Árbol que nace torcido, jamás sus ramas endereza. Esta máxima sostiene la razón de que los actuales diputados electos por la mesa de la ultraderecha siguen siendo engendros de la decadencia política puntofijista. Sus neuronas no han cambiado. Condiciones que se hacen más patentes con la impotencia de querer ser y no poder ser. Son sinsabores que les produce el desespero mediático por alcanzar cúspides políticas, que jamás será posible por su probado nivel de incompetencia, al que se une la decadencia de una mesa descompuesta, a la que pegaron sus patas con saliva de loro y que seguramente no aguantarán el peso de las discordias y las aberraciones por disponer de posiciones de espacios y regresión jerárquica entre sus miembros variopintos, unidos momentáneamente por un yo no se qué, que indiscutiblemente durará poco. Sólo bastará llegar al 5 de enero del 2011, para verles lo que nunca han bailao. Son 65, si mal no recuerdo, sólo que no habrá puestos para satisfacer sus apetencias, un poco aquello de quién va primero por haber obtenido la pírrica suma de 22, 19, 6 y hasta 2 votos. Ideologías distintas aparentando unidades incorregibles, en medio de una archivofilia, porque en cuestiones numéricas la clasificación de votos no pudieron estirarla más allá, dado que ahora si hay Ley y Consejo Nacional Electoral serio también; y que desapareció aquella macabra práctica de que “acta mata voto”. Así perturbaron la nación durante años.
Lo cierto es que se unen en ellos, no condiciones ideológicas históricas, sino diferencias contrapuestas que como aceite y agua, jamás ligarán. Es decir, hay una apariencia unitaria, que entre lo burdo e incompetente, lo mediático en desespero y lo torpe de sus sesos, nunca podrán coincidir, ni en la igualdad de ningún proyecto ley y mucho menos en la desconfiada elección de un candidato unitario para el 2012. Lo que, sin precedentes, hace crecer la figura inveterada del hombre al que no han podido llegarle cerca en pensamiento progresista y vanguardista y mucho menos en su indiscutible carisma que lo agiganta como admirado líder estratega latinoamericano, cuya inteligencia salpica indefectiblemente cerebros ideológicamente revolucionarios y socialistas de otros continentes.
La Carta a García, porque sabemos no la entenderán nunca siendo propicio decírselos, revela que es un horror tenerlos en el Hemiciclo y un error de quienes siguen creyendo en esos vende patria, oportunistas de oficio y negadores per se del bienestar, la igualdad y el derecho humano de los venezolanos. Unos desadaptados políticos destinados a la suciedad guarimbera y grises desatinos del desengaño ultraderechista.
Es de asegurar que las circunstancias personales y políticas de esos elegidos, por quienes aún tienen la venda betancurista, no son muy prometedoras y menos halagadoras, pues su representación va en pos del regreso burgués, que no es su mundo, sino el mundo de la burguesía que los arrastra a una curul para ésta alcanzar asideros que les devuelva los privilegios perdidos; por cierto, por las adversas condiciones humanas como se desarrolló aquella miserable e indeseable cuarta república que le quitó la honra a los venezolanos e hizo jirones a nuestra Patria, la que hoy resucita bajo la convicción de un proyecto eminentemente socialista.
*Periodista
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