El Rumbo

¿Es el socialismo? Depende de procesos concretos para desarrollar un Poder Popular autónomo; la producción ecológicamente sustentable, como producción de la vida, no simplemente de bienes y servicios para el mercado; la multiplicación de la cualidad de pensar con cabeza propia; la modificación del patrón de consumo neocolonial; el predominio de la propiedad social sobre la propiedad estatal y la propiedad privada.

¿Y el desarrollo endógeno? No es un desarrollo hacia dentro, sino desde dentro capaz de unir y multiplicar fuerzas productivas complejas.

El desarrollo endógeno, como proceso que genere autonomía con respecto al capital, no existe como desarrollo hacia dentro, como unas fuerzas que lo impulsan desde fuera. Las únicas fuerzas “externas” que pueden impulsar el desarrollo hacia dentro, son las del capital. Las fuerzas nuevas están naciendo y ello ocurre desde dentro. El papel del Estado dependerá de la relación que se vaya estableciendo con el Poder Popular. No es que el Estado transfiera poder, es que el pueblo se va empoderando consciente y deliberadamente. La gente va cambiando al mundo sin tener como objetivo la toma del poder constituido, sino el desarrollo de instituciones propias.

El Estado ha participado, en las sucesivas expropiaciones que el pueblo ha vivido. La expropiación de los medios de producción; la monopolización de los conocimientos; de la capacidad para pensar y actuar con autonomía; la usurpación de la democracia autogestionaria, expresada a través del mandato imperativo y el gobierno de los consejos y su sustitución por la democracia representativa, o por la dictadura del “proletariado”.

El problema no es la transferencia de Poder, es la extinción de todo poder colocado por encima del pueblo. El Estado también debe ser expropiado, si se trata de llevar hasta sus últimas consecuencias la necesidad de expropiar a los expropiadores.

El socialismo real modificó el modo de distribución del producto, pero no revolucionó el modo de producción.

Las políticas públicas de un Estado que se considere revolucionario, tendrían como denominador común, la facilitación del empoderamiento popular; pero para que las buenas intenciones se materialicen, resulta imprescindible la acción autónoma del pueblo.

¿Lleva este rumbo la reforma? No parece.

julio.escalona@gmail.com


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Julio Escalona


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