Señor presidente: yo, siempre voy al grano. No tengo otra forma de expresar mis pensamientos, aunque se que a muchos no les gusta como lo hago. Yo estoy muy seguro de que usted conoce todos los problemas por la cual está pasando el proceso que usted dirige, dentro y fuera de su gobierno. Estoy, más que seguro, que usted conoce muy bien la actuación de los gobernadores y alcaldes que supuestamente son revolucionarios. Y, más requete seguro estoy, de que usted conoce a la perfección los graves problemas de corrupción que hay en todos los entes del estado incluyendo a las FANB.

Señor presidente: se que usted está batallando contra una enfermedad que lo aqueja en estos momentos. enfermedad de la cual estoy seguro usted saldrá. Como usted siempre ha sido un hombre batallador en las buenas y en las malas, me atrevo a decirle : que ya es tiempo de que usted haga algo para salvar nuestra revolución. Ya que esta se encuentra muy maltratada por parte de algunos funcionarios del gobierno, muchos de los cuales son amigos suyos y siémpre se encuentran a su lado. Su, salud y su vida, son necesarias para la continuación de este proceso tan maravilloso que comenzó cuando usted ganó las elecciones en 1998. pero, recuerde usted que para todos nosotros incluyendolo a usted,más importante debe ser la salud y la vida de la patria. Ya que sin ella, no hay pueblo y mucho menos presidente.

La revolución está en peligro señor presidente. No su triunfo en la elecciones del 2012, no presidente, ese está asegurado. Hablo de la revolución. No, espere por las elecciones, ¡No, no y no! El peligro es real. La gente en la calle está hablando muy mal de su gobierno. Esto incluye a muchos que votaron por usted. Basta con recorrer las colas de Mercal, de los pensionados, de las que se hacen en los bancos, en las de PDVAL y en muchas otras para darse cuenta de que lo que digo es una cosa cierta. ¿Por que cree usted que a pesar de todo lo que ha hecho su gobierno por mejorar las condiciones de vida de todos nosotros; su popularidad, no logra superar los cincuenta puntos? estoy seguro que usted conoce la repuesta. Entonces, ¿por que usted no corrige esta situación?

Usted, es el único que puede enderezar este entuerto. A nadie más en el gobierno parece no importarles un carajo el clamor del pueblo. Todos ellos le echan (como siempre lo hacen) el muerto a usted. Por eso, es que escuchámos por todas partes decir que todo lo malo que se ve en los pueblos y ciudades del pais: es culpa de Chávez. Usted nos dice a cada rato que amor con amor se paga. Yo digo que lealtad con lealtad se paga. Y, en su contorno ministerial, hay muchos que no les son leales. En las gobernaciones y alcaldía mucho menos.

Presidente Chávez: muchas veces usted no escucha al pueblo. Usted en muchas ocasiones solo escucha la voz de los aduladores y de los lisonjeros que generalmente lo engañan adornando las mentiras con lenguaje chavista (como dicen ahora). ellos son los que les disfrazan con malabares y actos de magia, los problemas cotidianos que acogotan el buen vivir de los ciudadanos. No escuche a esa gente presidente, escuche al pueblo. Nosotros no lo engañamos porque no hacemos negocios con la revolución. Todos tenemos amigos, pero a veces hay que apartarse de algunos de ellos por su mal comportamiento. Hágalo usted también. Hay momentos en la vida en que uno tiene que apartarse de las que fueron sus querencias y de sus amores, para comenzar una nueva vida.

Así, tiene que hacer usted señor presidente: comenzar una nueva vida. Lo que es lo mismo comenzar la nueva vida de la revolución. Usted tiene que buscar dentro de la revolución nuevos amigos, nuevos compañeros que le sean leales de verdad. Que no le mientan, que no le engañen, que no sean flojos y mucho menos ladrones. Si no lo hace, señor presidente, le puedo pronosticar que usted ganará de nuevo, pero serán muchas las gobernaciónes y alcaldías que pasarán a manos de nuestros enemigos. Entonces, cuando eso suceda, nos quedaremos todos sentádos frente de nuestras casas viendo como los escuálidos pasean con gozo, el cádaver de la revolución. Solo así, podrá darse la paradoja que usted sea el mismo creador y enterrador a la vez de nuestra revolución.

Presidente: hace poco, fuí a un CDI a una consulta medica. En la recepción del mismo hay un cuadro del Ché, con las siguientes frases:
1- Compañeros, si avanzo en el combate: seguidme. 2- Si, me detengo: empujadme. 3- Si retrocedo: matadme. Con estas frases (radical como lo fue el Ché) nos dice a todos nosotros que no podemos detenernos y mucho menos retroceder en la revolución. Todo lo contrario: avanzar, avanzar debe ser su consigna y la de todos nosotros.

Presidente: usted y nadie más que usted puede ser la continuación de la revolución bonita, o la conclusión de algo que pudo ser y no fue.


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