Agotamiento de la energía vital del sistema capitalista -- Revolución, Éxodo y Emancipación (Parte III)

PARTE III

9. De la Revolución Bolivariana a la Emancipación Humana

A lo que en Venezuela más le teme la junta de Bush y sus seguidores neoconservadores, su CIA, los reaccionarios, contrarrevolucionarios e inclusive reformistas a escala internacional, es a un pueblo que actúa y piensa de, por y para sí mismo, como en el caso de la resistencia popular contra el golpe militar entre el 11 y el 14 de abril del 2002 y del sabotaje petrolero entre diciembre del 2002 y enero de 2003, es decir, le teme a una lucha física e intelectual de la soberana clase trabajadora consciente, le temen a la práxis y teoría revolucionaria y a la creatividad y originalidad emancipatoria. En otras palabras, le teme a la verdad naciente, al poder emergente de la clase popular trabajadora en Venezuela y América Latina.

(Véase: Franz J. T. Lee, "Venezuela; De la Revolución Bolivariana a la Emancipación Humana", IMMECA, Mérida, Venezuela, Diciembre de 2005.
http://www.franzlee.org/pandemonium01162.html )

Recordemos que un revolucionario puede nacer dentro de cualquier clase social, pero en la historia europea sólo existieron dos socios revolucionarios, la burguesía industrial (afirmación) y el proletariado (negación), que, como dijimos anteriormente, le arrebataron el poder a la nobleza feudal y al clero de la Iglesia católica romana en una sangrienta lucha de clases. Los trabajadores, como negación revolucionaria, se convirtieron en los eternos archienemigos de la burguesía cuando esta última los traicionó en la revolución social, negándoles la entrada al cielo de la libertad, igualdad y fraternidad del capital. Así fue como se originó la lucha de clases moderna entre capitalistas –poseedores de los medios de producción y con ello controladores de la supervivencia humana– y trabajadores –poseedores de su fuerza de trabajo física-manual cada vez más disminuida que venden en el mercado mundial, y que está siendo sustituida progresivamente por el trabajo intelectual.
Así que los intereses de clase de los trabajadores revolucionarios dentro de la Revolución Bolivariana, encaminados hacia la emancipación humana, no pueden posiblemente defender los intereses de clase capitalistas o imperialistas, no pueden abogar por la perpetuación de unas relaciones amo-esclavo, no pueden consistir en querer convertirse en miembros de la clase media de ningún tipo, porque esto siempre presupone la existencia de una gigantesca clase baja pauperizada. Al igual que en otras partes del mundo, en Venezuela la riqueza se produce por medio de la explotación económica de la clase trabajadora, siendo la clase media una especie de colchón y mediador en la lucha de clases de vida y muerte entre capitalistas y trabajadores. A modo de lección preventiva traemos el ejemplo de Sudáfrica, donde, después de la erradicación del Apartheid y el triunfo del los luchadores sociales y revolucionarios negros bajo el liderazgo de Nelson Mandela, surgió una nueva clase media negra, constituida tristemente por muchos de los antiguos e ilustres ‘guerreros por la libertad’ del Congreso Nacional Africano, que hoy por hoy no demuestran ni un ápice de su actitud proletaria revolucionaria del pasado y se han convertido en los nuevos ricos, burócratas y tecnócratas corruptos. El mismo peligro lo corre la Revolución Bolivariana.
A este mismo respecto tenemos que constatar, que son muy pocos los auténticos revolucionarios en camino de emancipación que han permanecido en las altas esferas del Gobierno bolivariano, lo que ya ha despertado la inquietud de las masas trabajadoras que apoyan a su líder revolucionario, Hugo Chávez. Frente a un panorama que no se puede calificar exactamente de revolucionario-emancipador, ¿están las masas dispuestas otra vez de votar por Chávez? ¿Hemos llegado al punto donde Chávez es el único revolucionario auténtico en Venezuela? Y volvemos a preguntarnos tal como lo hicimos al inicio, ¿será que tenemos una revolución sin revolucionarios o revolucionarios sin revolución? ¿Será que los auténticos revolucionarios con vocación emancipadora están siendo sistemáticamente botados de sus posiciones centrales que ocupan en el Gobierno? ¿Será que han capitulado ante su frustración por tanta retórica radical y la falta de su materialización en la realidad? ¿Será que nos encontramos, como lo sugieren algunos intelectuales de la revolución, ante un fenómeno sui generis? ¿Tenemos acaso una amenaza yanqui sui generis en Venezuela? ¿Será que se nos escapo que hemos experimentado un Carmonazo sui generis en Abril del 2002?
Como ya dijimos antes, para engendrar a revolucionarios y emancipadores leales, constantes y consecuentes con la Revolución Bolivariana, esto es, para fomentar el factor subjetivo y la conciencia de clase trabajadora, tenemos que crear las condiciones objetivas y subjetivas necesarias. En cuanto a estas últimas, reiteramos que necesitamos una revolución cultural radical, que incluye una nueva ciencia natural y una nueva filosofía social que abren el camino hacia la emancipación humana creativa.

