Qué es y qué no es socialismo

En una discusión de esquina resulta casi imposible defender al socialismo, y menos en medio de este caos de confusiones ideológicas y de conceptos. Al grueso de la población la domina los prejuicios y la ignorancia sobre el asunto. Si la eficiencia está asociada de manera prejuiciosa a la empresa privada, de la misma manera lo está a la ineficiencia a la burocracia estatal; si corrupción es sinónimo de administración pública, en la Empresa privada solo son negoción, se trata de la ley de la maximización de la ganancia y la libertad de iniciativa.

Antes, cuando Chávez estaba vivo, al socialismo lo relacionábamos a un estado de ánimo positivo para el cambio, pero hoy lo identificamos con la descomposición social y moral, y con la ineficiencia gubernamental ¿Cómo es posible que desde el gobierno se pueda eliminar la corrupción o se pueda ser eficiente, si se supone que la corrupción se genera en él, y con él no es posible la eficiencia?

Y al gobierno se lo asocia con el Estado, por eso el desencanto está generalizado por las gestiones adelantadas desde el Estado en todas sus instancias. Al socialismo se lo asocia con el Estado y todos sus males; no con otra cosa…, pero es mucho más que eso.

¿Qué es el socialismo? Las misiones de Chávez es socialismo, pero vistas de forma integral, son varios los elementos que interviene en el hecho socialista. Por ejemplo, pensar la idea de la misión Hipólita y decretar su creación y organizarla, es un acto socialista. Quizás la ejecución de la idea sea mala y ni siquiera produzca los resultados esperados, pero la idea es buena y es socialista como imagen rectora aunque su realización haya fallado. En el gobierno de Chávez, haber tenido ideas socialistas en vez de ideas pragmáticas y reformistas fue muy importante, y todavía hoy es importante saber distinguir entre las ideas del socialismo del reformismo pragmático.

La ejecución de la idea y sus resultados dirán qué tanto socialismo hemos alcanzado en el terreno, en la práctica, pero luego viene la crítica, las correcciones y sobre esa misma base se puede insistir, es decir, sobre ese objetivo ideado. Digamos que él es la misión negra Hipólita, o sea, dignificar la vida de los niños y jóvenes de la calle, indigentes, etc. Otro ejemplo puede ser la idea de escolarizar a toda la población mayor de 6 años (no puede ser opcional), esto es una idea socialista; otro, obligar a toda la población tener una carrera universitaria (que tampoco puede ser opcional). Estas son ideas socialistas que se pueden ejecutar. Ahora, que se ejecuten mal o no se realicen jamás no les quita la fuerza como idea socialistas (son ejemplos sencillos y nada más). Pero también ejecutar e insistir tercamente sobre su realización es socialismo.

Son dos dos o tres aspectos: el primero es la idea, el segundo es la voluntad para realizarla y el tercero la obra realizada y sostenida en el tiempo, cada una de esas etapas contiene un factor socialista: la idea de dignificar a las persona en situación de calle es socialismo, la perseverancia para que se realice bien, es decir, la voluntad sostenida sobre ese objetivo es socialismo, y la obra realizada y sostenida viva en el tiempo, institucionalizarla…, eso, que era algo extraordinario o eventual en un principio, convertirlo en algo cotidiano, eso es una verdadera institución o una institución socialista; es el último factor por el cual decimos ésto socialismo.

Socialismo no denota un todo acabado –ni siquiera en Marx existe así el socialismo- no son métodos ni formas de producción, no son leyes, no son símbolos hueros ni colores, ni siquiera consignas, socialismo es una voluntad de crítica y de cambio personal y de cambiar las cosas fuera de nosotros, en pensamiento y en acto, socialismo es perseverar, es lograr institucionalizar las ideas más imposibles, es hacer de lo extraordinario, algo ordinario, cotidiano.

Cuando sea natural la amabilidad con los ancianos y los niños y con el resto de los seres humanos, cuando sea normalísimo no echar basura en la calles, no orinar en las calles y espacios públicos, cuando la honradez sea parte de nuestros hábitos, cuando la honestidad sea un rasgo fundamental de nuestro carácter como pueblo, la solidaridad sea nuestro rasgo distintivo…, hemos institucionalizado buena parte del socialismo, nuestra lucha será mucho más entusiasta, habremos avanzado en la conciencia del deber social, esa idea tan inalcanzable para muchos y tan abstracta para otros.

Hay pequeñas conductas de gran significación, que sin ser militantes podemos decir que son socialistas: la honestidad, la honradez, la solidaridad, dar sin pedir nada material a cambio, dar sin exigir, la crítica racional y sincera, la autocrítica igualmente sincera (reconocer de corazón y públicamente los errores cometidos), la humildad en el trabajo y en la palabra, esas conductas son socialismo; qué no sean todo el socialismo que desearíamos no quiere decir que el socialismo no exista en ellas; existe en el espíritu, fundamentalmente…, y de ahí a la obra socialista hay un paso.

Y es que el socialismo son esas imágenes directrices, ideales, que poco a poco, en las prácticas de vida diaria se hacen realidad. Y esto no quiere decir que la sociedad socialista se construya solo y únicamente mediante pequeños pasos individuales, quiere decir que sin la concurrencia de individualidades que puedan entender, que estén dispuestas a cambiar y que perseveren en la lucha los grandes cambios revolucionarios y sociales será mucho más lentos y difíciles: lo mínimo y lo de mayor escala, las dos formas se requieren a la vez de manera simultánea para ir sembrando sobre tierra fértil la nueva sociedad. El socialismo sí existe, y está en el camino que nos lleva hacia él.

¿Qué no es socialismo? Regalar dinero, comida y electrodomésticos, ¡no es socialismo!, dar sin exigir una contraprestación con sentido espiritual a cambio (en trabajo voluntario, en formación para el trabajo, o en servicio social, etc.), ¡no es socialismo! Votar, sin conciencia y sin sentido ¡no puede ser socialismo! Manipular a las personas ¡no es socialismo!, mentir ¡no puede ser socialismo ni socialista!, aprovecharse de lo que nos pertenece a todos y de los males ajenos, la envidia, la calumnia, dañar física y moralmente a personas inocentes e indefensas ¡eso no puede ser socialismo!, la flojera y la comodidad extremas mientras los demás se esfuerzan, el chisme, la discriminación, el irrespeto, aprovecharse de la pobreza, de la ignorancia, de la debilidad, de la incapacidad de los demás no puede ser calificado de socialismo…, y es que cuando la gente dice que el socialismo no existe no se quiere comprometer personalmente con los cambios espirituales necesarios, por eso prefieren pensar que no existe, por la comodidad de no tener que cambiar, de no superar vicios, defectos, crápulas comunes y muy sociales las cuales son en su mayoría compartidas por toda la sociedad. Uno de los principales males sociales a superar por el socialismo es precisamente la hipocresía pacata pequeñoburguesa la cual existe para ocultar debajo de un manto de normalidad y fatalidad todos los pecados capitales y del capitalismo.

Marcos Luna 10/05/2018



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

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