (Chávez, Lula). La propuesta neoliberal CAP-Rodríguez la retoma Chávez y crea la ensalada socialcristiana/neoliberal/socialista/militarista, de múltiples contradicciones, que condujo el país a la ruina económica y desastre social con la dictadura del hambre, desempleo, parálisis total de la economía y, lo más doloroso, la migración de millones de compatriotas a otros países en pos de subsistencia. Vamos a explicar con una referencia histórica la propuesta electoral de Falcón-Rodríguez.

Como política de Estado, las economías en proceso de desarrollo - países llamados del Tercer Mundo - deben ser protegidas. Esto lo entendió muy bien Rómulo Betancourt y durante sus cinco años de gobierno mantuvo suspendidas las garantías económicas, para poder realizar el proyecto socialdemócrata de: Reforma Agraria, empresas campesinas, cooperativas, desarrollo de la pequeña y mediana industria, sustitución de importaciones. Política proteccionista, mantenida durante los treinta años de gobiernos adeco/católico/copeyanos.

Hecho histórico curioso. Para poner en vigencia la nueva Constitución (1961), una hora antes del acto, hubo restitución de todas las garantías (políticas y económicas). Finalizado el acto fueron de nuevo suspendidas. Betancourt gobernó los cinco años con "suspensión de garantías".

Esa concepción del Estado protector de la economía, por ejemplo, es lo que permite, en el primer gobierno de CAP, eliminar el intermediario en la comercialización del café (1974), lo cual obliga a los caficultores a crear sus propias empresas comercializadoras en cada zona cafetalera. Surgieron 8 cooperativas y 35 PACCAS (Productores Asociados de Café, C.A.), que dieron origen a la formación del Fondo Nacional del Café (FONCAFE), organismo del Estado encargado de coordinar la caficultura en todos sus elementos y aspectos: cultivo (asistencia técnica, créditos); beneficio (centrales cafeteros); comercialización (cooperativas y PACCAS que garantizaban el precio oficial, el crédito de suministro, clasificación de los tipos de café en lavado y natural); torrefacción (café molido para el consumo nacional); y exportación (política internacional, la OIT, Organización Internacional del Café con sede en Londres). Al eliminar el intermediario tanto en la comercialización como en el suministro de los insumos, el caficultor recibe más beneficios y es dueño de su café hasta el momento que lo coloca en el puerto de embarque para la exportación o lo entrega para la torrefacción. Ello le permite recibir cualquier beneficio surgido por fluctuación en el precio de Nueva York, lo que se conocía como "remanente de exportación".

Este sencillo cambio en las relaciones de producción – eliminación del intermediario – trajo el gran desarrollo de la caficultura nacional que, de 600 mil quintales (1974), ascendió a 1 millón 600 mil quintales (1989). De nada sirven los planes económicos del gobierno, si no existen las empresas autónomas de los productores que los ejecuten. Este trámite no lo pueden realizar los funcionarios oficiales en cada sitio de la extensión territorial nacional, deben cumplirlo los propios productores con sus empresas. De este hecho parte uno de los grandes fracasos del chavismo, haber destruido las empresas de productores autónomas por el terrible delito de provenir de la Cuarta República.

Ahora bien ¿Qué pasó en la caficultura con el denominado "paquete económico" capitalista (neoliberal) de CAP? Pasó que, para aplicarlo, debía cumplir con los requisitos del Fondo Monetario Internacional:

A.- Restituir las garantías económicas suspendidas durante 30 años.

B.- Eliminar conquistas y reivindicaciones laborales.

C.- Eliminar las empresas de los caficultores (cooperativas, PACCAS, Foncafé).

La letra (A) la realiza CAP. La letra (B), la realiza Caldera-Petkoff con la Reforma de la Ley del Trabajo que despoja al obrero de reivindicaciones laborales conquistadas en décadas de lucha, tanto económicas como sociales. La letra (C) la realiza Chávez con la eliminación de las cooperativas, Paccas y Foncafé, por el terrible delito de ser estructuras económicas de la Cuarta República.

