Mesa de las sospechas cultivadas

La Mud sospecha de la Mud. “Es algo freudeano, pana”, se quejaba una chama de Primero Justicia que dice no entender nada. La coalición antichavista asegura que a cualquiera que escojan el 12 de febrero de 2012 será el próximo Presidente, pero cada partido quiere que sea suyo ese “cualquiera”. Dicho con exquisita redundancia, “no debe ser cualquier cualquiera”.

 Chávez está listo, ni de qué preocuparse, excepto de que el elegido para sucederlo sea de nuestra organización, “un compañero, pues”. Lo dicen así, sin sectarismo. Cada parcialidad piensa que sólo alguien salido de sus propias filas garantiza  la unidad democrática. Cualquiera otra opción, distinta a la nuestra,  le haría el juego al régimen y pondría en peligro una victoria cantada. Todos los factores de la Mesa de la Unidad están advertidos.

 La sana seguridad de que el ganador está en nuestras filas ha convertido a la mesa en un caldo de sospechas en ebullición. Ese sentimiento de recelos cultivados se extiende aguas abajo, a los estados y municipios, donde cada partido tiene su futuro gobernador y alcalde, no precisamente in pectore. Nadie cree ni en su propia sombra.

 Se está dando una especie de paranoia unitaria. “A mi que me expliquen”, reclamó triturando su chicle un  huelguista crónico de Javu. O sea, lo único que une a la Mud es la paranoia, esto es, la sospecha de todos hacia todos. Hay reciprocidad en esta materia. Una especie de estricta correspondencia. Pablo Pérez dice que esa cosa no lo deja gobernar bien, como también desconcentra a Capriles Radonsky. La mutua desconfianza los hace una sola fuerza, potenciada en la duda. 

 Como la Mud no cree en la Mud, solicita que la supervisen. Es como el que quiere dejar de fumar pero no confía en su propia voluntad y mete a otros a vigilarlo: “si me ves fumando otra vez, escúpeme la cara”. Por supuesto que nadie lo va a escupir, ni tampoco dejará el vicio o ese “placer, genial, sensual”. La Mud puede buscarse todos los vigilantes del mundo para no hacer lo que todos quieren hacer allí, pero el instinto del escorpión la terminará traicionando.

 Uno de los más connotados jefes de esa coalición antichavista, Omar Barboza, “durante una reunión de la Internacional Socialista que se celebra en Colombia –estoy citando El Universal-, solicitó que un grupo de dicha institución asistan como observadores a la elección primaria de la Mesa de la Unidad Democrática”. O sea, Barboza quiere que lo vigilen. La Mud pide que no la pierdan de vista. No cree en ella misma. Con el correr del tiempo, el señor Barboza ha terminado por conocerse  y por eso solicita que lo pongan bajo observación.

 No duden que Copei pedirá la presencia de la Democracia Cristiana Internacional para tener su vigilancia particular sobre sus sospechosos socios de la Mud. Primero Justicia solicitará lo propio de Rajoy y la derecha europea. El que no cuente con ojos extranjeros que se olvide de sus votos. Se lo comerán en caldo de ñame. Súmate exigirá la acreditación de sus patrocinadores gringos: la NED, la USAID. El único que no será invitado es el Centro Carter porque, desde las guarimbas, la oposición cree que es un centro chavista, especie de  círculo bolivariano imperialista. 

 En la suspicaz alianza antichavista todo el mundo es sospechoso. Por eso la Mesa de la Unidad pide que la vigilen,  que la observen, que no la dejen sola o no responde.   

earlejh@hotmail.com


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Earle Herrera

Profesor de Comunicación Social en la UCV y diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV. Destacado como cuentista y poeta. Galardonado en cuatro ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo, así como el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal (mención Poesía) y el Premio Conac de Narrativa. Conductor del programa de TV "El Kisoco Veráz".

 earlejh@hotmail.com

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