Erase una vez, hace millones de años, cuando la vida en el planeta
Tierra carecía de hombres-dioses y dioses-hombres, como también carecía
del Moloch del trabajo, cuando millones de humanos todavía expresaban
unas relaciones sanas, naturales y vivientes, y cuando se podían
anticipar miríadas de saludables creaciones cósmicas; que de verdad era
posible inventar, experimentar y esperar. El planeta todavía no se
encontraba intoxicado por el hedor corporativo e imperialista del humo,
del poder, la avaricia y la arrogancia de la clase dominante. La
sagrada trinidad planetaria, el ser natural, la existencia social y la
trascendencia emancipatoria, es decir, los humanos, la flora y la
fauna, todavía no estaban amenazados por la tecnología y la
industrialización capitalista, por el pantano de las giga-ganancias
mediante la especulación en las bolsas globales, llevados a cabo sobre
los hombros de los pobres y de los esclavos asalariados a nivel global.
A través de los últimos dos siglos, el capitalismo y el imperialismo
han tenido éxito en amenazar seriamente este gigantesco proceso
galáctico, este experimentum mundi y en aniquilarlo mediante sus armas
de destrucción masiva y sus horrorosas guerras nucleares.
Hace décadas, ya en 1949, el gran filósofo marxista, Ernst Bloch (1885
- 1977), que en una oportunidad dijo, que hoy en día un marxista sólo
puede ser un filósofo y que un filósofo sólo puede ser marxista, hizo
un comentario en cuanto a nuestro zeitgeist diciendo que “Tiempos de
transición, como el tiempo que estamos presenciando, sensibilizan ante
todo para el genio de la dialéctica, el gran maestro.”
(Ver: http://www.franzlee.org/marxengels10.html)
Mucho antes, en 1875, en su trabajo La Dialéctica de la Naturaleza,
Friedrich Engels explicó el destino de la actual crisis mundial
capitalista, generada por un inexorable maelstrom de competencia,
centralización y monopolización:
En su escritura “El rol del trabajo en la transición del simio hacia el
hombre”, Engels advirtió:
“Sólo el ser humano ha logrado de estampar su sello a la naturaleza, al
no sólo desplazar plantas y animales, sino también al cambiar el clima
de su lugar de residencia, y hasta al modificar la fauna y la flora de
manera tal, que las consecuencias de su actividad sólo podrán
desaparecer con la extinción universal del globo terráqueo entero.”
(Ver: http://www.franzlee.org/marxengels10.html;
http://www.marx2mao.com/M&E/PPL76.html)
Las elites internacionales de la clase dominante temen que a través del
marxismo la mayoría de la humanidad reventaría las cadenas culturales y
los grilletes intelectuales del holocausto mental añejo, se
emanciparían del control mental y corporal religioso y al fin, también
en los Estados Unidos de América, comenzarían a actuar y pensar de, por
y para sí mismos. Según la estrategia nazi de los neo-conservadores,
los trabajadores no deberían aprender a pensar independientemente, a
teorizar, a filosofar para ellos mismos; la educación para la barbarie
controlada por la clase dominante sigue condenando millones de seres
humanos a la extinción genocida. Sin embargo, los trabajadores en toda
la América están despertando; es por esta misma razón que los ejércitos
yanquis están en las calles, para aplicar los actos patrióticos
terroristas contra cualquier enemigo interno de clase emergente.
Sin el socialismo científico y filosófico, sin el método dialéctico del
marxismo y sin la praxis revolucionaria y la teoría emancipatoria, en
Venezuela y en otras partes, dentro de la Revolución Bolivariana y la
Revolución Permanente, será sencillamente imposible entender lo que
pasa en Wall Street, en el club nuclear, en la colonización y
militarización espacial, en el globo fascismo, en la globalización
fascista.
Ahora démosle un vistazo a la verdad transhistórica del marxismo y su
actualidad revolucionaria y emancipatoria.
En 1848, inmediatamente después de la Revolución burguesa Industrial de
Gran Bretaña, en su primera teoría de la globalización, en su famoso
manifiesto del partido comunista, Karl Marx (1818-1883) y Friedrich
Engels (1820-1895) pronosticaron científicamente que “los gigantescos
medios de producción y del intercambio”, generados por la sociedad
capitalista finalmente terminarán en un caos económico totalmente
anárquico, en una barbarie social incontrolable:
“Las condiciones de producción y de cambio de la burguesía, el régimen
burgués de la propiedad, la moderna sociedad burguesa, que ha sabido
hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y de
transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus
subterráneos que conjuró.”
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/48-manif.htm
Después de 160 años, como ya fue explicado en la gigantesca obra de
Marx de tres volúmenes “Das Kapital” (El Capital, publicado entre 1867
y 1885) con respecto a las leyes económicas tendenciales del
crecimiento del capital como resultado de la contradicción dialéctica,
de la competencia, la centralización, la monopolización y la fusión,
este gigantesco colapso financiero lógicamente tenía que venir a estos
niveles de acumulación de la globalización, con todas sus implicaciones
terroristas, la militarización, el genocidio y el fascismo a nivel
global. También es claro como el sol, quienes tenían que responder por
las atrocidades de sus divinos amos de la guerra.
