¿Pa´ que carajo sirve el pueblo?…(o inutilidades de la teoría del queso rallao)

no entregues a los buitres la vida de tu tórtola, ni olvides sin remedio la vida de tus pobres.

(salmo 73, 13 - 23)

Este artículo está escrito desde la indignación. No por ello pierde sindéresis o reflexiona desde la bilis. Interpretamos la realidad consciente de la importancia que tienen dentro de ella los que abajo la sienten, de manera diferente a los que desde la casa del partido se han hecho expertos en mirar el mundo desde la ventana y han decidido en contra de las mayorías. Este artículo recoge la expresión sentida alma adentro por los invisibles, los excluidos que siguen aferrados a la construcción del poder popular, de su democracia respectiva y con ello del socialismo. Este artículo pudo titularse también Fenomenología del queso rallao o como con la teoría de Aristóbulo se premia la corrupción en Anzoátegui, en fin el problema no es de forma, es de fondo…es de alma.

Ante las terribles decisiones que vienen usurpando el poder popular y que se han tomado desde la alta magistratura nacional y desde los cogollos regionales para favorecer una manera ligera de hacer socialismo, no queda otra cosa que decir que no sea la que utilizamos para titular este artículo ¿Pa´ que coño sirve el pueblo?. La respuesta a ella tiene variantes que tienen que ver con los intereses particulares o personales o colectivos y sociales. Ellas van a definir también el tipo de gobernabilidad a la que se opta: neoliberal o socialista. Desde la primera, el pueblo sirve para votar, su utilidad se remitiría a la utilidad que tiene un modes, uselo y tirelo. Esta ha sido determinante a la hora de decidir por el candidato (porque el candidato así concebido es visto como una inversión) en una concepción bancaria de la política. Aquí se ha destacado la primera empresa del país como un importante partido político y vaya que tiene seguidores como para hacer que cambie en un dos por tres cualquier decisión y cualquier dirección regional, específicamente la de Anzoátegui se excite ante ella con pasión freudiana, para volcarse en amores con los “impuestos” o impostores. ¡que legado ni que ocho cuartos!

Por otro lado, la otra respuesta, la del militante y el compromiso que asume el problema de las candidaturas como una prolongación de sus esperanzas, que la percibe como un brote que emerge de la vida, que retoña de los barrios, de los sectores populares, de los profesionales y técnicos comprometidos con la tierra y el hombre y la mujer nueva y que se concibe como pueblo y debe su utilidad a la constante búsqueda de los iguales. Aquí se aspira a socialismo y más socialismo…pero esto no es negocio y mucho menos en un municipio como Simón Rodríguez donde las fuerzas que imponen candidatos saben que viene una bola de billete por ser la puerta de entrada a la Faja del Orinoco. ¡viva el bolivarismo! – el de las monedas, claro está.

Definitivamente, algo tiene que pasar (es posible que este pueda ser un elemento para darme un perfil de terrorista y me haga más peligroso que el Bocaranda). Los hijos e hijas de Bolívar no se la calan más. No es capricho, es que ven corruptos haciendo gobierno socialista (realmente lo que hacen es comparsa) con tanta facilidad, porque aprendieron a vivir de Maduro o a vivir de Aristóbulo, vaya que nada mejor para fortalecer corruptos y vividores que su famosa teoría del queso rallao.

Los hijos del pueblo, los honestos, los que trabajan los que no se quejan de lo pesado que está resultando sostener el morral de Chávez, acaso deben remitirse a la genuflexión, a no olvidar aquello del año electoral y de las líneas del partido. Que facilona y podrida está resultando la lealtad que demandan los desleales. Como seguimos torturando a Jorge Rodríguez y a Noel, como seguimos disparando contra Sorfanny y el Catire Rincones.

Y me perdonas Nicolás, tu que ayer y todos estos días te adelantabas a los hechos señalando a la voz disidente, a esta que clama en el desierto, como antipatriotas o contra-revolucionario. No es eso. Es que estas escuchando cuentos que esconden realidades, que marginan porque no has querido entender que Drácula no puede ser gerente del banco de sangre, y que cerca están de ti, los que te ponen lejos del pueblo.


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Nelson España

Miembro del Frente Antiimperialista de la Zona Sur - Anzoátegui

 espanel7@gmail.com

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