10. Autocrítica y advertencia sobre peligros venideros

Si examinamos las fortalezas y debilidades concretas de la Revolución Bolivariana podemos constatar, que se ha avanzado en muchos ámbitos como la educación, la salud, la infraestructura, la estabilidad económica, la politización de la población, la solidaridad y amistad entre los pueblos, para sólo mencionar algunos, dejando a un lado la discusión sobre si se trata de meras reformas sociales o si de verdad constituyen medidas auténticamente revolucionarias. Por otro lado y en cuanto a las debilidades, la persistencia de los viejos hábitos y vicios de corte puntofijista, como la malversación de fondos, el clientelismo, la corrupción, la burocracia excesiva, el chantaje, el sabotaje y la extorsión, han absorbido gran parte de los recursos y han causado estragos en los proyectos y misiones dirigidas al pueblo trabajador. Aun cuando en muchos casos las estadísticas parecen ser excelentes, la realidad refleja otra cosa. Comparado con la inmensa bonanza petrolera, con el gigantesco ingreso nacional, sólo pequeñas gotas llegan a los pobres. En vez de una sólida clase trabajadora revolucionaria, lo que nació de la noche a la mañana fue una clase media de nuevos ricos, como anteriormente advertido. Sus miembros, un nido de víboras y traidores, están infiltrando todos los ámbitos de la vida política, administrativa y económica del país y andan conspirando, junto a los remanentes del viejo pantano adeco y copeyano, además de factores externos como la CIA y los diferentes entes de financiación norteamericana, disfrazadas de ONG´s.
En el supuesto negado que los planes conspirativos para derrocar al Gobierno bolivariano y eliminar al Presidente Chávez tengan éxito, lo que nos espera seguramente será mil veces peor que el 11 de abril o el sabotaje petrolero. Será el propio Apocalipsis que les espera a todos aquellos que de alguna forma hayan apoyado a la Revolución Bolivariana, sobre todo los que la pretenden empujar hacia la emancipación humana global. Se establecerá una dictadura ‘Ortegiana’ para las décadas venideras, tal como fue soñado por el ex presidente traidor y golpista de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, CTV, ahora prófugo de la cárcel militar de máxima seguridad, Ramo Verde, de donde escapó inexplicablemente. Esto revela lo peligrosamente corrupto que todavía son muchos integrantes de importantes sectores e instituciones de la sociedad venezolana.
En caso de que podamos repeler exitosamente el próximo ataque de las fuerzas reaccionarias y contrarrevolucionarias que operan dentro del país en colaboración con los planes de la administración G. W. Bush, máxima expresión del globofascismo en este momento, se nos hace imperativo que empujemos con toda fuerza las tendencias emancipatorias dentro de la Revolución Bolivariana hacia la consolidación de la negación y superación del sistema capitalista a nivel mundial. Para lograr esta meta emancipatoria hace falta, con toda la urgencia del caso, una verdadera ‘Misión Conciencia’, que, como conciencia de clase, desenmascare el carácter ilusorio y falso de la ideología, concepto tergiversador de la realidad que debería desaparecer de nuestro vocabulario emancipatorio. La Misión Conciencia debe ser el amanecer creativo de un esclarecimiento emancipatorio, del ALBA subjetivo de la Revolución Bolivariana.