La clase media norteamericana actualmente ha perdido más de 18 millones
de hogares; afuera en las calles, esos nuevos pobres se ven
confrontados con el ejército brutal; como Marx pronosticó en El
Capital, ellos están sacudidos por la explosión geométrica y progresiva
de la pauperización global, mientras las elites de las clases
dominantes altas están fusionando y devorándose el uno al otro.
Es verdad, el marxismo revolucionario científico y filosófico, la
negación dialéctica del capitalismo, no ha perdido sus poderes
creativos práxicos y teóricos. A través de algunos ejemplos
demostraremos la actualidad del marxismo de la era moderna y post
moderna en la globalización.
Marx y Engels se volvieron ‘post modernos’ ya en 1848, al comienzo de
la lucha de clases de los trabajadores.
Luego, el 27 de junio de 1865, en un discurso ‘Valor, Precio y
Ganancias’ en Inglaterra, dirigido al Consejo General de la Primera
Internacional, Marx explicó, que debido al tiempo laboral robado y no
pagado, los trabajadores asalariados y explotados socialmente, llevan
toda la carga de la realización del capital y así garantizan todos los
riesgos financieros y las aventuras especulativas de sus nefastos amos
capitalistas y los banqueros inescrupulosos y criminales. Ahora los
trabajadores norteamericanos tienen que sacrificar más de 700 mil
millones de dólares de impuestos para rescatar los gángster
imperialistas de la especulación, para salvar al capitalismo del
colapso total.
Por los momentos este crimen capital añejo se ha convertido en un
secreto abierto internacional; Wall Street se está revelando,
demostrando su criminal acumulación de capital, como lo explicó hace
mucho tiempo el tan ‘obsoleto’ Karl Marx.
Los ideólogos capitalistas quieren hacer ver que Karl Marx es obsoleto
y que Platón y Aristóteles están en boga. Sin embargo, aunque no lo
crean, el ‘Wall Street Journal’ hoy por hoy considera a Karl Marx como
autoridad erudita que se cita en todo el mundo. Aunque comete el mismo
error ideológico que tantos otros medios masivos internacionales: sólo
pública lo que conviene a sus intereses de clase, es decir, solamente
las verdades a medias.
Hace tres años, el 13 de mayo de 2005, se podía leer en los titulares
del ‘Wall Street Journal’ lo siguiente: “... en la medida en que se
incrementa el abismo entre ricos y pobres en los Estados Unidos, se
estanca la movilidad de clases”. Al fin y al cabo el artículo estaba
diciendo que el cuento de los Estados Unidos como país de una movilidad
social infinita y de las millones de oportunidades doradas siempre era
y sigue siendo un mito ideológico. Además dijo que “incluso Karl Marx
aceptó la imagen de Norteamérica como país de la oportunidad sin
límites. ‘La condición del trabajador asalariado’, escribió Marx en
1865, ‘para la gran mayoría de los norteamericanos es nada más que un
estado provisional, el cual están seguros de dejar a largo o corto
plazo’. (Marx)”
(Ver: http://www.mindfully.org/Reform/2005/Rich-Poor-Gap13may05.htm;
http://mrzine.monthlyreview.org/foster140705.html
Sin embargo, el editor del ‘Wall Street Journal’ no terminó de leer el
discurso de Marx hasta su final, es decir, no leyó la parte referente a
la solución emancipatoria marxista para la actual crisis
norteamericana, para la depresión global, y claro que sí, para la
Revolución Bolivariana en Venezuela y América del Sur.
Categóricamente Marx manifestó:
“(Los trabajadores) deben comprender que el sistema actual, aun con
todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las
condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la
reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de
“¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!”, deberá inscribir
en su bandera esta consigna revolucionaria: ‘¡Abolición del sistema del
trabajo asalariado!’ “
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1860s/65-salar.htm
Ahora démosle un vistazo a otra cita que se refiere directamente a la
actual crisis global.
Adivinan quién es el autor.
“En un sistema de producción en que toda la trama del proceso de
reproducción descansa sobre el crédito, cuando éste cesa repentinamente
y sólo se admiten los pagos al contado, tiene que producirse
inmediatamente una crisis, una demanda violenta y en tropel de medios
de pago. Por eso, a primera vista, la crisis aparece como una simple
crisis de crédito y de dinero. Y en realidad, sólo se trata de la
convertibilidad de las letras de cambio en dinero. Pero estas letras
representan en su mayoría compras y ventas reales, las cuales, al
sentir la necesidad de extenderse ampliamente, acaban sirviendo de base
a toda la crisis. Pero, al lado de esto, hay una masa inmensa de estas
letras que sólo representan negocios de especulación, que ahora se
ponen al desnudo y explotan como pompas de jabón; además,
especulaciones montadas sobre capitales ajenos, pero fracasadas; ...”.
