Gobiernos punto fijistas y marginalidad

Camaradas: En materia de Gobierno y legislación los hechos generales no deben despreciarse por mantener una teoría. El clamor contra los gobiernos y las leyes IV republicanas que se ha levantado en Venezuela, se ha visto acompañada con hechos muy expresivos. El odio a los tribunales; la división en la sociedad; (aunque los oposicionistas dicen que fue Chávez) las calificaciones de tramposos, ladrones, usureros, estafadores, arteros, asesinos por una parte, y por la otra de alzados contra las instituciones y la “democracia”; esta división y pugna produciendo conflictos públicos, desmanes y amenazas que alarmaban la población y perturbaban la paz y armonía; todo esto sirviendo a unos de bandera para clamar contra el Gobierno y contra la pretendida burocracia de empleados corruptos y ladrones; a otros de motivos para formar planes económicos más o menos atrevidos con que se conmovían los ánimos y se predisponían a las más graves innovaciones, con la mira de sacar al país de su postración en que lo estaban llevando los adecos y copeyanos; a otros, en fin, de ocasión para excitar las pasiones populares, corromper las masas con los más torpes halagos y desencadenar lo más vil de la sociedad, contra toda ley, cualquiera que fuera su beneficio, la gloria militar, o las virtudes civiles. 

 

La impunidad la encontramos en varias leyes y Códigos. No diremos que fuera causa única de este estado de cosas la ley del Código Orgánico Procesal Penal (COPP), cuyo fin es que los delincuentes políticos y empresarios, tengan una vía de escape al permitírseles que se les juzgue en libertad y así pegar la espantada para salir del país, gritando a los cuatro vientos que son perseguidos políticos del régimen comunista del dictador Chávez, (caso banqueros prófugos y el empresario Zuloaga y otros) como el Código evita que se juzgue en ausencia a estos delincuentes, sólo tienen que esperar que los delitos cometidos prescriban para quedar libres; son varias las que obraban y obran simultáneamente, pero sí, que contribuyen muy poderosamente a la perturbación y a la inmoralidad; y que por una reacción natural arremeten contra la libertad, la seguridad y el desarrollo, objetos que principalmente no se tuvieron en miras al sancionarlas. 

Desde que los jueces en nombre de la ley han podido dar un fallo, haciendo cumplir contratos marcados con injusticia original y notoria, los jueces y la ley han sufrido la reacción que los efectos de esta injusticia producen en el ánimo del pueblo. Las nociones de lo justo y lo injusto existen en la conciencia de las masas, y es un movimiento espontáneo en ellos revelarse contra toda injusticia y toda iniquidad, ya sean la obra de un particular, ya de las instituciones públicas. La ley no es para el pueblo santa sino cuando es la expresión de la justicia, y los jueces no les inspiran reverencia, sino cuando pueden citar sus decisiones como inapelables en el tribunal de la razón. 

Jamás se había visto en los tribunales de Venezuela, como sucedía en los gobiernos de la IV R, actuar descaradamente, a la autoridad de la ley dando fuerza y apoyo a las extorsiones más monstruosas, no ya paliadas y encubiertas, sino manifiestas y públicas, haciendo ostentación de derecho y legitimidad. Cuando el velo cayó y se descubrieron los vicios en la esencia misma del poder, el pueblo sacudió su yugo y reconoció la necesidad de poner bajo la Salvaguardia de un Gobierno Patrio y de Instituciones Libres, los derechos más sagrados del individuo y de la sociedad. ¡Qué sucedería sí hoy en la VR, se viciara la ley y se desautorizaran los tribunales con sentencias injustas y desastrosas, que cualquiera que sea el nombre que se invoque repugnarán siempre a la conciencia y a la opinión pública!

¡Queremos jueces probos y revolucionarios, jueces que defiendan a las mayorías, y no a unas elites, queremos jueces socialistas! 

En Las terribles y complicadas circunstancias en que se encontraba el país en los tiempos de la IVR; en que veíamos como se violaba la Constitución y las leyes, sujetos al régimen imperante de la fuerza; cuando el desenfreno opresor de los gobernantes de turno contra el pueblo llegó a su colmo y la majestad de la soberanía popular se vio ultrajada; cuando los funcionarios del Poder Público desgarraban los testimonios de su autoridad, en desprecio de las mayorías, y ajaban con avilantez ese pueblo mismo de donde partieron, como de un centro fecundo, todos los poderes activos de la sociedad. 

