Para tal gobierno tal pueblo

I

El gobierno de Maduro

Ningún gobierno en el mundo habría aguatado, sin caer, una andanada de ataques de todos los calibres, tanto desde adentro como desde afuera. Esa hazaña de enfrentar, con éxito, dos súper apagones no es de un gobierno cualquiera. Hay que tener cojones por montones. Hay que tener aguante, como el más pintado. Hay que tenerlas bien puestas para enfrentar, tal como lo ha hecho, las amenazas del quinteto de la muerte que habita en la Casa Blanca. Un quinteto perverso y criminal, jamás visto en la política internacional. Hay que creer, fielmente, en el pueblo, para que el gobierno de Maduro se nutra de la conciencia que sembró Hugo Chávez en ese pueblo arrecho y combativo.

En el gobierno de Nicolás Maduro Moros, ha habido funcionarios de todo tipo: unos ladrones descarados, otros corruptos de marca mayor, otros tránsfugas y traidores, pero, a la hora de las chiquitas, allí está un grupo de hombres y mujeres que no sólo aman a su patria, sino que demuestran, con hechos, que están dispuestos a morir por defender el legado de Hugo Chaves Frías. Ese grupo de funcionarios, civiles y militares, se han fajado, como un solo hombre, para enfrentar este último y terrible ataque eléctrico. No es poca cosa lo que hicieron los terroristas, obedeciendo instrucciones del también descarado diputado Guaidó, quien, sin tener pelos en la lengua, ha afirmado en diferentes escenarios que el corte de luz, agua y gas, será hasta que el "usurpador se vaya". Estilizando el mismo lenguaje soez e intolerante de su amo Donald Trump.

II

Pueblo arrecho y cohesionado

El súper héroe de esta crisis en la que no ha metido el imperio y sus lacayos locales, no es otro que el pueblo. Gloria a ese bravo pueblo que, como roca de granito, se ha mantenido firme y solidario con su líder, legítimamente reconocido en todo el mundo. Los terroristas lo han provocado, pero no ha caído en la trampa. Los traidores han hecho de todo para provocar un estallido social, al estilo del 27 de febrero, en el gobierno de Carlos Andrés Pérez. Pero no lo han logrado. El pueblo venezolano está impregnando de una elevadísima conciencia, y de un nivel político james visto, no sólo en Venezuela, sino en Latinoamérica y en buena parte del resto del mundo. Chávez despertó a ese pueblo y lo impregnó de conciencia, y lo instó a no ser convidados de piedra, sino protagonistas de la historia de la patria de Simón Bolívar.

III

El mundo sorprendido

En el mundo se preguntan: ¿De qué fibra está hecho este señor Maduro? Pero, sobre todo: ¿De dónde salió este pueblo tan arrecho y tan obstinado en defender su país? En efecto, estas son interrogantes que andan dándole la vuelta al mundo, sin que puedan dar con la respuesta correcta. Ese pueblo, señores del mundo, salió de la historia de nuestra independencia nacional. Este pueblo, que los sume en la más insólita sorpresa, nació de las batallas de nuestros héroes independentistas, enfrentados al imperio español, que, dicho sea de paso, fue echado por Bolívar y su gente "pata en el suelo", pero con un corazón de hierro y del tamaño de un balón de futbol. Por allí están las respuestas a estas interrogantes. Y lo que le faltaba a nuestro pueblo, se lo añadió Hugo Chávez Frías, artífice de la construcción de un pueblo unido, de elevada conciencia, y listo para defender el sagrado legado independentista, y forjar, como granito en bruto, un equipo, a nivel nacional, amalgamado en un invencible dúo, pleno de conciencia: el cívico-militar.

IV

Las horas se le agotan

Mientras tanto, los apátridas lucen desorientados. No encuentran en que palo ahorcarse. El diputado, con sueños de heroicidad, inspirados y sembrados por Trump, se le está acabando las horas. Y mucha gente espera que antes que se vaya, rumbo a Colombia, sea atrapado y encarcelado para que pague por el gigantesco daño que le ha ocasionado, sus aires de grandeza inflados por el imperio, y pague, como tiene que pagar un delincuente y terrorista de esa calaña. El daño que este despatriado le ha causado al país, no tiene parangón en la historia. Y por tal razón tiene que pagar por lo que ha hecho, sin importarle nada, ni siquiera a las mujeres y a los niños y niñas que han ha sido sometidos a sus caprichos de grandeza… Por cierto, ¿Qué esperan los organismos competentes para sacar de su casa a Leopoldo López? No para internarlo en el "hotel de Ramo Verde", sino para trasladarlo a una cárcel, común y corriente, donde tenga que soportar lo mismo que soportan el resto de los presos… ¡Se cansa uno!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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