(Carlos Marx. El Capital. Volumen III. Capítulo XXX. Capital dinero y
capital efectivo).
(Véase: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73699 )
¿Se trata de Henry Paulson? ¿O de algún think tank neo-conservador?
Veamos más datos y hechos sobre la actual especulación en Wall Street.
“Finalmente, capitales-mercancías depreciadas o incluso invendibles o
un reflujo de capital ya irrealizable. Y todo este sistema artificial
de extensión violenta del proceso de reproducción no puede remediarse,
naturalmente, por el hecho de que un banco, el Banco de Inglaterra, por
ejemplo, entregue a los especuladores, con sus billetes, el capital que
les falta y compre todas las mercancías depreciadas por sus antiguos
valores nominales. Por lo demás, aquí todo aparece al revés, pues en
este mundo hecho de papel no se revelan nunca el precio real y sus
factores, sino solamente barras, dinero metálico, billetes de banco,
letras de cambio, títulos y valores. Y esta inversión se pone de
manifiesto sobre todo en los centros de que se condensa todo el negocio
de dinero del país, como ocurre en Londres; todo el proceso aparece
como algo inexplicable, menos ya en los centros mismos de producción”.
(ibid.)
Sí, adivinaron correctamente, el autor es Karl Marx.
Con respecto al texto anterior y en cuanto a la relevancia analítica
para el actual fiasco financiero norteamericano, Alan Woods, en su
excelente artículo “El capitalismo mundial en crisis”, explica lo
siguiente:
“Los banqueros, que ayer estaban dispuestos a comprar grandes
cantidades de deuda de los demás, ya no están dispuestos a hacerlo. La
desconfianza y la sospecha se han generalizado. El viejo optimismo
acomodadizo se ha sustituido por una actitud tacaña a la hora de
prestar y tomar prestado. Todo el sistema bancario, del que depende la
circulación de capital, está a punto de paralizarse. A menos y hasta
que los malos activos sean eliminados, muchas instituciones carecerán
del capital necesario para extender el crédito fresco en la economía.”
Ver: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=73699
Por cierto, Marx describió esta fase específica en el ciclo económico
capitalista hace mucho tiempo:
“La convertibilidad de las letras de cambio sustituye a la metamorfosis
directa de las mercancías, tanto más cuanto que precisamente en estos
períodos aumenta el número de las casas comerciales que trabaja
simplemente a crédito. Y una legislación bancaria ignorante y al revés,
como la de 1844-45, puede contribuir a acentuar todavía más la crisis.
... “ (Citado por Alan Woods, ibid.)
Lo que produjo la crisis en Wall Street inter alia es la batalla
despiadada y la avaricia de los magnates por agarrar miles de millones
de dólares, en la medida posible provenientes de la energía de vida
robada de los trabajadores, de tiempo laboral no pagado, de dinero
especulativo ficticio. El vandalismo capitalista en la tierra ha
llegado a sus límites extremos; el sistema entero se ha convertido en
una burbuja de jabón. Puede reventarse en cualquier momento, y las
consecuencias apocalípticas pondrían a prueba nuestra propia
imaginación humana y la llevaría a nuestros límites intelectuales
también.
En conclusión, sólo queda por decir que las crisis sociales profundas
necesitan soluciones radicales. Nuestra época no es una época de la
transición de un modo de producción a otro. Es el fin global y
globalizado de todos los modos de producción. Es el amanecer de un
éxodo, de una exvolución, que es lo verdaderamente nuevo, una nueva
lógica, una nueva ciencia, una nueva filosofía, un nuevo hombre.
En la actualidad los eventos mundiales se adelantan uno al otro, nos
quedamos boquiabiertos ante las gigantescas fusiones y concentraciones,
la monopolización y la militarización. El terrorismo represivo político
y fascista de esos terremotos económicos todavía está por venir. Su
brutalidad superará todos los crímenes cardinales y capitales que se
conocen hasta ahora.
Por esta razón, todo esto hay que pararlo ahora mismo. Durante las
últimas décadas, en centenares de artículos hemos advertido sobre lo
que viene. La emancipación no es una revolución de un solo hombre, sino
una tarea global de por vida; no es un asunto de catecismos o récipes.
Aprendemos la emancipación en el proceso emancipatorio, en la propia
lucha feroz.
¡Tanto que hacer, muy poco hecho!
Vendrá la ‘Era del Acuario’, que es la emancipación creativa y
creadora. Marx nos mostró el camino anti-capitalista, es decir, lo que
hay que hacer aquí y ahora:
“¡Abolición del sistema de salarios!”
Así el trabajo y la producción desvanecen en el olvido, es decir, se
manda al infierno la alienación, para que arde en llamas junto al
capitalismo por siempre.
El resto, en otras palabras, de qué manera actuamos, pensamos y
superamos lo nuevo, queda a nosotros. Mientras tanto, aquí en
Venezuela, nuestro quo vadis ‘transjectivo’ no es ni la reforma
burguesa ni la Revolución Francesa: es la “Emancipación Humana” (Marx).