PSUV-GPP y PCV-APR: un mismo fin

Hace pocos días un hermano venezolano, tal vez de 25 años de edad, andaba por los pasillos del segundo hospital más importante de la ciudad de Mérida, se identificó como "condición de calle", pidiendo una ayuda porque su bebita necesitaba un examen de orina y no tenía el recolector para el mismo. Su costo era para el momento de Bs. 150,00; no los tenía, solo le acompañaban sus lágrimas y la impotencia por no poder comprarle eso a su hijita. En la farmacia del hospital no había el producto. Finalmente auxiliamos al "joven desprotegido" para que comprara el recolector. La crisis que vivimos nos limita a adquirir bienes y servicios necesarios o emergentes porque no tenemos el capital para adquirirlo, por una dolarización que hace estragos en nuestro modo de vida, por un bloqueo económico que no permite al Estado venezolano comprar los insumos básicos para dar respuesta a su pueblo; al mismo tiempo porque quienes están al frente de la administración pública, dirigida por rojos rojitos, no atienden, ni controlan, ni auditan hospitales, ni a instituciones ni a empresas públicas. El ejemplo del "joven desprotegido" lo traigo a colación para ilustrar tres posturas diferentes de un hecho que ocurre a diario, interpretado de distintas maneras por sectores del gobierno y de la derecha; pero también por otra parte de la izquierda venezolana que no está de acuerdo con algunas políticas gubernamentales, razón por la cual el gobierno los ha catalogado de desleales por no apoyar a sus candidatos.

El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Gran Polo Patriótico (GPP) formaron una coalición para apoyar al presidente Chávez en los procesos electorales. A pesar de la insistencia del comandante de formar un solo partido, cosa que no se cristalizó por diferencias internas, él respetó siempre la decisión de los demás movimientos, como la del Partido Comunista de Venezuela (PCV) y otros partidos; no obstante, por lealtad y disciplina hacia el comandante, este partido se sumaba a los candidatos de la alianza, fue así como el PSUV obtuvo siempre mayoría representativa en cada evento. Sin embargo, el hecho de no haber escogido a los representantes ante la AN para este evento electoral del 06 de diciembre mediante consulta popular; la falta de conexión con el pueblo de la mayoría de quienes resultaron electos en anteriores eventos electorales; así como la negativa de darle continuidad a la ineficiencia y corrupción; la vida de burgués que viven muchos de estos candidatos; no denunciar las políticas erradas que en materia económica viene desarrollando el ejecutivo; pretender apoyar a algunos candidatos que fueron motivos para perder gobernaciones y alcaldías, sirvieron como causales para que el PCV-APR no apoyara a los candidatos que ya no representan a sus circuitos. Algunos coordinadores estadales, líderes o simpatizantes del PSUV no conocen ni siquiera a sus propios candidatos porque estos no pertenecen a sus propios circuitos; no tienen ni siquiera la lista estadal de éstos, porque fueron impuestos por la cúpula central y regional. El dominio del PSUV es tal que se reservó el 86% de los 120 cargos anunciados; 14% corresponden a los siete partidos de la alianza. Para asegurar su cuota el TSJ intervino las directivas de PPT y Tupamaros, por diferencias con el PSUV, lo que permitió a la tolda roja tener aliados más complacientes y armar mejor su maja político. Un total de 31 aspirantes (25,83%) son dirigentes de base del PSUV, poco conocidos a escala nacional; candidatos que aspiran repetir 30,83%; candidatos sancionados por el imperio, 12,5%; y 43,33 los que aspiran repetir.

