Colombia y las elecciones del 2026: Fraude a la vista

Están más que justificada la desconfianza del presidente Gustavo Petro en los procesos electorales que se adelantaran entre este año y el primer semestre del 2026 en Colombia, bajo la conducción de la actual camarilla ultraderechista que controla la Registraduría Nacional del Estado Civil, la encargada de organizar dichos eventos y del escrutinio de los votos en compañía de un monopolio familiar conocido como Thomas Greg % Son, que por años ha acaparado los aspectos nodales de esta rama de la seudo democracia liberal y paramilitar colombiana; monopolio que acaba de ser favorecido con un multimillonario contrato de 550 millones de dólares para supuestamente atender los aspectos logísticos de las elecciones venideras y los correspondientes escrutinios.

Todo el establecimiento dominante ha salido al ataque contra Petro por haber manifestado sus incertidumbres y recelos con las votaciones que se preparan, como la de los Consejos juveniles municipales, la elección de los parlamentarios de Senado y Cámara y la del propio jefe de la Casa de Nariño.

Según los grandes medios de la prensa corporativa ultraderechista el sistema electoral colombiano es un dechado de excelsas virtudes, impecable en su trasparencia, ejemplo de pulcritud y limpieza. No hay fraude, no hay compra y venta de votos, no hay trasteo de electores, no hay venta de curules y el escrutinio brilla por su garantía al elector.

La cascada de editoriales emitidos en los últimos días, como siempre, acuden a la mentira para dejar sin fundamento las certeras denuncias de Petro. Según tales devaneos la logística y el escrutinio de las votaciones no están en riesgo cuando, como lo señala Petro, el manejo de los esferos por Thomas Greg & Son es la fuente del fraude al igual que los kits electorales en cada puesto de votación utilizados para toda suerte de adulteraciones de las actas electorales y los formularios correspondientes.

Agréguele a lo anterior la debilidad de las auditorias, los obstáculos en el acceso de los partidos al código fuente del software de escrutinio, la manipulación de los observadores internacionales, las fallas en la biometría facial para impedir la suplantación de identidad y las fallas en la publicidad de las actas electorales.

Así, con un sistema electoral podrido, vamos a los próximos comicios con una ultraderecha recargada que se prepara para socavar los avances del movimiento popular y social logrados en los últimos 3 años.

Bien hace el presidente en denunciar con bastante anticipación este asalto al gobierno popular, que se está preparando con mucho detalle en las esferas electorales mediante un fraude que está cantado desde ya.



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Horacio Duque

Politólogo e historiador.

 horacioduquegiraldo@gmail.com      @horacio_DG

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