Avengers de Lacava atentan contra la memoria de Chávez

Desde la llegada de los colonizadores a nuestra América, los hermanos originarios y la gente que vivía allí, comenzaron a padecer cambios importantes en sus realidades debido a la imposición de normas, estilo de vida y costumbres que les obligaron a adoptar. En ese marco, por ejemplo, se buscó evangelizar a la población para convertirlos en católicos, de lo contrario serían quemados, y entonces comenzó un proceso de cambio (transculturación) que obligó a dejar de lado determinados ritos ancestrales por otros cuyo propósito eran el de manipular y controlar a esta población. Poco a poco se fueron penetrando culturas de otras naciones a otros países, unas las han beneficiado y enriquecido; pero otros han servido de base para penetrar en el cerebro, en el chip de la memoria del ser humano, y poder dominar a la población: la forma de vestir; la celebración del Halloween, el papa Noel o santa Claus, el mal llamado lenguaje inclusivo, que atenta contra la lógica lingüística, el machismo que atenta contra la mujer a través de la música como el reggaetón, la nueva ola musical que denigra a la mujer y percibe al sexo como morboso, las cómics que nos obligaron a ver a través de la televisión con figuras dañinas (como Súperman, Batman, Drácula, Heidi, los Súper héroes, en fin), que lo único que hacía fácil era que mamá pudiera hacer los quehaceres del hogar. Este tipo de "entretenimiento" no cesa porque a los artífices del arte oscuro les interesa captar a los niños, niñas y adolescentes por ser los más sensibles y vulnerables para su objetivo.

Por esta razón un gobierno revolucionario debe priorizar este tipo de atenciones y no alimentarlas, sus principales dirigentes deben ir a la vanguardia en este tipo de cambios, en esta lucha, no hacerlo denota una falta de responsabilidad para el colectivo, una falta de compromiso, pues el peligro es obvio. En el terreno de la educación, cultura, comunicación e información se debe plantear un paradigma de liberación social y cultural que aún hoy está impregnado por esos mercaderes de la cultura. Lamentablemente, los centros de conducción y control político están secuestrados por una capa de funcionarios estatales, que no comulgan con los verdaderos lineamientos de un revolucionario, de un socialista, de un bolivariano y de un chavista. En este sentido, el tema de las contra hegemonías nacional popular implica una ruptura con la racionalidad política dominante, contra esa hegemonía capaz de imponer a su pueblo asquerosos conciertos de reggaetón que atentan contra la mujer, o de llamarse Drácula él y todo lo que le rodea alentando a una cultura impropia de un pueblo, que va en contra de los principios bolivarianos y de nuestra idiosincrasia. Esto hay que observar con preocupación. Debe hacerse un llamado de alerta a las fuerzas socialistas para que deploren este tipo de acciones de un funcionario con alto cargo en la administración pública, máxime si su cargo fue gracias a la revolución, gracias a los ojos de Chávez, y gracias a un pueblo que busca imponer una revolución cultural para desarticular efectivamente esa hegemonía donde se codean los zorros y camaleones. La transculturización es una de las armas empleadas por el imperialismo, por las fuerzas oscuras, como medio de dominación de los pueblos, como otrora lo hiciera el imperio español, a través de esta transcultura ha habido cientos de años de dominación, de saqueo de riquezas y genocidio. El primer camino para ser verdaderamente emancipados es liberándonos de esa cultura impuesta porque degrada nuestros orígenes y principios.

Si un gobernador como Lacava (a quien el presidente Maduro lo exalta constantemente por sus dotes de "revolucionarios" y aplaude por sus heroicas producciones), es capaz de producir un vídeo show desideologizado cuyos protagonistas principales son el comandante Chávez, Maradona, luego el presidente Maduro (a quien ahora llaman el Súperbigote, otra forma ridícula de transgredir nuestros principios revolucionarios) y el propio Lacava, es porque estamos en presencia de una degradación de valores revolucionarios socialistas por parte de quienes dirigen, en este caso, un estado. Los avengers de Lacava atentan contra la memoria de Chávez, al mismo tiempo contra el propio pueblo que busca la verdadera liberación. No se trata solo de la libertad de esas imposiciones, sino de la libertad espiritual plena y una va unida a la otra. Si esto no lo ha entendido el señor gobernador Lacava, el PSUV —si es que aun le queda algo de formación con consciencia— está obligado a sancionar este tipo de actos llenos de imbecilidad, de basura de murciélagos, con bigotes tan absurdos, que irrespetan la memoria del comandante Chávez. La intención del gobernador va mucho más allá de pretender enaltecer al comandante, más bien congraciarse con el presidente, no se lo reprocho; pero si le critico que use escenarios con una gran multitud para demostrar su amor por esas "culturas" del imperio, para hacerle honor a una cultura tan perversa que durante años han dominado la mente de los más débiles. Es necesario volver a Chávez, retomar a Bolívar, las teorías marxistas, profundizar a Galeano, volver a las barriadas y ver tantos niños que aún juegan a la violencia porque eso es lo que le enseñan los comics, mirar a la mujer maltratada víctima de violencia. Es necesario hacer la revolución con verdaderos revolucionarios bolivarianos.



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Esmeralda García Ramírez

Licenciada en Administración Articulista

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