Mi palabra

Trump y Biden ganan, pierde el pueblo estadounidense

"Cuando debemos hacer una elección

y no la hacemos, esto ya es una elección"

William James

En los Estados Unidos, no suspenden ninguna actividad, ni siquiera en medio de la peligrosa pandemia, y los resultados en la actividades deportivas son tan precisos y exactos en cuanto juego inventan, que no dejan ninguna duda, pero a la hora de las elecciones parece que los votos los van sacando con la mano de una manga de las antiguas maquinas de fotografía, del cual las fotos dejaban duda en los interesados que pedían el servicio, pero no les quedaba otra, que marcharse viendo el retrato cabizbajo al no creer en el resultado de la imagen.

Para los que no viven pensando en milagros, ni esperan cambios en gobiernos tan parecidos a los que existieron en Venezuela durante 40 años, bajo el mismo látigo –AD y COPEY– les da igual gane quien gane en los Estados Unidos, pero lógicamente les da un fresquito de perder Donald Trump, porque apenas acomoden la mesa para proclamar al contrario, los ojos del WHITEDOG se van a convertir en dos puntos titilando en la lejanía, dejando desorientado a más de uno, y los pocos que pasen a su lado, soplaran con fuerza para tratar de extinguir la peligrosa llama, que significa este personaje; algo nunca visto, de un ridículo mortal y de paso limpio a un manejador de verdolagas, como un verdadero magnate, que ni siquiera pagando promesas se lo creen.

El grito desesperado de Trump ¡Nos están robando las elecciones! Se lo hemos oído en repetidas oportunidades a los opositores venezolanos, sin entrar al ruedo; empezando por Capriles Radonski, y su pana el prófugo y guarimbero mayor Leopoldo López, y últimamente al autoproclamado, con la diferencia, que aquí se encontraron con una fuerza poderosa e incontenible: el pueblo venezolano bajo la guía precisa y certera del Comandante Chávez, y luego con la figura acerada e inconmovible de Nicolás Maduro; mientras allá terminan escuchando la voz de mando del imperialismo, y los votos para el carajo, porque todo es una comedía en defensa del gran capital.

El gobierno de Donald Trump, se ha deleitado aplicándole sanciones al pueblo venezolano, hasta llegar a un criminal bloqueo, y el argumento utilizado para tal fin, es un supuesto fraude en las elecciones que de manera limpia y democrática eligió a Nicolás Maduro, como el sucesor del Comandante Chávez, pero el que está acostumbrado a la patraña y a las cartas marcadas, siempre se adelanta a los resultados, y con más razón, cuando los números están anunciando un resultado desfavorable, como es el caso del bocón mayor de los últimos tiempos en el poderoso país del norte.

El resultado de estas elecciones nos huele a extra innings, y ojalá no se prolonguen hasta el 6 de diciembre, porque ya existe un antecedente, cuando los contrincantes fueron: Al Gore, y el hazmerreír George W. Bush, quien al final lo dieron, como ganador, tan cínico y criminal a Trump, que lo único por saber, cual de los dos ha sido más peligroso durante su estadía en la Casa Blanca. Pero además se presenta, algo que termina con la poca credibilidad en las elecciones de los Estados Unidos: lo que se oye es la palabra fraude, y no sabemos, si el secretario de la OEA, Luis Almagro, va pedir una rápida intervención de la organización, como ha venido insistiendo contra el Presidente Nicolás Maduro.

Mientras tanto, el circo está montado entre dos representantes del gran capital, con una alta votación totalmente polarizada. Por los momentos los resultados favorecen a Joe Biden, y por la boca de Trump, parece que va llegar a la corte celestial para impugnar cualquier veredicto desfavorable, y hasta el autoproclamado se va trasladar a Washington, vía los "rastrojos" a brindarle su apoyo a su jefe; la lista está abierta a todos los interesados con los viáticos pagos, por supuesto en dólares de la mano de Guaidó.

Después de todo esta función, el panorama se aclara; no queda ninguna duda de la descomposición del sistema electoral vigente, por demás arcaico. Pero, además, el que salga electo va tener que entender los grandes cambios en el mundo, en lo militar, económico, y en otras actividades, en los cuales los EE. UU ejercían una supremacía por muchos años, creyéndose los amos y señores. Los pueblos que se levantan reclamando libertad y justicia social; no están solos, y enfrentan con dignidad los ataques de Trump, y sus títeres, como lo han venido demostrando en los últimos años. Los payasitos de Guaidó y Almagro, no les queda otra; callar, porque han enseñado todo lo servil y vergonzoso, cuando se presenta la verdad, y las elecciones estadounidenses para lo único que sirven es para desenmascarar a estos bandidos. Por lo demás ¿Cómo hacen para seguir escondiendo los grandes males que acogotan a la población?.



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Narciso Torrealba


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