¿Para la caficultura, en qué consistían las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI)? Para este sector el "paquete económico", CAP-Rodríguez, consistía en lo siguiente:

(1). - Eliminación del Fondo Nacional del Café.

(2). – Liberación de la comercialización.

(3). – Libertad para importar café.

(4). – Eliminación de precios establecidos para el caficultor.

(5). – Altas tasas de interés.

(6). – Eliminación de subsidios.

(7). – Abandono de toda política de protección social del sector.

(8). – Aquellos que se desprenden de otros aspectos como la creación de nuevos

impuestos (el IVA y la privatización).

Estas recomendaciones del FMI, constituían cambios violatorios de la Constitución Nacional (1961), en sus artículos 72, 77, 94, 95 y Leyes de la República.[1]

Al aplicar estas políticas del FMI, [2] resurge el intermediario que, financiado por la Banca, comienza por pagar precio por encima del oficial con el fin de quebrar las empresas (cooperativas, PACCAS), las cuales, al carecer de la política proteccionista del Estado, desaparecen. Entonces las torrefactoras crean su infraestructura comercializadora en cada zona cafetalera (Fama de América, Flor de Patria, Imperial y otras). Al desaparecer las cooperativas y Paccas, no rige más el precio oficial ni hay crédito de suministro ni asistencia técnica, los intermediarios aplican la rapiña del precio de miseria, arruinan el caficultor al perder la protección del Estado. Comienza la eliminación de cultivos de café por la ruina que ocasiona: el precio, falta de asistencia técnica, proliferación de hongos y plagas (roya, broca), escasez de mano de obra para el mantenimiento de la plantación y recolección del fruto. También desaparece la protección que el cafetal (cultivo ecológico), brinda a suelos de más de 5% de pendiente, en las faldas de las cordilleras, en las cuales estaban la mayoría de plantaciones; desaparece el bosque que crea el microclima propició a la planta de café; los suelos son dedicados a pastizales para la cría de ganado o cultivos de tubérculos, verduras, hortalizas, que se constituyen en focos de erosión. La tradición cafetalera desaparece. De exportador de café, el país se transforma en importador (política de libre comercio, ALCA). Pero también desaparecen las empresas comercializadoras (Cooperativas, PACCAS). Resurge el intermediario con su política de precios de rapiña. Hoy, luego de haber arruinado la caficultura nacional, las infraestructuras que instalaron los intermediarios, también lucen abandonadas y en ruina.

Todo el esfuerzo de los caficultores, durante años, en la creación de su propia estructura económica de producción y comercialización, desapareció. Chávez que trae en mente el esquema capitalista de libre mercado y competencia, aprendido en la academia militar, adopta las políticas neoliberales de CAP y para colmo, introduce la incongruencia que el café sea cotizado en La Bolsa, instrumento máximo de explotación capitalista, con lo cual Chávez y su ministro demostraron desconocer la composición social de la economía cafetalera. ¿Alguien puede imaginar a un caficultor de Irapa, Biscucuy o Rubio cotizar su café en La Bolsa? Mayor ignorancia de la composición social de la caficultura por Chávez y sus funcionarios ¡Imposible! Al cabo de diez años, el plan chavista cafetero culminó en la ruina del sector y miles de hectáreas de cafetales desaparecieron por la "roya y broca" conocida como chavismo.

¿Por qué la política cafetalera de CAP y de Luis Herrera Campins tuvo tanto éxito?

