Camarada Correa: opine a tiempo

Sin duda alguna, el camarada Correa es reconocido como uno de los mejores economistas que ejercen la política en América Latina. Bueno, ha estudiado y realizado postgrados para obtener esos conocimientos que posee de economía. Toda regla tiene su excepción: Fidel no estudió economía pero resultó, la misma lucha de clase le sirvió de universidad, un verdadero genio en economía. Bueno, ni Marx ni Engels, Ni Lenin ni Trotsky, ni Rosa Luxemburgo, estudiaron economía en universidad alguna. ¡Miren qué cosa!: Marx es el autor, nada más y nada menos, que del famosísimo y científico libro ''El Capital'' que no pudieron escribir los grandes economistas académicos a pesar del cúmulo de conocimientos científicos que poseían para su tiempo. Ahora, en verdad, en mi caso de economía no he logrado aún, a pesar de mis setenta años de edad, entender ni pío aunque sí sé que la ley de la oferta y la demanda mucho nos dice de las realidades socioeconómicas, de los precios y que las colas permanentes para adquirir mercancías van mermando las bases de un proceso revolucionario o de derecha o de centro.

                El camarada Correa anunció públicamente su creencia en que el camarada Maduro ha cometido  errores económicos o en política económica. En verdad, proceso revolucionario o revolución que no cometa errores en economía, especialmente en sus comienzos,  no es ni proceso revolucionario ni revolución. La más grandiosa de todos las revoluciones que ha conocido la historia del género humano, la proletaria en la Rusia de octubre  de 1917, se vio en la obligación de aplicar la conocida NEP, aspirando el camarada Lenin que se lograse un capitalismo de Estado como un paso indispensable de garantía de la transición del capitalismo al socialismo. Si es Dieterich o cualquier cristiano común que escriba en aporrea quien se atreva señalar que el camarada Maduro comete errores en política económica le cae un avispero encima pero como es el Presidente de Ecuador, camarada Correa, las mareas no levantan críticas  destructivas.

                Partamos del principio que ciertamente el camarada Correa tiene toda la razón y que el camarada Maduro sí ha cometido, como debe ser muy cierto, errores en su política económica. Sin embargo, no me resulta creíble ciento por ciento que el camarada Correa no haya cometido sus errorcitos en política económica aun cuando se haya graduado y realizado postgrado en las mejores universidades del mundo. No sé, pero la teoría es una cosa y la práctica otra. Pienso que ninguna medida económica depende sólo de la voluntad de un gobierno servirle fielmente a un pueblo sino, especialmente, de las necesidades de la realidad suprema de tiempo y lugar. Si una nación es conducida a un estado de confrontación armada con alguna potencia que pretenda doblegarla  y someterla a sus políticas de expoliación, el gobierno de la primera se verá en la imperiosa necesidad de aplicar medidas económicas distintas a un tiempo en que ni siquiera es presionada por la potencia  imperialista. Por una guerra civil es que hubo necesidad de aplicar en Rusia lo que se conoció y fue muy duro el ''comunismo de guerra''. Y éste era, en otros términos, como ponerle una pistola en la sien a un trabajador para que asistiera a cumplir su horario de trabajo en la fábrica que le correspondía.

                Bueno, pero decimos que el camarada Correa tiene razón en su exposición y que lo ha manifestado con muchísimo respeto hacia el camarada Maduro que es quien ha cometido los errores en política económica. Pero, lo más importante de las críticas del camarada Correa es que considera que esos errores en política económica del camarada Maduro son los que exacerban las contradicciones y elevan las tensiones de conflicto violento en la sociedad venezolana. Pero aquí viene el meollo o misterio a descubrir. Entre gobiernos que se plantean construir el mismo sueño, el mismo ideal y si especialmente es el socialismo, tiene que haber entre ellos una relación de armonía, del principio del internacionalismo revolucionario, de una diplomacia revolucionaria y solidaria. Eso implica, por ejemplo, que antes de un mandatario camarada haga una crítica pública contra otro gobierno revolucionario haya debido, primero, haberla hecho llegar al otro mandatario por los canales regulares de la diplomacia revolucionaria. Si no fue así la crítica del camarada Correa, estuvo muy mal planteada porque contribuye con las fuerzas de la oposición, con el imperialismo y no con el proceso revolucionario y el gobierno que preside el camarada Maduro. Eso sería oportunismo crítico-crítico.

                Ahora, si el camarada Correa ha hecho llegar sus críticas por los canales regulares de la diplomacia revolucionaria con el gobierno del camarada Maduro  y éste no le ha hecho caso absolutamente para nada, entonces, si tendría razón el camarada Correa para hacerlas de carácter público y que el pueblo venezolano las haga suyas y exija al gobierno del camarada Maduro las corrija.

                Sencillamente, desconozco a ciencia cierta si se hizo o no la crítica por los canales de la diplomacia revolucionaria entre los gobiernos de Ecuador y Venezuela. Si se hizo mi escrito carece de valor, pero si no se hizo tiene vigencia. Sin el respeto a la crítica constructiva y a la autocrítica destructiva todo proceso político, sea de la tenencia que sea, se derrumba. Es todo.



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Freddy Yépez


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