PSUV: sometido al sistema capitalista y la corrupción

El Estado dirigido por partidos de pensamientos único anti dialéctico en el poder se ha convertido en nido de la burocracia estado partidista. Nadie pone en duda que todos los partidos que apoyan la revolución Bolivariana han cuestionado el modelo de la democracia protagónica, pero el protagonismo debe existir en todos los terrenos, en todas las circunstancias y en todos los frentes de batalla que pongan en peligro esa democracia y la soberanía del país, aspectos éstos que lamentablemente ya no existen en el PSUV. En el I Primer Congreso Extraordinario del partido (año 2010), se acordó que el PSUV, como expresión de la unidad del pueblo, debe asumir el papel de vanguardia en las luchas que se han de librar en el marco de la era Bicentenaria hasta lograr la independencia definitiva de nuestros pueblos, en los términos que planteó el comandante Hugo Chávez (2010-2030), nuestra patria no solo debe ser libre, independiente y soberana, sino también debe haber consolidado el Socialismo Bolivariano. Chávez no solo apostó por la concreción de este proyecto humanista, sino que confió en que el PSUV asumiría estas riendas y que el partido no estaría al sometimiento del sistema capitalista y de la corrupción.

Existe una dicotomía entre el DEBER SER que supone es la norma en toda organización política; pero hay un ES que marca la realidad en esta nueva era del gobierno del presidente Maduro. Por supuesto que esta división tiene sus orígenes desde su nacimiento, pero se ha arraigado en esta crisis económica y alimentaria del país. Por ejemplo el DEBER SER del PSUV es ser el partido del proletariado urbano y rural, del campesino, de la clase trabajadora (no desde el punto de vista que lo "representa" las mafias de los sindicatos), de los estudiantes, de las enfermeras, de los artesanos, de todos los sectores explotados y no representarlos ante una eventual o determinada circunstancia. Sin embargo, hemos ido de mal en peor con esta representación, ya que antes sus cuadros directivos vivían lejos de la ciudad capital, ahora la mayoría vive en Caracas. Los líderes regionales hacen turismo a nombre de la revolución y ni siquiera se reúnen con las bases del partido en los municipios. Las tomas de decisiones y elecciones internas se determinan por las diversas instancias de dirección de acuerdo a las condiciones políticas, circunstancias estas que son establecidas por los "representantes" de Caracas, que desconocen las realidades políticas-sociales, tanto locales y regionales; aunque en otros casos es determinado por lo que diga el alcalde o gobernador de turno.

La corrupción que impera en el país, ya no solo heredada de la IV República sino amasada en esta bonanza petrolera chavista, aunada a la crisis que vivimos, para la cúpula sectaria psuvista no es producto de errores cometidos por parte del gobierno sino del imperio. La guerra y el bloqueo económico implantado por EE.UU. y otros países no está en discusión y todo lo que ella deriva; lo que se cuestiona es la ineptitud del gobierno junto a sus ministros, de la ANC y del PSUV (como partido de gobierno), en hacer frente a esta problemática, en dar respuestas asertivas a la especulación a la que nos ha sometido el sector empresarial, a la guerra de la Asociación Bancaria contra el pueblo, a las mafias organizadas de funcionarios (incluyendo guardias, policías y militares) con paramilitares en las fronteras con los alimentos y otros rubros, a la violación constante y desenfrenada de nuestra soberanía por parte de algunos funcionarios venezolanos. Parece ser que no existiera la intención de dar una vida mejor a los venezolanos, sino de hacerlos dependientes y esclavos de tanto sometimiento al sistema capitalista y a la corrupción.

De seguir así estaremos avanzando hacia una mutación sin precedente del chavismo sin el psuvismo por tener una dirección política corrupta, que aún no toma consciencia del momento histórico social, que desconoce la legalidad, la moralidad y la ética, indiferente ante las necesidades del pueblo, que hoy no están de lado de la clase trabajadora al permitir que tengan sueldos injustos y por una falta de formación de consciencia revolucionaria. Las mieles del capitalismo la disfrutan hoy solo los líderes aprovechavistas que hacen grandes negocios de millones de dólares (a la tasa de DólarToday), gracias a los jugosos contratos en nombre de la revolución o a la locura cambiaria que genera grandes fortunas instantáneas; mientras que "juancho pueblo" hace largas colas para comprar una Harina Pan (esa que vende Lorenzo Mendoza y que el gobierno permite su especulación y desaparición). Este Cuarto Congreso del PSUV debe servir para que el partido haga una revisión profunda de su accionar, pulverizando las tradiciones que reflejen el espíritu burgués al cual aun están sometidos; realizar una Asamblea Nacional para cambiar todo lo que tenga que ser cambiado, pues no estaríamos hablando de revolución. Adaptando el pensamiento de Fidel: sin partido no podría existir revolución y debería ser el alma de ella para dirigir, guiar, orientar, propiciar el desarrollo económico del país, garantizando el cumplimiento de los planes de la dirección de la revolución en cada lugar; delimitando sus funciones entre el partido y demás organizaciones que le corresponde dirigir, supervisar, controlar, informar; pero no administrar, ni gobernar; pues debe dirigir en los distintos niveles sin interferir en sus funciones sin desconocer las organizaciones. Debe preocuparse e internalizarse por todos los problemas, nada le puede ser ajeno. De seguir hacia este camino el PSUV morirá sin haber intentado hacer una revolución.

(*)esmeraldagarcia2309@yahoo.com

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Esmeralda García Ramírez

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