La tortura social (I)

Recientemente la Dra. Luisa Ortega Díaz indicó públicamente que en Venezuela se respetan los DDHH como en ningún otro estado de América Latina y que los EEUU no tenían moral para acusar a esta República de violaciones a los DDHH cuando el gobierno de ese país tiene en su hacer y haber flagrantes violaciones del derecho a la vida en todo el mundo y en el seno de ese país. Estas palabras fueron pronunciadas al entregar los restos de Alberto Rudas Mezones, estudiante asesinado y desaparecido su cadáver el 16 de noviembre de 1961 y rescatado 52 años después por gestión de la Comisión por la Justicia y al Verdad, la Fiscalía General y los familiares del entonces joven estudiante del Liceo Juan Vicente González de Caracas.

Ello nos permite recordar y contextualizar un dolor social al que hacía referencia el Padre Numa en su oración por el descanso eterno de Rudas Mezones y que nos convoca hoy a reflexionar sobre el significado de la represión estudiantil de los años 60, 70, 80 y 90 y compararlas con las patrañas y mentiras que intentan posicionar en el imaginario público nacional e internacional hoy sobre supuestos actos de represión masiva avalados por factores negados a la paz y a la convivencia democrática.

En el trabajo “Actuaciones psicosociales en guerra y violencia política” desarrollado por un grupo de especialistas en psiquiatría y psicología social, compilado por Pau Pérez Sales, pueden buscarlo en internet, se indican las claves que buscan y certifican los manuales de contrainsurgencia norteamericanos, para la desmoralización del pueblo venezolano, una labor continua y persistente que tienen como plataforma los medios privados y sus líneas editoriales claramente expuesta y perfectamente denunciables ante los organismos correspondientes.

Cito un breve fragmento de ese trabajo: con (…)la violencia organizada se pretende desintegrar la sociedad enemiga (el pueblo venezolano), desposeyéndola de los recursos comunitarios que la estructuran, destruyendo sus valores y, por tanto, su identidad cultural diferencial.” Los manuales de violencia que actualmente se aplican en Venezuela intentan mediante lo que se conoce como tortura social_ desintegrar el tejido social que ha reconstruido la Revolución Bolivariana, por ello es necesario conocer los métodos e intensiones de ese crimen que se intenta cometer contra todos los venezolanos y venezolanas.


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Aldemaro Barrios


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