Ya no estoy tan desesperado

Hay veces que el desespero me hace pensar cosas malas. El mismo me induce a acometer actos que no serian dignos de mis principio e ideas, mucho menos de mi familia. Por eso no dejo que el desespero sea mas grande que la esperanza de una vida mejor.

A pesar de que dos hijos se me han ido al exterior ( U.S.A. y Perú) en busca de esa mejor vida que todos deseamos, siento un grato soplo de aire esperanzador que recorre toda nuestra patria. Ya no me siento tan derrotista como lo estaba hasta hace pocos días. Presiento que si no estamos tan cerca de salir de la espantosa crisis económica-político social que estas viviendo, tampoco estamos tan lejos.

El mundo entero ha entendido que el pueblo venezolano no puede seguir padeciendo tanta hambre, miseria y enfermedades por culpa de una satrapia inepta y corrupta que ha implantado en Venezuela un régimen cuya única meta es la de convertir a la patria de Bolívar en tierra de nadie.En tierra arrazada y aplastada por la bota de indignos narco-militares y de un hombre enfermo y solitario. Inepto e inútil corroído por la ambición y la maldad. Cuyo odio hacia el pueblo pobre del cual provino es tan grande como los crímenes cometidos por el y sus secuaces contra todos los ciudadanos en general.

La comunidad internacional así lo entendió y la oposición venezolana lo asimiló. No importa que tipo de oposición sea. Pero todas unidas entendieron que no es posible acudir a unas elecciones con todos los poderes del estado en manos del dictador. Unas elecciones donde las condiciones impuestas por el satrapa son el denominador común para todas las marramucias y triquiñuelas a las cuales el se acostumbró.

No importa de que partido usted sea ni cuales son sus ideales. Lo que tenemos que entender cada uno de nosotros es que el bienestar de la patria y sus ciudadanos es el único ideal que está por encima de todos los demás. Esto lo han entendido la mayoría de los venezolanos quienes a pesar de nuestras diferencias estamos luchando por conseguir eses bienestar. Y solo deseamos una sola cosa: vivir en un país donde reine la paz. Donde todos los derechos humanos sean respetados. Donde la libertad de prensa y de expresión no sean cercenados Donde usted tenga derecha al estudio, al trabajo y al progreso. Un país donde no existan presos políticos. Donde los militares no estén al servicio del gobernante de turno y que solo se ocupen de defender nuestra soberanía y territorio. Donde la tortura de mano de los organismo de seguridad sea cosa del pasado. En fin un país donde el gobierno respete por completo la Constitución Nacional.

Lo que he visto y escuchado en estos días ha aliviado un poco el desespero dentro de mi. El no acudir a estas elecciones es un paso muy importante que hemos dado y es por eso que el desespero que yo antes tenía ha entrado a raudales en la hordas que habitan en Miraflores. El dictador y sus secuaces caminan sobre arena movedizas y cada día se hunden mas y mas. No hayan que acción ilegal mas para acometer en contra el pueblo y la constitución, ni que mentira nueva anuncia para evitar su hundimiento fatal. La oscurana ha caído sobre el régimen y hemos comenzado a ver aunque sea una pequeña luz en el largo túnel donde el tirano se escondió.

Basta con verle la cara a Maduro, a Diosdado, a Alssaimi, a Jorge y a su hermana, para comprender todo lo que digo. No importa que el dictador baile, ni que Diosdado siga con sus burla. Tampoco que los hermanos Rodriguez muestren sus sonrisitas al mejor estilo lusinchista. No, todos ellos saben que ya no pueden seguir tiranizando al pueblo. Que su tiempo se acabó y que se tienen que ir.

Si no lo hacen, será peor para ellos. Por mas poder que tengan (por ahora) no podrán impedir que yo vea un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el cielo y la tierra que el dictador y sus secuaces están viendo ya pasará para dar paso a un cielo nuevo y una tierra nueva donde el pueblo venezolano viva en armonía con sus creencia, en paz con su conciencia. Haciendo todo lo posible para que todos los que se han ido vuelvan a su patria con dignidad para colaborar en la construcción de la nueva Venezuela.

Ya no estoy tan desesperado, Bolívar me lo recuerda. "Trabajo y mas trabajo; paciencia y mas paciencia para salir de los tiranos y tener patria"



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Nelson Jesús Lanz Fuentes


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