La liberación de Plaza Altamira

Plaza Altamira ha sido el foco emblemático de la provocación y alteración del espacio público promovido por los grupos fascistas de la ultraderecha. La misma ha sido escogida en varios momentos, durante los últimos años, para escenificar el odio y la violencia de las capas sociales privilegiadas, adineradas, acomodadas, contra el proyecto popular revolucionario. Para no olvidar el campamento armado allí en el transito 2002-2003 por algunos altos oficiales, cómplices y artífices de los golpes y paros de aquella época para derrocar al Presidente Hugo Chávez.

En la actual oleada de acciones incendiarias, de destrucción, de vandalismo concentrado en las guarimbas, Altamira se convirtió en la expresión del sentido y los objetivos de la fantasía golpista conspiradora contra el Estado y los derechos populares conquistados en las memorables batallas de la revolución bolivariana.

La ultraderecha, el imperialismo y la burguesía oligopólica se estrellaron con la potente muralla de la resistencia popular. El pueblo les ha dado su merecido y la Fuerza Armada ha sido consecuente con sus compromisos y su lealtad con la multitud de millones de ciudadanos. Mantiene pleno vigor la alianza pueblo-Fuerzas Armadas.

El Ministro del Interior y de Justicia, luego de la firme determinación del Presidente Maduro de erradicar la guarimba asesina, ha procedido en consecuencia y la fuerza legal, legitima del Estado popular ha restablecido el orden en el espacio público democrático de Altamira, contaminado por el odio nazi de la burguesía parásita.

Altamira ha sido liberada, ha dicho la Ministra Delcy Rodriguez. Así es. Eso lo resume todo. El golpe blando ya es cosa del pasado, pero para no olvidar.

Sugiero pensar las nuevas rutas del Estado comunal y su papel en la superación de la violencia urbana. Aunque sea con el estorbo del protagonismo público del gobernador de Miranda, el señor Capriles que sigue sin entender los retos de la paz y de la crisis económica, contagio internacional, que debe ser atendida dentro del mayor consenso. A eso aludí cuando me refería a una eventual extinción de la 5 para dar paso a la sexta, sin que eso signifique abandono del proyecto emancipatorio sustentado en las ideas del socialismo y la democracia participativa post capitalista.



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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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