El día que murió Chávez ¿Y tu? Que hacías, donde estabas? ¿Con quien andabas?


Ese día aciago todo olía a tristeza; así como cuando nuestras abuelas veían una mariposa negra dentro de la casa y ante la eminemente llegada de la tragedia buscaban la salvación en el agua bendita y en el rosario.

Siendo mediodía estaba en mi oficina del concejo municipal preparandome para ir a una reunión con el alcalde de Los Guayos, Anibal Dose, la cual habíamos pautado para las 3 pm; en el interín me llamó mucho la atención que el camarada Miguel Flores, Secretario del Gobierno de Carabobo colocara en su PIN una foto de Chávez con un crucifijo. Me pareció extraño pues el mantenía fija una foto familiar de su hijo, y no era de los que constantemente hacían actualizaciones de fotos.

Eso me puso pensativo y alerta, e hice algunas llamadas y pasé algunos mensajes a personas que estando en posiciones importantes de gobierno tal vez podrían informarme sobre la salud del Comandante; el resultado fue infructuoso. En medio del hermetismo, alguien me dijo que a las 2 pm habría una rueda de prensa para informar sobre la salud de Chávez (recordemos que en los días previos corrían rumores fuertes sobre su gravedad).

El hecho es que siendo un poco mas de las 3 pm llegué al restaurante del hotel "Las Cabañas" del municipio Los Guayos y me senté a tomar un café con el camarada Anibal Dose mientras revisabamos la situación nacional y regional, previo a la revisión de los asuntos del municipio; he de decir que el tiempo se nos fue mientras hablamos de lo humano y lo divino, de la vida y de sus cosas, dado que somos amigos y un café siempre provoca la amena conversación.

Estando en eso, noto que uno de los trabajadores del lugar le da volumen a los televisores que están repartidos por el salón y uno de ellos pude ver al Alto Mando político-militar de la Revolución, encabezado por Nicolas Maduro. Solo atiné a decir: Compadre, se nos
murió Chávez!!

Recuerdo que Anibal Dose se paró de la silla y fue hacia el televisor; yo me quedé sentado, absorto, sin escuchar. Luego de la breve alocución anunciando la fatídica noticia, el alcalde regreso a la mesa, nos miramos y dijimos: vamos cada quien a nuestras casas y esperemos instrucciones.

Eso hice, fui a mi casa viendo en el camino como los negocios cerraban, la gente se recogía, la tristeza llenaba todo. Era una tarde de marzo, un día 5, hace 4 años cuando camino a mi casa empecé a llorar. Chávez nacía para la eternidad..!!

jgblancocorona@yahoo.com
@JoseGBlanco



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