Los gobiernos puntofijistas cómplices de tantos y tamaños crímenes, tenían el inconcebible arrojo de maltratar al pueblo, que demasiado amantes de la paz, y llevando sus respetos por el orden público hasta un exceso que rayaba, podremos decir, en culto y veneración, han preferido el humilde sufrimiento, al ejercicio de los derechos imprescriptibles que por naturaleza les competían para repeler la opresión, para confundir las tramas de la iniquidad y del despotismo, y castigar de muerte a los tiranos dirigentes políticos puntofijistas que intentaban usurpar la potestad soberana del pueblo venezolano. 

Y como cumplía a los intentos proditorios de esos gobiernos, que cargaban ya con el peso de la execración pública, presentaron a los políticos de oposición, de ese entonces, y a Chávez, cual sí fuesen el origen del poder del mal, o el fomes corruptor de nuestra inocencia, que han ocasionado los movimientos perturbadores de la pública tranquilidad; como importaba a esas administraciones sin moral, buscar, astutamente a quien hacer responsable de sus culpas que le infundían miedo y atemorizaban, semejante a aquellos delincuentes malvados que buscan en la falsa excusa la impunidad, y en la falsa imputación el descargo de sus hechos; no se hablaba de otra cosa sino del carácter sedicioso de cierta prensa, y de los abusos que tenían los gobiernos para reconocer el abuso de la libertad de expresión la causa principal de los atentados que tenían en alarma a los venezolanos. 

Luego de saquear el país implacablemente, los puntofijista, la oligarquía criolla y el imperialismo se ven obligados a mantener una capa de parásitos antirrevolucionarios, lamentable, patética, pero burgueses al fin, en medio de la pobreza general. En los años de los gobiernos puntofijistas se convirtieron en el partido de esta “aristocracia”, burguesa, de los dirigentes laborales y del sector de “la exquisita izquierda trasnochada” de la pequeña burguesía, especialmente de los empleados de oficina. Los burgueses abogados, ingenieros, arquitectos, periodistas, profesores, pulperos, etcétera, que se adaptaron a las características capitalistas y explotaban a las organizaciones obreras y al pueblo en general para hacer carrera; encontraban en los capitostes de la  democracia representativa la mejor ideología posible.  

Cierto que el Comandante Chávez, se asoció para empezar la lucha por el poder a hombres de mala condición, para echar del mismo a los puntofijistas de la “democracia” representativa y condicional, como hacen todos los revolucionarios, pero esto no quiere decir que todos se compusiesen en su totalidad de trepadores y logreros. Aun qué, muchos poco a poco se van quedando a un lado del camino, faltos de principios e ideología. 

P.D.

Mensaje a los compatriotas damnificados en todo el país, por los aguaceros (Vaguada) caídos en los últimos días: Los causantes de que ustedes estén pasando por esas calamidades de marginalidad, tristes y patéticas, incluso con pérdida de vidas inocentes, (niños) fueron los sátrapas Rómulo Betancourt y Rafael Caldera (ese par de sapatras fueron los que lanzaron a la marginalidad y exclusión de los pobres en Venezuela) y todos sus derivados que ejercieron funciones en los gobiernos puntofijistas, asociados con la oligarquía apátrida, quienes saquearon al país y empujaron a los pobres a que construyeran sus viviendas (ranchos) en los cerros y quebradas. Reclámenles a esos delincuentes de cuello blanco que viven en el Country Club, Valle Arriba, y en las urbanizaciones del este y sur-este de Caracas, esos bandidos son los culpables de que ustedes estén en ese estado de indigencia y marginalidad. No el Presidente Chávez, ni la Revolución...Exíjanles que les den alojamiento en sus mansiones que construyeron con los reales que nos robaron a todos nosotros los venezolanos. Sin embargo ustedes todavía siguen votando por ellos. ¿Qué carajo los identifica con esa gentuza? Es denigrante el ver gente de color, en su gran mayoría pobres, rindiéndole pleitesía al bandido fascista de Capriles Radonski. Es el gran problema del esclavo que siempre le lame el culo al amo…  

 ¡Gringos! ¡Ho Home!

¡Libertad para Gerardo!

¡Libertad para los cinco héroes de la Humanidad!

Hasta la Victoria Siempre.

Patria Socialista o Muerte. ¡Venceremos! 

manueltaibo@cantv.net



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Manuel Taibo


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