¿Cómo entender el “rescate de la AN”?

Fernando Mieres y el cretinismo político en Venezuela

Hace apenas unos días, leí un polémico artículo de Fernando Mieres con el titulo: "El cretinismo abstencionista". Fernando antes de entrarle al tema, da algunas vueltas para explicar o acomodar un poco, cómo y cuando la palabra cretino deja de ser un insulto y se convierte en una manera de juzgar la actuación o el comportamiento político. Dice Mieres:

"No obstante hay que saber diferenciar: el insulto político, cuando es aplicado a una persona en particular, no es político; es simplemente una ofensa personal. En cambio, cuando es aplicado a un grupo, a una tendencia, a un partido, a una ideología o a una postura, el insulto pierde su procacidad sin perder su carácter político. Es un insulto, pero es un insulto político" https://polisfmires.blogspot.com/2017/09/fernando-mires-el-cretinismo.html?spref=tw&m=1

Las vueltas que da Mieres para suavizar el concepto, pudieran verse como injustificadas, porque el cretinismo es una deformación o enfermedad que lamentablemente un ser humano desarrolla en una etapa de conformación como ser humano, que le impide luego, un mejor desempeño físico e física e intelectual. El concepto está en desuso, pero Fernando le echa mano para darnos una versión (su versión) sobre un decisión.

Un venezolano o venezolana que padece esta situación porque en su proceso de conformación como ser (feto), su glándula tiroides no tuvo un desarrollo normal, no tiene la culpa (pienso yo) que algunos políticos estén militando en una opción electoral abstencionistas, como una manera inteligente (según ellos) de salir de Maduro. No es un buena vuelta, echarle mano al concepto, bajo la premisa de ser un concepto clínicamente en desuso.

Pero lo real, es que el amigo Fernando Mieres le echa mano al concepto con un relativo sesgo, porque son cretino, desde su perspectiva, sólo unos. Son cretinos, "los que estiman (...) que una dictadura se legitima con votos". Después de esta primera consideración, Fernando Mieres se desbarata todo y creo que se le pega el problema del cretinismo.

En su proceso de condimentar el concepto de cretinismo en la política, Fernando Mieres dice: "Cretinismo político es creer que la comunidad democrática internacional va a apoyar a una oposición que se niega a participar en elecciones. Cretinismo político es oponer las manifestaciones de calle como alternativa a la lucha electoral, como si esta última tuviera lugar en los dormitorios. Cretinismo político es soñar con un golpe de estado democrático".

Digo ahora, como solía decir Johnny Pacheco cuando en algunos conciertos en público, se venía con su Agua de Clavelito y decía: ¡Se cayó la casa!. En esto hay que decir lo mismo: ¡Se cayó la casa!. Cretinismo político "es CREER que la comunidad democrática internacional va a apoyar a una oposición que niega en participar en elecciones". Fuimos testigos, que países muy desarrollados "dramáticamente" se pronunciaron en su momento por negar la lucha electoral en Venezuela. No es cosa de creer, fue un hecho público y por demás notorio y eso se justificó con "razones" en su momento. Es más, vimos que después de una victoria electoral de la oposición en unas parlamentarias, hubo un cambio de ruta, precisamente bajo la asesoría y el visto bueno (bien disimulado) de "democracias" avanzadas. La oposición no abandono la ruta electoral por iniciativa propia. Medía Venezuela se creyó (y se cree) que la solución es un golpe de Estado. Antes, la otra mitad, pensamos una cosa igual y no sé en aquella época, que estaba pensando el amigo Fernando. Esa opción de un golpe militar (por razones que nos toca analizar) desembocó en un hecho muy práctico con los militares.

Pero me interesa en este caso, el sesgo -sin querer queriendo- que Fernando le da al concepto al conectarlo sólo con los que militan en la opción abstencionista. Si tenemos que echarle mano al concepto para calificar de cretina a la política venezolana, habrá que decir, que hay líderes que pueden estar muy seguros, que una gran parte de Venezuela padece de este problema. Hay que pensar bien, la propuesta de "rescate de la Asamblea Nacional". Algo muy malo puede estar sucediendo en el intelecto de una persona, que este 6-D va a salir a votar, pensando que hay gente interesada en rescatar la AN para salvarnos".

Al final del artículo, Fernando le echa mano a una visión, que pudo haberla extendido un poco más en el espectro político. Todo aquel que no es capaz de conectar su interés particular al interés más general o al objetivo más importante, cabe verlo, como una persona poca inteligente.



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Claudio Dominguez


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