¿Quién fue el mejor biógrafo de Marx?: un burgués

 

Sólo el título podría parecer despectivo, pero no lo es. Hace alrededor de 35 años tuve la oportunidad de leer la biografía de Marx escrita por el camarada Franz Erdmann Mehring. Sólo dos años de vida había cumplido Mehring cuando salió a la luz pública el gran fenómeno histórico doctrinario conocido como “El Manifiesto Comunista”. Baste sólo saber que Mehring fue fundador de la Liga Espartaquista junto a esas dos grandes eminencias revolucionarias y marxistas: doña Rosa Luxemburgo y don Karl Liebknecht, ambos brutal, salvaje y criminalmente asesinados en la tortura por los “demócratas” burgueses. ¡Ah!, se me olvidaba contar que el libro escrito por Mehring sobre Marx me lo pidió prestado un sacerdote y a éste se lo quitó prestado otro sacerdote que era rector de un seminario y no recuerdo si era del Hatillo. Lo cierto es que un día mi amigo sacerdote me llegó con el siguiente mensaje: Le manda a decir el rector que ese libro no se lo devuelve jamás, porque está decomisado en nombre del proletariado y del socialismo. Quedándome mudo no pude menos que sentir admiración por el sacerdote rector que jamás conocía personalmente. Hoy me pregunto_ ¿en qué manos andará mi libro decomisado precisamente,  por un sacerdote y no por un comunista? Lo que sí estoy seguro es que el decomisador o expropiador disfrutó de su lectura y del rico contenido de esa biografía del padre del marxismo.

De Franz Mehring hay que admirar muchas, pero muchas, cosas o cualidades o méritos que van no sólo por haber escrito la mejor biografía sobre Marx,  haber sido un excelente marxista, un extraordinario militante comunista sino, también, por haber abrazado la causa del proletariado viniendo de una familia con respetables recursos económicos. Por eso, los marxistas jamás deben meter en el mismo saco a todos los burgueses o a todos los pequeños burgueses. Hay material escrito y publicado suficiente para uno guiarse y destacar la grandeza del camarada Mehring. Sin embargo, permítanmelo camaradas, que me remita a una breve pero valiosísima carta que fue enviada por la camarada Rosa Luxemburgo al camarada Mehring y que encierra un contenido que –a mi juicio- nadie de este tiempo goza de conocimientos tan vigentes de tiempo para superarla. Sencillamente, camaradas, léanla con emoción sin perder el hilo dialéctico en ninguna de sus líneas ni el ardor revolucionario de sus palabras.

Carta de Rosa Luxemburgo a Franz Mehring:

“Mí venerado amigo: Tiene usted que permitirme que reproduzca aquí las pocas palabras en las que he intentado decirle verbalmente por qué su personalidad y su obra me son y seguirán siempre tan caras. Desde hace muchos años, ocupa usted cerca de nosotros, por derecho propio, un puesto que nadie le puede disputar: el de representante de la auténtica cultura del siglo en todo su brillo y esplendor. Y si según Marx y Engels el proletariado alemán es el heredero histórico de la filosofía clásica alemana, usted es el albacea de esa herencia. Ha salvado usted del campo de la burguesía para traerlo al nuestro, al campo de los socialmente desheredados, todos los tesoros que aún guardaba la cultura en otro tiempo espiritual de la burguesía. Sus libros y sus artículos han familiarizado íntimamente al proletariado alemán, no sólo con la filosofía alemana clásica, sino también con los poetas clásicos, no sólo con Kant y Hegel, sino también con Lessing, Schiller y Goethe. Con cada trazo de su pluma maravillosa, ha enseñado usted a nuestros obreros que el socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo. Defenderla, permanecer en su atalaya a pie firme, es la misión que usted se ha impuesto desde hace más de una generación. Cierto es que hoy –desde la espantosa bancarrota de la guerra mundial- los herederos de la filosofía clásica andan como míseros mendigos llenos de penurias. Pero las férreas leyes de la dialéctica histórica que usted ha sabido exponer ante el proletariado, día tras día, con mano maestra, harán que los mendigos, los “desharrapados” de hoy, vuelvan a erguirse y sean otra vez los luchadores fieros e indomables. Tan pronto como el espíritu del socialismo vuelva a soplar en las filas del proletariado alemán, su primer movimiento para alargar la mano hacia sus obras, hacia los frutos de la labor de su vida, cuyo valor es imperecedero y en los que alienta siempre el mismo hálito de ideas fuertes y nobles. Hoy, en que las inteligencias de origen burgués nos traicionan y desertan de nosotros en manada para retornar al pesebre de los que mandan, podemos verlos marchar con una sonrisa de desprecio, y decirles: ¡Idos en buena hora! ¿Qué nos importa que os vayáis, si le hemos arrancado a la burguesía lo último y lo mejor que le quedaba de espíritu, talento y carácter: a Franz Mehring?

Siempre suya, cordialmente: Rosa Luxemburgo”

¡Vivan por toda la eternidad los burgueses como Engels y Mehring! Lo que sí sabemos es que jamás la burguesía hará la Revolución proletaria.

 


 

 



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Freddy Yépez


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