No al desarme de Hamas

Tal como J.D. Vance dice que: Hamás debe desarmarse; y se concederá clemencia a los combatientes. Quien crea esto es un iluso. Lo que quieren es exterminar a la nación palestina de la faz de la tierra

El vicepresidente de EE.UU. aseguró que los términos del plan de paz para Gaza impulsado por el presidente Donald Trump son muy claros y cuentan con el apoyo tanto de Israel como de los "amigos árabes del Golfo".

Para muchos esos llamados amigos árabes del Golfo, no son tales, sino traidores aliados a la causa Sionista y de EE.UU en contra del pueblo palestino, tal y como se unieron secretamente algunas naciones árabes contra Iran, cuando fue atacado por Israel.

Además, los llamados al desarme habrían sido recibidos con risas si hubieran sido dirigidos a cualquier nación europea u occidental bajo las mismas condiciones. Entonces, ¿por qué deberían ser recibidos de otra manera que no sea con un amargo desprecio por parte de los palestinos que fueron traicionados por el mundo, incluso por gobiernos de naciones árabes, cuando su pueblo estaba siendo limpiado étnicamente?

Israel no acabará con Hamás, tal y como ha ido prometiendo desde hace 15 años. A pesar de la extrema brutalidad de la campaña militar israelí, no habrá ninguna batalla decisiva. Las batallas decisivas, que antaño determinaban el vencedor y le permitían, mediante la fuerza, imponerse políticamente sobre el enemigo, están en vías de extinción desde el fin de la Segunda Guerra Mundial

Una nación como Palestina no se rendirá. Por el contrario, encontrará nuevas y mejores formas de fortalecerse. Esto no solo significa más armas avanzadas para desafiar a la entidad ocupante.

Significa una resistencia más unificada políticamente, que ha perfeccionado su estrategia tras las rejas israelíes, y que aprovecha cada herramienta de lucha, desde la organización en las bases hasta la acción legal internacional contra los funcionarios israelíes en los tribunales internacionales.

Gaza no permitirá que los más de 70 000 sacrificios hayan sido en vano; estos mártires serán la base para una resistencia más inteligente, más grande, más resistente y más determinada que nunca para lograr la liberación que el mundo ha fallado en entregar.

Las prisiones israelíes que intentaron quebrar a los palestinos han construido ahora un ejército más fuerte con una mente más grande.

Hamas no debe desarme por muchas razones.

En este contexto, los llamados al desarme en Gaza no solo son ingenuos; son un precedente para la subyugación permanente del pueblo palestino..

No puede haber una retirada de las armas mientras la causa y raíz de la violencia siga siendo la ocupación misma. Ni los palestinos lo permitirán, ni los secuestrados palestinos liberados de las prisiones de Israel, ya que saben íntimamente lo que significa vivir bajo las armas y la violencia de las fuerzas de ocupación israelíes.

En otras palabras, acabar con Hamás está hoy por encima de las capacidades de Israel. Si milagrosamente lo consiguiera, no implicaría la eliminación de la causa palestina. Como lo recordaba diplomáticamente el Secretariado General de Naciones Unidas, los ataques del 7 de octubre "no se produjeron en el vacío". Son una de las consecuencias más dramáticas de décadas de ocupación israelí de los territorios palestinos, de violencia sistémica y de humillación.

Ni el embargo sobre Gaza, ni los muros de separación, ni los atroces daños materiales y humanos ocasionados por las múltiples operaciones militares israelíes en la Franja han contribuido a erradicar a Hamás. Ninguna de las guerras que han librado desde 2007 se ha saldado por una victoria israelí. Tras cada enfrentamiento, Hamás no ha dejado de incrementar sus capacidades militares y su control sobre la Franja de Gaza.

Tarde o temprano, Israel deberá aceptar que la vía militar nunca solucionará un conflicto fundamentalmente político. En este sentido, la falta de respuesta clara a la pregunta de ¿qué pasará una vez acabe la tragedia? no hace más que reforzar la idea de que la actual guerra no pondrá fin a las dinámicas y condiciones que la provocaron. ¿Quién administra la Franja?.

La pregunta es, si no es Hamas, quien gobernara en Palestina?

Cuando los líderes mundiales hablan de una Gaza desmilitarizada, están describiendo las mismas condiciones de subyugación que hicieron que la resistencia fuera necesaria en primer lugar. Aceptar esto sería descuidar el derecho a la autodefensa consagrado en el derecho internacional.

Quien era Yahya Sinwar, líder del movimiento de Resistencia palestino HAMAS, quien cayó mártir en combate activo en Rafah, sur de Gaza, vistiendo un chaleco de combate y portando un fusil AK-47.

Yahya Sinwar, de 61 años, nació en el campo de refugiados de Khan Younis, en el sur de Gaza, y creció en la pobreza antes de estudiar en la Universidad Islámica de Gaza, donde obtuvo una licenciatura en Estudios Árabes.

Entre sus amigos de la infancia estaban Mohammed Deif , jefe militar de Hamas, a quien Israel afirmó haber matado en un ataque aéreo hace tres meses, y Mohammed Dahlan, un influyente miembro del partido secular Fatah que ahora vive exiliado en los Emiratos Árabes Unidos.

Sinwar se unió a Hamás a temprana edad, poco después de la fundación del grupo, y pasó gran parte de su juventud entrando y saliendo de cárceles israelíes. Ascendió en las filas como ejecutor, encargado de encontrar y eliminar a presuntos colaboradores palestinos con Israel, y fue fundamental en el desarrollo de la capacidad militar del grupo.

En 1989, fue condenado a cuatro cadenas perpetuas por el secuestro y asesinato de dos soldados israelíes y cuatro palestinos sospechosos de colaborar con el grupo. Cumplió 22 años de prisión y se convirtió en un respetado líder penitenciario. En 2008, recibió tratamiento por cáncer cerebral.

Sinwar fue liberado en el intercambio de prisioneros de 2011, en el que un soldado israelí, Gilad Shalit, fue devuelto a cambio de 1.000 palestinos. Se casó a su regreso a Gaza y tuvo tres hijos.

El exprisionero fue elegido por otros miembros de Hamás en votación secreta como jefe de Hamás en Gaza en 2017, tras sobrevivir a varios intentos de asesinato israelíes. Es famoso que, tras la guerra de 2012 entre Hamás e Israel, posara para fotografías, sonriendo, en un sillón entre las ruinas de su casa. A diferencia de algunos altos dirigentes de Hamás, nunca dudó de su convicción de que la lucha armada es la única vía para poner fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos.

 

En una señal del endurecimiento de la posición de Hamas respecto de las negociaciones del alto el fuego, Sinwar fue designado jefe general del grupodespués del asesinato por parte de Israel del jefe político de Hamás con sede en Qatar.

 



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José Juan Requena


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