Yo quiero ser de la oposición si se puede

Viendo el comportamiento de los representantes del pueblo antichavista en la AN, frente a la comparecencia de los ministros del gobierno del comandante presidente con esa fuerza destructiva de desmoronar con o sin razón todo lo que se dijo que se ha hecho por el bienestar de los habitantes del país, en lo social, en lo cultural, en lo económico, en lo alimentario, en infraestructura en general, en salud y pare usted de contar, con cifras a la vista de los presentes y televidentes y cuando, los diputados de oposición sin ver para los lados, con celulares apagados, sin cartelitos de distracción y con toda la parsimonia de la seguridad interna de la lógica mundana, se oponen y presentan sus cifras y, demuestran paciencia en mano con sumas y restas sin multiplicar y dividir que, es todo lo contrario y, que lo que se ha dicho pertenece a otro país que está en las antípodas de las mentiras que son tejidas de fanatismo barato, es más que suficiente para que a uno le entre una comezón espiritual que le desgarra los tuétanos del izquierdismo  y sin pensarlo más, nos arrodillamos a la majestad del atributo que descuella ideas y sin carta de renuncia, ni de recomendación nos vamos a donde florece el árbol político de las estrellas de la didáctica del conocimiento que todo lo saben ellos, sin ninguna audacia que no necesitan demostrar sin caer en reducción de lo absurdo, se llevan todos los premios que la sociedad venezolana como pueblo con la burguesía y la sociedad civil a su lado es más que suficiente, para abrigarnos y decirle a la directiva del PSUV renuncio, chao camaradas y a otro perro con esos huesos de engaños.

No pueden ser escoria política –no, no, jamás- quien se desvela y estudia sin fantasías, ni vapores etéreos, ni componendas de ninguna clase la actividad parturienta micro y macro económica del país y se amarra a las políticas de justicia capitalista de Fedecámaras y, a la psicología armónica de hermanarnos a su estabilidad que plantea la Casa Blanca y el pentágono de los yanquis.

En eso se cayó de bruces el ministro Giordani al fabular cifras endemoniadas de sinceridad de la realidad nacional y como buen fabulador de la enseñanza estadística, trató de bailar sin ritmo a la oposición que tiene de por sí la luz del sol de la eficacia del pasado de la IV-R y de la ecuanimidad sin fronteras en la isometría matricial del desenredo.

Desde ahora en adelante seré inducido en las prácticas del discurso sin descanso y aprenderé a compartir el crucigrama de la desinformación que se balancea rápidamente en el fogaje de la diatriba, en que el capitalismos de mis sueños me dará la altivez de ser más sagaz frente al izquierdismo trasnochado que practican, los comunistas adoctrinados en la escuela clásica, de lo que no tiene sentido de obtener prebendas grupales en arrogancia a la clase media de la que pasaré a nutrirme de ella con un fin.

Lo que está a la vista no necesita anteojos –reza el refrán- por lo que yo confío en la consigna de mis nuevos compañeros y, desde ya estoy exigiendo formar parte de la MUD, para fortalecer los músculos de su atractivo político que me dé el coraje que necesito en mi nueva pasantía en el deporte de las ideas –nada mentirosas- hacía el pueblo y bien destructoras de los que están en la otra acera.

Sólo me resta aconsejar a las ministras y ministros que a decir de la mayoría de mis nuevos compañeros: han dejado bien mal parados al presidente Chávez, mintiéndole al país diciéndole las verdades que trataron de mantener y no pudieron sostener, que va.

He brincado la talanquera de mi honestidad que hasta el jueves de la última cita de los ministros que, por este año, se dejaron ver en el Capitolio que ahora soy y seré escuálido hasta la tumba de mi desvergüenza, pero la verdad hay que perseguirla, donde se encuentre y, ciegamente me he convencido que lo mío está en la derecha.

estebanrr2008@hotmail.com



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Esteban Rojas


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