11. Información veraz versus campañas globales de desinformación

En el horizonte de la historia se empieza a perfilar que hoy día, en plena era del globofascismo, sólo la revolución permanente mundial y la subsiguiente emancipación humana todavía pueden salvar la humanidad de las garras del imperialismo corporativo voraz y su arsenal de armas de destrucción masiva, amasadas en las metrópolis y en algunos de sus satélites notoriamente conocidos. Estas armas están listas para ser lanzadas con todo su potencial letal en contra del gran enemigo de clase, los condenados de la Tierra. Entre las armas más mortíferas de este arsenal se encuentra el control mental, el cual, como una especie de ‘misil psicológico’, está destinado a penetrar los cerebros de la población mundial en función de borrarles la capacidad de pensar, razonar y sobre todo rebelarse en contra del orden establecido, fenómeno que hemos denominado holocausto mental en otras ocasiones. El lanzacohetes en este caso lo constituyen los medios de comunicación de masas, quienes libran estas furiosas guerras de información mediante sus salvajes campañas de difamación e distorsión, diseminando engaños y mentiras acerca de cualquier esfuerzo revolucionario-emancipatorio dirigido en contra del sistema, como la Revolución Bolivariana, la Revolución Cubana y algunas nuevas chispas en América Latina que podrían incendiar la pampa del continente americano entero.
Por consiguiente, desde los cañones del imperialismo norteamericano nos bombardean diariamente con ‘noticias’ de tipo “guerra es paz”, “libertad es esclavitud”. En este fantástico mundo virtual con su lenguaje orwelliano la mentira, mil veces repetida, se convierte en verdad; el fraude político y electoral se convierte en democracia ejemplar, un adeco se convierte en chavista y un dictador en libertador. A Chávez lo transforman en un Bush, a Negroponte en un Albert Schweitzer y a Rice en una Madre Teresa de Calcuta. Día tras día, millones de televidentes ignorantes están siendo bombardeados con esta munición fatal y terminan convertidos en instrumentos ciegos del globofascismo. ¡Cuán perfectamente funcionan la socialización, la educación, la ideología y la desinformación, cobrando su tributo a escala mundial!
Como sugirió el filósofo Platón en su Politeia y como lo constató Adolfo Hitler en Mein Kampf, –obras, que por cierto no pasaron por debajo del radar de las clases dominantes de todas las épocas– para controlar a un pueblo sólo se necesita controlar su educación, sus mentes y sus pensamientos. El mismo Libertador Simón Bolívar nos advirtió que por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza y que un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción. En palabras de Carlos Marx, en cada época las ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes.
Sin duda, el mejor antídoto contra el control mental y contra la guerra de desinformación es la información veraz, producto del pensar, de la práxis y teoría revolucionaria y del sobresalir emancipatorio. Como lo dijo el novelista británico George Orwell en referencia al fascismo, el decir la verdad se convierte en un acto revolucionario, y nosotros agregaríamos: en el punto de partida para la emancipación. Ya en la Europa medieval se sabía que “la pluma es más poderosa que la espada” y lo que antaño fue la “pluma”, hoy día son las informaciones electrónicas que viajan a la velocidad de la luz en el ciberespacio. Como el frente de batalla decisiva hoy día es la guerra de la información o mejor dicho desinformación, nosotros, como revolucionarios con vocación emancipatoria, tenemos que enfrentarla con todos los hierros de nuestra nueva ciencia y nuestra nueva filosofía y de la verdad humana y siempre fluyente.
Específicamente en lo concerniente a la ficción ideológica propagada aquí en Venezuela por los medios de comunicación privados respecto a la Revolución Bolivariana y la persona del Presidente Hugo Chávez, queremos comentar algo más. Cuando a diario vemos la televisión o leemos los periódicos regionales y nacionales, la abrumadora mayoría portavoces de la ‘oposición’, esto es, la destronada clase económica dominante anterior y sus amos extranjeros, se nos rompe el corazón al estar inundados por las burdas mentiras diseminadas acerca de la realidad venezolana actual, que nada tienen que ver con una crítica seria y constructiva de las muchas fallas y vicios heredados que ciertamente sí existen.
En el marco de esta brutal guerra psicológica librada sin misericordia en contra de la Revolución Bolivariana, parece increíble el sofisticado nivel de infiltración y entrenamiento contrarrevolucionario de los lacayos locales del imperio por parte de la CIA, el nivel perverso que ha alcanzado la psicología fascista operante en los grandes medios de comunicación privados y la habilidad perfeccionada para venderle a su audiencia una realidad virtual. Llama además la atención el fenómeno fascistoide de proyección que se da en el campo del adversario opositor, quien le acusa al Gobierno y sus seguidores de los mismos actos fraudulentos, intenciones malignas y crímenes atroces, cometidos en primer lugar por la propia oposición.
Toda esta miseria política, social, psicológica y moral que todavía está plagando a la sociedad venezolana (y no sólo a ésta), tiene que ver con la corruptibilidad y podredumbre endémica del sistema capitalista como tal, cuyas relaciones económicas y sociales conocen un sólo nexo: el dinero, la ganancia, la codicia, la envidia y la ventaja sobre el otro. Esta perversión impregna cada uno de los componentes del sistema y fluye en las venas más minúsculas y finas de sus estructuras económicas, administrativas, políticas, educativas, psico-sociales y culturales. En este sentido volvemos a repetir que sin una revolución cultural radical no se podrá erradicar nunca a esta perversión y degeneración que es el capitalismo a escala mundial.


