¿Qué es la conciencia de clase? (3)

Los métodos de lucha son los mismos en todos los sectores de la clase trabajadora, y se caracterizan por ser acciones de masas: huelgas, manifestaciones, ocupaciones de los centros de trabajo, entre otras.

La ofensiva del capitalismo contra las condiciones de vida y trabajo de amplios sectores de trabajadores y trabajadoras, particularmente entre la juventud trabajadora, con el sub empleo, empleo temporal y a tiempo parcial, la pérdida de derechos sindicales, entre otros, es un estímulo y no un obstáculo objetivo para que puedan desarrollar una conciencia de clase como la de los trabajadores pertenecientes a los sectores clásicos de la economía capitalista. Estas acciones del estado burgués hacen patente el carácter clasista del Estado y visibiliza la represión que muchas veces aparece sutil a los ojos de la clase más revolucionaria, la clase trabajadora.

El sistema capitalista sólo puede intentar amortiguar y suavizar temporalmente la lucha de clases y la revolución, mediante concesiones temporales que luego recobra de forma incrementada atacando el poder adquisitivo del salario. Para ello la única manera es que el sistema capitalista pueda crear condiciones que permitan a la clase trabajadora vivir y trabajar de una manera digna en la perspectiva de que su nivel de vida mejore continuamente, creando ilusiones y confianza en el propio sistema capitalista. Es decir, el sistema capitalista para amortiguar la lucha de clases, crea capas de trabajadores con beneficios sustanciales pertenecientes a las “capas medias”, pero realmente esto solo se sostiene en la curva ascendente de desarrollo económico capitalista cuando las empresas obtienen ingentes beneficios y, cuyo precio es la explotación más brutal de la fuerza de trabajo de sectores bajos de las capas trabajadoras, lo que comúnmente se conoce como los “obreros”. Este período de ilusión se ha vivido, por ejemplo, en los países desarrollados luego de la II Guerra Mundial. La realidad hoy en esos mismos países es que el sistema y sus gobiernos están desmontando ese estado de bienestar temporal para salvar a los banqueros e industriales.

Sin embargo, en la actualidad la grave crisis del capitalismo hace que lejos de amortiguar las contradicciones sociales las exacerba, empeorando las condiciones de vida y trabajo de millones de trabajadores alrededor del mundo. Por tal motivo no puede esperarse un reflujo de la lucha de clases futura. Por ejemplo, los recientes períodos revolucionarios en los países árabes.

En estas nuevas condiciones de crisis el trabajo tiende a ser de mala calidad, se incrementa la sobreexplotación, hay incertidumbre y negatividad sobre el futuro y, se puede estar preparando una explosión de la lucha de clases al cambiar el ciclo de la economía capitalista. Es en esos períodos previos a los cambios económicos cuando se desarrollan las luchas políticas, que no son más que expresiones superficiales de las contradicciones más profundas del sistema capitalista.

Muchos sectores de trabajadores que están esperando un futuro mejor y que la crisis económica capitalista los dejará esperando, van a desempeñar un rol determinante en las luchas que tendrán lugar. El Estado del Bienestar creado luego de la II Guerra Mundial está pasando a la historia y la clase trabajadora está empezando a vivir condiciones similares a los años veinte o treinta del siglo pasado. Condiciones similares dieron lugar a los movimientos revolucionarios más importantes de la historia del capitalismo. El periodo actual corresponde a un periodo de agudización de las contradicciones sociales en el capitalismo

La lucha sindical en casi todos los países está cambiando. Ya miedo al desempleo y la sensación de inseguridad del trabajo a tiempo parcial y de todo tipo de ‘flexibilización laboral’ no impiden la lucha sindical. En nuestro tiempo se han operado cambios en la fuerza de trabajo especialmente entre la vieja industria pesada que anteriormente eran los bastiones de los sindicatos. Aun así, el cambio de composición en la fuerza de trabajo y el incremento de las contradicciones sociales, preparan nuevas luchas.

Las derrotas pasadas solo han servido para preparar nuevas capas de trabajadores para nuevas luchas que han de ser dirigidas por líderes, que en lugar de culpar a la clase obrera de sus problemas, entiendan la dinámica actual del sistema y la división del trabajo moderno. Muchos viejos activistas sindicales ya no tienen fuerzas para luchar. Luego, el papel clave en las luchas futuras le corresponde a la juventud, muy a pesar de su falta de experiencia, ya que están sufriendo la peor explotación a manos de los patronos y tienen una reserva inagotable de energía y de espíritu combativo.

La juventud no tiene más remedio que organizarse en el curso de las batallas futuras y estarán muy abiertos a las ideas revolucionarias y socialistas. Nuestra misión revolucionaria es fertilizar estas mentes para el socialismo científico como única vía para salir del atolladero y la desesperanza actual. Ante estas perspectivas, los marxistas no somos sectarios ni estamos pensando en problemas alejados a los problemas cotidianos que sufren las familias trabajadoras, estamos pensando en las reivindicaciones de los proletarios y de las demás clases oprimidas.

Los marxistas somos los luchadores más consecuentes por las reformas sociales, pero damos a esta lucha un contenido de clase y socialista, a diferencia de aquellos reformistas que luchan por reformas que no van más allá del horizonte burgués y piden calma a la clase trabajadora. Ahí estaremos para dar lo mejor en la lucha por la revolución socialista en Venezuela y el mundo.

lucidiowx@gmail.com

garcialwx@pdvsa.com

(*) asesor del sindicato unitario de trabajadores de PDVSA Intevep

Corriente de trabajadores y trabajadoras marxistas de PDVSA.



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Lucidio García (*)


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