El PSUV-GPP y el PCV-APR tienen un mismo fin, con la diferencia de que para el PSUV-GPP, para llegar a su fin justifica todos los medios para lograrlo, máxime si es el partido de gobierno, en donde se ha visto a un VTV entrevistando solo candidatos de su alianza y de derecha, no le dieron espacio a PCV-APR; líderes psuvistas de algunas localidades han tratado de atemorizar a trabajadores si apoyan a candidatos del PCV; se ha observado una gran movilización (como siempre) para apoyar a los candidatos por lista nacionales y estadales, producto de la gran maquinaria electoral tan eficiente que tiene el PSUV. Lo extraño de todo es que no hay recursos humanos (líderes psuvistas) visitando hospitales; o que hagan una revisión en cada estado para revisar la falta de gas y gasolina en cada municipio, o constaten por qué hay unos sectores mal llamados priorizados que no les quitan la luz de donde muchos rojos rojitos son beneficiados. Mientras existe un bloqueo económico que no permite la entrada de medicamentos y medicinas, por otro lado algunos rojos rojitos no se ven afectados porque andan en vehículos Corolla, Fortuner, o Hilux, para que en nombre de la patria paseen por sus urbanizaciones y por el país, se animen a luchar contra el imperio desde sus camionetas, con sus Nike; no solo su gordura les impida caminar, sino su poca moral para pedirle un voto a Juancho Pueblo que no tiene gas para cocinar desde hace meses. La clase dominante roja rojita utiliza todos los recursos para fines particulares. No podemos seguir avalando desde ningún espacio que los venezolanos sigamos desprotegidos ni por el Estado ni por el imperio, que no puedan comprar un insumo frente a unos pocos que andan en camionetas blindadas y que no saben ni siquiera cocinar en leña, por un curul. Esto si es inmoral, es desleal. ¡Es inhumano, antirevolucionario, carajo!

Esta descomposición humana, falta de formación de consciencia revolucionaria y contaminación del sistema capitalista de algunos de estos candidatos agrieta las bases de toda la estructura ética socio político del Estado. Se impone la anarquía, el sectarismo, el abuso de poder de una coalición que pretende hacer una revolución socialista en un país capitalista dependiente, con una soberanía y economía invadida dependiente del imperio y de la burguesía empresarial venezolana (integrada ahora también por esos rojos rojitos), extrañamente en "alianza o en acuerdos" con la derecha venezolana y el sector empresarial privado, quienes han sido enemigos de la clase trabajadora, contrarios al legado del comandante Chávez, antibolivarianos por demás y traidores a cualquier causa por la libertad del país; contra la alternativa de una alianza progresista que ha venido denunciando hechos de corrupción que atentan contra el pueblo. A esta rebeldía que llevan los hermanos del PCV-APR desde la matriz le llaman irrespetuosamente los PSUV-GPP, deslealtad. Llamar a tu hermano desleal es la postura más cobarde de cualquier líder de la misma base. Si no te atreviste a ser postulado, elegido y representado desde las bases no puedes considerar al otro traidor, pues traidor ha sido el rojito que ha complacido las prácticas antirevolucionarias de sus superiores y se ha beneficiado de éstas, traidor ha sido el que ha preferido el silencio por temor a ser expulsado de su cargo, traidor ha sido el que está atrincherado a un cargo y no defendió a su pueblo contra la indiferencia y la corrupción, traidor ha sido es y será el que ha sustituido los principios bolivarianos, el legado de Chávez por sus intereses personales. A lo largo de la historia hemos visto pasar por estos derroteros a los que vendieron su Patria a cambio de dinero, por seguir viviendo como burgueses, por atentar contra la vida de millones de ciudadanos para favorecer sus intereses propios; haciendo de la gestión de un Estado, de una región, o de un órgano público, una gestión ineficiente, corrupta, incontrolable e impenetrable, llena de vicios; saqueando todos los días al país, sin el más mínimo respeto y amor por este.

Nadie tiene el chavimetro, o traicionómetro para creerse más revolucionario que otro. Podemos estar en desacuerdo con lo que dicen; pero un verdadero socialista, un auténtico soldado bolivariano, defiende hasta la muerte el derecho de otro a decirlo, porque la verdad no debe ser un instrumento para distanciar o terminar revoluciones, sino la herramienta más poderosa para conquistarla y lograr los objetivos que vayan en pro de la lucha de clases. Queremos transformaciones y avances de verdad, cambios de esos que se tocan con la mano, para ello necesario es pasar a una etapa cualitativamente nueva en el relacionamiento entre fuerzas políticas, pero también se tendrá que renunciar a los nuevos modos de vida de algunos funcionarios y desapegarse de tantos actores nocivos que perjudican el proceso. Cuando esto ocurra se consolidará la unión y el socialismo del siglo XXI. A Votar con Consciencia Revolucionaria Patriota.



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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