Porque contaba con una estructura económica autónoma, manejada por los propios caficultores con la coordinación de FONCAFE, organismo protector del Estado que, aun cuando tenía como problema, la injerencia del partido en función de gobierno, con fines partidistas y electoreros; en todo lo demás cumplía con sus objetivos. Para 1988 ya había un proyecto de reforma de FONCAFE para mejorar su relación con las empresas (Cooperativas, PACCAS y la Asociación Venezolana de Caficultores, AVC), darle mayor participación y representación a los caficultores en la Junta directiva de FONCAFE. Al desaparecer la protección del Estado, comenzó la ruina del sector. El chavismo con su torpe política agrícola se encargó de liquidar la caficultura baluarte de la economía nacional durante más de cien años. Chávez con la ignorancia que alimentaba su histrionismo retórico, fue destruyendo en forma paulatina toda la economía del país, desde la industria petrolera (PDVSA), a la industria fabril, manufacturera, agroindustria, la agricultura, ganadería, como dicen, "no dejó títere con cabeza", paso indispensable para implementar el ALCA sin necesidad de firmar convenios de "libre comercio", puerta de entrada para eliminar la producción nacional e importar todo. Fue el plan que le trazaron a Chávez en la Embajada estadounidense cuando lo promocionan para la deserción militar del 4 de febrero. En 13 años lo cumplió. ¡Mayor éxito imposible!

En el proyecto neoliberal, Falcón-Rodríguez, las mayorías nacionales en lugar de ser las protagonistas del desarrollo, son un pesado fardo que hay que alimentar con limosnas. Es un proyecto para el dominio del capital y no de las Fuerzas Productivas, como abanderadas del desarrollo: sólo el trabajo del obrero crea riqueza. Con la propuesta de dolarización de Falcón-Rodríguez, pasamos de Estado Libre Asociado, que hemos sido durante 100 años, a Estado Nº 53 en la bandera de las barras y las estrellas.

Ante la falta del candidato de consenso, la única forma de mantener la unidad del 89% del electorado que confronta a este gobierno, es por la PARTICIPACIÓN ABSTENCIONISTA. Tan participativa es la abstención, como el voto. ¿Alguien puede negarlo? Ya la abstención es primera fuerza electoral. Revisemos las cifras:

a). - Abstencionistas consuetudinarios promedio 30%, o sea que, con el Registro electoral de 20 millones 526 mil 186 electores, la abstención es de 6´157.855 electores.

b). – Migrantes, se calculan en 4 millones de electores

c). – Electores que acatan el llamado a la abstención de los partidos de la MUD (AD, Primero Justicia, Voluntad Popular y otros) se calcula en 3 a 4 millones.

d). – Más los votos nulos que se contabilicen en el acto electoral del 20 de mayo. El Voto Nulo es, abstención militante.

Estas cifras conforman más del 60% del Registro electoral, lo cual le quita toda legitimidad tanto al acto electoral como a los resultados del mismo. La legalidad no da legitimidad. Sólo la legitimidad da legalidad.


[1] Periódico Gremialista, RESCATE, Nº 96. Barquisimeto, abril 30 de 1992.

[2] León Moraria, El Triángulo Negro, Editorial Autores Editores. Bogotá. 2015. Pag 262 a 272

http://www.autoreseditores.com/libro/5366/leon-moraria/el-triangulo-negro.html. http://www.amazon.com/dp/B01D7E5HE4?ref_=pe_2427780_160035660



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León Moraria

Nativo de Bailadores, Mérida, Venezuela (1936). Ha participado en la lucha social en sus diversas formas: Pionero en la transformación agrícola del Valle de Bailadores y en el rechazo a la explotación minera. Participó en la Guerrilla de La Azulita. Fundó y mantuvo durante trece años el periódico gremialista Rescate. Como secretario ejecutivo de FECCAVEN, organizó la movilización nacional de caficultores que coincidió con el estallido social conocido como "el caracazo". Periodista de opinión en la prensa regional y nacional. Autor entre otros libros: Estatuas de la Infamia, El Fantasma del Valle, Camonina, Creencia y Barbarie, EL TRIANGULO NEGRO, La Revolución Villorra, los poemarios Chao Tierra y Golongías. Librepensador y materialista de formación marxista.

 leonmoraria@gmail.com

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