12. Tareas revolucionario-emancipatorias frente al globofascismo


¿Quién entonces, en el tercer milenio, todavía no sabe lo que es el capitalismo? ¿Quiénes entre nosotros, los revolucionarios-emancipadores todavía no saben contra qué exactamente estamos luchando? ¿Quiénes entre nosotros todavía no saben identificar el capitalismo en Venezuela y el mundo y diferenciarlo de su opuesto, el socialismo? ¿Quién todavía no se ha percatado que la cara abierta del capitalismo globalizado es el globofascismo, que encuentra su máxima expresión en el militarismo agresivo norteamericano de la actual administración G. W. Bush? Es triste tener que constatar que miles de millones de personas en Venezuela y el mundo, como resultado del control mental antes mencionado, no ven que nuestra suerte está echada: Jacta alea est.
Pero frente a la agonía de la propia especie humana y su entorno natural no les quedará otra opción que despertarse cuanto antes y enfrentar concientemente y con toda la urgencia del caso los retos que nos confrontan. Sólo entonces nos vamos a dar cuenta contra quiénes en realidad están dirigidos los vastos arsenales de armas de destrucción masiva acumulados en los países metropolitanos. Sólo entonces vamos a conocer el pleno espectro de dominio que se nos caerá encima y que abarca desde armas nucleares, biológico-genéticas, químicas, electromagnéticas, geofísico-espaciales y psicológico-manipuladoras. Los horribles acontecimientos y el exterminio perpetrado contra los pueblos de Afganistán, Irak, Palestina y Líbano, y las amenazas contra los pueblos de Irán, Siria, Corea del Norte y Venezuela nos señalan nuestro propio destino, esto es, el destino de las mercancías inútiles, de las vacas locas incineradas en Gran Bretaña, de las clases trabajadoras, vendedoras de su fuerza de trabajo físico ya obsoleto, y su vanguardia revolucionaria.
Sin embargo, no olvidemos que en la dinámica dialéctica entre la afirmación y la negación del sistema capitalista vale la ley de que cuanto más feroz y aplastante las fuerzas de la afirmación, más vigorosas las de la negación. Así es, como el globofascismo engendrará de manera inexorable su negación y posible superación; así es, como se explica que la renovación de las fuerzas progresistas y de la Izquierda a nivel mundial se debe en primer lugar al auge del militarismo y fascismo norteamericano con alcance global a partir del nuevo milenio. Así fue, como la idea, el concepto, la necesidad y luego el experimento del socialismo se originó en primer lugar: como negación, producto de la afirmación, del propio capitalismo. Por ende, mientras que exista el capitalismo, existirá el socialismo como una realidad potencial y potencialidad real. Por esto se ha declarado la ‘muerte’ de Marx una y otra vez en vano, por esto Marx no estará obsoleto hasta que no perece el mismo capitalismo. Al revés, el capitalismo no hubiera podido globalizarse, esto es, realizarse, sin las fuerzas de su negación, sin el empuje del propio marxismo revolucionario. Esta relación contradictoria la podemos apreciar de manera más expresa en la persona del mismo Carlos Marx, el padre del socialismo científico y al mismo tiempo el único verdadero teórico economista del propio capitalismo.
Esta es la razón por qué seguimos insistiendo en la vital importancia del estudio del socialismo científico y filosófico de Carlos Marx por parte de los revolucionarios-emancipadores venezolanos, que luchan en la Revolución Bolivariana. En otras palabras: ¡Es absolutamente menester incorporar a Marx en nuestra ‘galería de los próceres’ e incorporar a Simón Bolívar en nuestro ‘calendario socialista’!
