Desde mi trinchera. Una alerta temprana y necesaria

La privatización de la Salud en los ambulatorios y el pensamiento neoliberal del alcalde

EDITORIAL.-

En los primeros días del mes de septiembre de 2021, en la antesala de la precampaña electoral del 21 de noviembre, en una reunión realizada entre el grupo que acompañó la precandidatura de Judith Hernández y el actual alcalde, al concluir su exposición como candidato me quedo claro el pensamiento socialdemócrata, privatizador y neoliberal del alcalde Farith Fraija. 

Desde esa perspectiva, oriento este editorial y comunico esta alerta temprana y necesaria sobre la hipótesis que servirá de guía a esta opinión. Primero que nada es clave que conozcamos los preceptos fundamentales que establecen la gratuidad de la Salud en Venezuela.

El primero, lo encontramos en la Declaración Universal de los derechos Humanos, vigente desde el 10 de diciembre de 1948 y cito el artículo 25° de esa normativa global:

“Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, LA SALUD y el bienestar…” 

El segundo, aparece en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela-CRBV, la cual establece en sus articulados sobre ese servicio público, lo siguiente:

“Artículo 83°. La salud es un derecho social fundamental, OBLIGACIÓN DEL ESTADO, que lo garantizará como parte al derecho a la vida.”

“Artículo 84°. Para garantizar el derecho de la salud el Estado creará y ejercerá la rectoría y gestionará un sistema público nacional de salud… regidos por los principios de GRATUIDAD, UNIVERSALIDAD, INTEGRALIDAD, EQUIDAD, INTEGRACIÓN SOCIAL Y SOLIDARIDAD.”

“Artículo 85°. El financiamiento del sistema público nacional de salud es obligación del Estado…”

En la primera normativa tenemos una visión global y general y en la segunda una misión específica concreta, “es un derecho social, gratuita y su financiamiento es una obligación del Estado”, que se extiende a todo el territorio venezolano.

En esa interrelación global y concreta, aterrizamos en el Municipio Guaicaipuro y retomamos la experiencia de gestión de Farith en Carrizal. No es casual que en la campaña electoral Farith en algunos momentos planteó la necesidad de constituir asociaciones civiles y/o fundaciones para administrar algunos servicios públicos entre ellos la salud.

De allí, como ALERTA TEMPRANO en este editorial surge ese planteamiento como una presunción y un escenario que en el corto plazo puede ser puesto en práctica en los ambulatorios o dispensarios que se están remodelando, 5 en total, por orden del alcalde Farith Fraija,  en el municipio Guaicaipuro.  

Lo relevante no es  el nuevo acondicionamiento físico de los ambulatorios, su belleza, la nueva inversión en menos de en menos de 18 meses, la apariencia. Lo significativo, su esencia, es lo que se oculta, el plan, detrás del embellecimiento de esas infraestructuras sanitarias. 

En otras palabras, si lo que ya conocemos no solo por información de terceros, sino por experiencia directa in situ, en Carrizal durante la gestión de Farith se privatizo la atención a la salud en las áreas de oftalmología, odontología y laboratorio en los ambulatorios de Montaña Alta y Carmen Rendiles del casco central. Así mismo, se privatizó y se le entregó una concesión por 20 años del servicio aseo urbano a la empresa privada Protecnia C.A. del servicio de aseo urbano todo ello sin tomar en cuenta ni consultar al poder popular. 

Alerta temprano, que tiene que ver, también, con la intención velada de privatizar la Funeraria Municipal y los cementerios, a través de fundaciones privadas. En consecuencia, no es casual que haya colocado al médico Alfonso Ochoa Quevedo, ex director del HVS, en la Dirección de salud del gobierno local. Personaje de la política guarimbera que se montó para derrocar al Presidente Nicolás Maduro.

Aquí no está en discusión si la gente lo acepto o no, si pagaba la consulta en dólares o no. lo cierto es que ese modelo de gestión a través de fundaciones o Asociaciones civiles, entiéndase ONG, es un instrumento del neoliberalismo que en Miranda lo utilizó Enrique Mendoza. Y el mismo es la negación de la participación y el protagonismo del pueblo tal como lo plantea la CRBV.

Por consiguiente, se pueden construir a partir de lo narrado tres inferencias:

1.- “Perro que come manteca mete la lengua en tapara.” Si lo hizo en Carrizal como se puede afirmar que no lo hará en los Guaicaipuro.  

2.- “La culpa no e del ciego sino de quien le da el garrote.” Si no cree en la participación y protagonismo del poder popular y es partidario de la privatización, como se puede pensar que transferirá la administración y los servicios públicos de la Alcaldía a Los gobiernos comunales.

3.- “Cambiar todo para que nada cambie.” Si su concepción es socialdemócrata o gatopardeana, como se puede asegurar que impulsara medidas socialistas que garanticen el protagonismo político, administrativo y social del poder popular.  

En síntesis, a partir de los planteamientos descritos podemos deducir que muy pronto desde la alcaldía escucharemos voces gritando al unísono: ¡Muera el socialismo, viva el capitalismo! CM.



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Carlos Mezones


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