Caso Municipio Guaicaipuro, Miranda

Mi voto municipal

"No basta con hacer gestión, hay que hacer revolución."

Hugo Chávez.

A pesar de ofertas sugeridas, amenazas veladas, verdines como tentación, mensajes para conversar, descalificaciones maledicentes, chismorreo, murmuraciones y difamaciones a montón, mi determinación electoral hoy es definitiva y la comunico a través de este editorial.

De tal forma, tengo preclaro que en la vida existen momentos en que toda persona debe tomar y emitir decisiones, bien sean acertadas, matizadas o erradas.

En esta ocasión, me refiero a cómo votaré en las elecciones que se efectuarán el próximo 27 de julio, convocadas con el objeto de elegir en todo el país a los alcaldes y concejales en cada uno de los 335 municipios que conforman la geografía venezolana.

Lo cierto es que, en los últimos días, en conversaciones y reuniones con conocidos, amigos y camaradas, a través de encuentros amistosos, en las redes sociales y en la calle, me han indagado con la intención de conocer mi opinión sobre esa materia. Entre las preguntas realizadas, la que más ha tenido interés para la gente de izquierda ha sido la relacionada con mi voto municipal.

Sin ambigüedad y la transparencia que me caracteriza, he expresado en cada momento la misma respuesta que transcribo en esta narrativa, tal como lo hice el 21 de julio de 2024, en mi editorial número 227, días antes de las elecciones presidenciales, donde informé mi decisión de votar por Nicolás Maduro.

Desde esa perspectiva, mi concepción de vida, conducta política y fortaleza moral, desarrollada desde que tenía 15 años, siendo un adolescente, me obliga a argumentar en esta nueva ocasión mi posición acerca de mi voto en las elecciones del 27 de julio.

En consecuencia, consciente de mi permanente crítica, a través de mis editoriales desde diciembre de 2021, con respecto a la conducta socialdemócrata, reformista y neoliberal de las autoridades municipales (léase Alcaldía y Concejo Municipal), estoy obligado a hacer público el juicio que concluye esta narrativa.

En función de lo planteado, desde mi concepción revolucionaria y socialista forjada y modelada desde que me inicié como militante de la Juventud Comunista de Venezuela, en momentos complicados en la vida política nacional, asumo esta nueva decisión ante la ciudad de Los Teques, parroquia que me vio nacer, crecer y desarrollarme hasta la actualidad.

Momentos caracterizados en ese entonces, no solo por la política de "disparar primero y averiguar después" del gobierno de Rómulo Betancourt, sino por las condiciones de militancia en un periodo de peligrosidad, clandestinidad, persecución, tortura, extradición y muerte, a la que fueron sometidos los comunistas venezolanos.

Aún más, debo subrayar que en mis análisis también he tomado en cuenta que las venideras elecciones del 27 de julio no son estratégicas. Cualquier triunfo o derrota en ese escenario no cambia al gobierno nacional. Los resultados en esas elecciones solo sirven para revisar, cambiar y ajustar tácticas y estrategias.

Pienso que la abstención crónica se mantendrá, aunque reconozco que los candidatos del gobierno otra vez están corriendo solos, tienen la primera opción y con los votos que puedan sacar, ganan y cobran.

Por consiguiente, convencido con Bolívar de que "la verdad pura y limpia es el mejor modo de persuadir", me veo en el imperativo de hacer pública mi posición en cuanto a mi sufragio electoral.

En conclusión, con el objeto de evitar ser cómplice de los desafueros de una gestión y del engaño al que ha sido sometido el pueblo de Guaicaipuro, mi decisión de no votar o votar nulo está tomada. Cúmplase.



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Carlos Mezones


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