Lo que está pasando actualmente a escala mundial, mutatis mutandis, Marx lo pronosticó en su obra principal El Capital, con incisión académica y precisión severa. Cualquier estudiante marxista puede ver que nos estamos aproximando al fin del modo de producción capitalista, que estamos llegando a los límites terrestres de la concentración, monopolización y centralización del capital, de la composición orgánica del capital, desechando el trabajo físico fuera del proceso de producción, sustituyéndolo por computadoras y máquinas, produciendo así una pequeña clase de ‘trabajadores intelectuales’, pero también una sobreproducción y una crisis energética, depresiones, devaluaciones y recesiones, generando una tasa decreciente de ganancias, una pauperización progresiva a escala mundial y dejando a continentes enteros en la miseria.
En su esfuerzo desesperado por evitar su fin inevitable, el capitalismo corporativo toma medidas extremas de emergencia y recurre al fascismo abierto, revitalizando la industria armamentista y librando guerras mundiales, explorando el micro y macrocosmos para utilizarlos para su fines, y hasta estudiando a Marx para tratar de conseguir un último período de gracia. Frente a su propia agonía, el capitalismo e imperialismo mundial, la globalización corporativa, es actualmente más brutal que nunca antes. Pero todo esto es en vano y no se pueden desactivar las contradicciones inherentes al capitalismo, que son la explotación, la dominación, la discriminación, la militarización y la alienación. El capitalismo como modo de producción no puede ser considerado en ninguno de sus aspectos como ‘rescatable’ por los procesos liberadores que están amaneciendo en el horizonte de la creación y emancipación humana.
Hoy el mundo entero es testigo presencial de este vandalismo y ‘vampirismo’ capitalista en su fase final. Ante este panorama, los revolucionarios-emancipadores bolivarianos deberíamos tomar nota urgentemente de lo siguiente: En realidad, lo que estamos experimentado hoy en la era del globofascismo tiene una continuidad histórica. A lo largo de toda la trayectoria del proceso histórico del trabajo nos encontramos con las mismas atrocidades. Así es como existen vínculos violentos directos entre los esclavos quemados en las plazas de Mileto, la crucifixión de Espártaco, la quema de Giordano Bruno en la hoguera, la decapitación de Maria Antonieta bajo la guillotina democrático-burguesa, la masacre de un millón de comunistas en Yakarta, Indonesia; existen vínculos entre Auschwitz, Dachau, Workuta, los Gulags, Hiroshima, Nagasaki, My Lai, Soweto, Cantaura, el Caracazo, Sabra y Shatila, Bagdad, Jenin, Fallujah, las Torres Gemelas, el 11-A, etc. ad infinitum, por no mencionar las posibles atrocidades venideras en Irán, Cuba y Venezuela. Ante estas verdades violentas históricas, los revolucionarios-emancipadores bolivarianos también deberíamos tomar nota de que no existe ninguna revolución social pacífica y que el paradigma bolivariano, si quiere seguir y triunfar, costará muchas más vidas heroicas, gústenos o no nos guste. El camino de la violencia no lo hemos escogido nosotros, lo ha determinado siempre la bestialidad del sistema capitalista en Venezuela y el mundo. Así que mejor preparémonos desde ya para armar nuestra defensa práxica y nuestra ofensiva teórica si todavía queremos tener aunque sea una mínima posibilidad de triunfo revolucionario-emancipatorio.

