China nos agarró dormidos ¡despertemos!

La cantidad de información que nunca creímos que podíamos tener sobre China está disponible hasta en el más humilde teléfono que nos acompaña. El gigante asiático que hoy lidera la economía mundial, en un modelo que estamos empeñados en decir que no lo entendemos, ha rebasado con creces la economía falsa de los EEUU en materia de tecnologías de la comunicación e información, nuevas tecnologías para la movilización de masas, tecnologías en energías renovables, desarrollo de la construcción de puentes, vías futuristas, aeropuertos, puentes, ciudades agroindustriales para sustentar la agricultura, ha reducido la pobreza en cifras que se pueden dudar pero se pueden constatar, en materia armamentista tiene el don de la prudencia China, cuando destapen la olla, será también el líder de tecnologías preventivas y disuasivas de conflictos, además China está preparada para ser el pais líder del turismo mundial, con inmensas capacidades de alojamiento y mucho para ver; para imaginarse el futuro hay que ir a China, yo perdí esa oportunidad por un falso diagnóstico médico. Los avances en agricultura son maravillosos y el esfuerzo en regenerar bosques es el mayor del mundo.

¿Dónde coño estaban nuestros gobiernos en estos últimos 30 años que no se dieron cuenta que eso venía? En sus enfoques anti china llegaron a llamarla la reina de la copia tecnológica y muy tarde descubrimos que el adanismo, eso de empezar de cero, es un craso error. La ingeniería de reversa fue para china una estrategia para la innovación y para la mejora tecnológica. China partió de donde estaba el mundo y se alejó. Pero, lo mejor fue que hizo aportes sobre el entendimiento científico del Capital de Karl Marx, y los nuestros, cabezas calientes, decían que China se vendió al gran capital por aquello de abrir puertas a grandes consorcios que les enseñaron a conocer mercados y formas de penetración en mercados convencionales y emergentes. China domó al capital y Marx aplaude, mientras nosotros de estúpidos seguimos reclamando un estado ineficiente, complaciente y empobrecedor. Cambiar las políticas para rebajarle 600 millones a la población rural abandonada y quedarse con 300 millones de campesinos con dominio de una mejor agricultura, mas sustentable, más humana, nos parecía un exabrupto.

Asi. el comunismo chino requiere de otro entendimiento de los procesos de formación del capital, de una convivencia que tiene sentido, si ese capital favorece las condiciones materiales de vida y el desarrollo en general del pais. Nadie osa en China fatigar la población con trabajos agotadores, es la tecnología la que genera la plusvalía tecnológica. La educación es una herramienta fundamental del progreso y la controla el Estado. Forma seres de alto compromiso político y ético. Nadie va a una fábrica a entregarse sin nada a cambio para su país. El funcionamiento del estado es óptimo, y son referentes de políticas y acciones contra la corrupción de cualquier tipo. En China están horrorizados con la corrupción en América Latina y el Caribe. ¿No les preocupa que ese gigante esté en tan buenas condiciones generales?

El Fondo Chino-Venezuela, es un muerto que nadie quiso ponerlo en terapia para salvarlo. La olla quedó como lamida por los perros de la corrupción, y en esos términos China nos ve con ojerizas. Otros países de América Latina se han acercado a China para venderle excedentes de materias primas, y amablemente China ha accedido a esas negociaciones. Y luego los estúpidos gobiernos creyeron que esa era una estrategia para poner a China de rodillas, y aquel gobierno los mandó para detrás del estadium. Varios bajaron la cabeza, y fueron a poner la cara, a ablandar el bollo. No entendieron que se trata de otra cosa. Acostumbrados a negociar con los EEUU que exige sumisión, China exige cumplimiento de términos, de programas de entrega de productos, de intercambios transparentes, de buenos negocios. No pide que voten por ella en la ONU, ni que defenestren a grupos políticos anti China, que existan. No hemos despertado, no sabemos cómo es China y en cuanto nos puede ayudar a ser mejores países en el mundo.

Recién ha salido del horno que cuece las ideas de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe (mayo, 2025) el libro Las relaciones entre América Latina y el Caribe y China: áreas de oportunidad para un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible. Son pocas páginas sintéticas que cada pais puede revisar y aventurarse a pensar cómo va a ser su relación con China. "La CEPAL ha indicado que la región de América Latina y el Caribe enfrenta tres trampas del desarrollo: una de baja capacidad para crecer; otra de alta desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social, y una tercera de bajas capacidades institucionales y de gobernanza poco efectiva..." Sabemos entonces de nuestros atrasos, lo que no sabemos hacia donde queremos ir. En un cuadro resumen sobre la prioridad de las relaciones históricas de América Latina y El Caribe con el mundo, China no aparece en ningún momento, ni siquiera en el tiempo actual. Estamos obnubilados por la visión occidental del desarrollo y queremos seguir atados a quienes nos usan pero nos desprecian.

De todos esos elementos de avance mostrados en el párrafo inicial de este artículo, puede salir la cartera de intereses a compartir con China. Hay que identificar los programas motores de nuestro desarrollo, incluido el desarrollo industrial y comercial, la diversificación productiva el intercambio amigable, la formación de excelencia, los aprendizajes compartidos en materia ambiental, etcétera. En Venezuela la principal transformación que se requiere es la del discurso, detener la habladuría, sustituirla por programas concretos de largo alcance, con seguimiento adecuado, con gobernanza e indefectiblemente seguros a la corrupción que nos carcomió hasta la medula de la industria petrolera.

No necesitamos un tren bala, necesitamos trenes para completar esa vieja idea de surcar estratégicamente el pais. Necesitamos un sistema de cabotaje para comunicación en el gran eje norte costero. Necesitamos salvar el turismo. Necesitamos desarrollar los conceptos de puertos secos, grandes espacios para el comercio internacional, uno podría estar en San Antonio del Táchira, el territorio más desgraciado de toda la patria, que pasó del todo a la nada en corto tiempo y hoy después de ser la principal y más activa frontera de América Latina, es un pueblo fantasmal. Miremos una posibilidad en Falcón para un gran complejo de alta tecnología con China, para el mercado latinoamericano.

China nos agarró dormidos ¡Despertemos!

mmora170@yahoo.com



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Miguel Mora Alviárez

Profesor Titular Jubilado de la UNESR, Asesor Agrícola, ex-asesor de la UBV. Durante más de 15 años estuvo encargado de la Cátedra de Geopolítica Alimentaria, en la UNESR.

 mmora170@yahoo.com

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