13. Agotamiento de la energía vital del sistema capitalista

Una de las apariencias que nos demuestran el inminente fin del capitalismo corporativista globalizado es su crisis energética actual, esto es, el agotamiento de sus reservas energéticas consistentes de los combustibles fósiles. El que se le acabe al sistema su energía vital nos indica que realmente estamos en tiempos de transición, o hacia el fin de la civilización tal y como la hemos conocido o hacia un nuevo horizonte de un posible modo de creación basado en un género de energía completamente diferente, del cual sólo tenemos un perfil todavía débil aún cuando ya se haya conocido y comprobado experimentalmente desde hace décadas atrás.
En este momento, un barril de petróleo vale decenas de miles de vidas; en otras palabras, el equivalente real de un barril de petróleo en el mercado mundial son decenas de miles de cadáveres humanos. Saquemos la cuenta de las reservas comprobadas todavía existentes en el planeta y enterémonos pues, que éstos literalmente nos costarán la vida a miles de millones de seres humanos, sobre todo quienes vivimos en las cercanías geográficas de este “excremento del diablo” que seguirá moviendo por un tiempo las maquinas de producción y destrucción capitalista a escala mundial.
A la cabeza de la carrera por las últimas gotas de este oscuro zumo vital se encuentran las grandes corporaciones capitalistas norteamericanas, cuya representación política, republicana-neoconservadora, ha hecho conocer sus planes de asegurarse las reservas energéticas y contener a sus competidores en Europa y Asia por medio de su ‘Proyecto para un Nuevo Siglo Americano’. Esto es la esencia de las nuevas guerras contra el terrorismo internacional, esto es la razón por la proclamación de un “eje del mal”. Los nuevos chivos expiatorios compartimos el estar sentado sobre el oro negro y hemos sido las primeras víctimas de este mecanismo globofascista por arrebatárnoslo.
Los EE.UU. ahora adoptan todas las características de la Alemania nazi y de la Sudáfrica del Apartheid. Debido a la tensa situación internacional y la severa crisis energética del sistema capitalista no sólo estamos experimentando un mayor terrorismo de Estado en nombre de la ‘democracia’, sino también alianzas dentro de las clases dominantes globales aparentemente muy extrañas, que, en realidad, son un fiel reflejo de la acelerada concentración y fusión de capitales a nivel mundial que sobrepasan las fronteras geográfico-nacionales tal y como lo advirtieron en su tiempo tanto Marx como Lenin.

14. Éxodo y Emancipación

Es obvio que el regreso de Marx y del socialismo científico y filosófico no es un asunto accidental ni un capricho de la ‘ortodoxia marxista fundamentalista’. Todo lo contrario, es un asunto lógico, científico y filosófico muy serio. Se debe a que las condiciones históricas objetivas y subjetivas (y nosotros agregaríamos: trans-jetivas) sí están presentes para la realización de la Revolución Francesa, burgués-capitalista, o que es lo mismo, para su aniquilación. Como dijimos anteriormente, la globalización, tal y como pronosticaron Marx y Engels en 1848, es la realización de la Revolución Francesa y de su parte complementaria económica, la Revolución Industrial; es la culminación lógica e inexorable del modo de producción capitalista. Si triunfa su negación, entonces tomaremos el camino del verdadero socialismo y emprenderemos un éxodo hacia la emancipación humana, creativa. Si al contrario el experimento global revolucionario proletario fracasa, la humanidad estará condenada a la extinción o en términos de Marx, tanto la afirmación (los capitalistas) como la negación (los trabajadores) perecerán juntos en la barbarie, y se desvanecerán como polvo de estrellas intergaláctico dejando atrás un planeta solitario, como eterna advertencia de las consecuencias nefastas de un sistema destructivo y perverso.
Sin embargo, la madre naturaleza nos enseña que la noche es más oscura justo antes del amanecer y que detrás de cada nube oscura brilla el sol. En palabras de Marx, no surge nunca un problema cuya solución no estuviera ya a mano, es decir, el hombre sólo causa aquellos problemas que él mismo es capaz de resolver. Por lo tanto y según la filosofía marxista, todavía nos queda un poco de tiempo para que los revolucionarios y emancipadores de Venezuela y del mundo aprovechemos el momento antes que se nos escape de las manos. Es decir, tenemos que armarnos física- y mentalmente para poder enfrentar el batallón de problemas que nos esperan y que no acostumbran llegar en goteras sino en forma de tsunamis. Nuestra esperanza emancipatoria objetivo-real es nuestra propia práxis científica natural y nuestra propia teoría filosófica social, aplicada permanente-, constante- y consecuentemente en contra del fascismo global.
Finalmente, como revolucionarios y emancipadores también debemos entender que la Revolución Bolivariana sólo forma la punta actual del iceberg de la revolución mundial permanente y de la emancipación humana contra el globofascismo. Todos los anteriores modos de producción explotadores, todos los imperios fueron y son productos de los actos y pensamientos del hombre, fueron y son además productos del proceso de trabajo. Sólo el hombre trabajador consciente, con conciencia histórica, revolucionaria y de clase, los puede deshacer y negar, mientras que sólo el emancipador los puede superar y lograr el éxodo hacia un mundo totalmente nuevo, creativo y propiamente humano.
Revolucionarios bolivarianos y emancipadores auténticos, de Venezuela y del mundo: ¡Construyamos el socialismo y trascendámoslo, emprendiendo el éxodo hacia la emancipación, hacia lo nuevo y lo creativo! ¡Hagámoslo, pensémoslo y sobrepasémoslo de, por y para nosotros mismos, aquí, ahora, en adelante!

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Franz J. T. Lee


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