Anzoátegui: ¡Opinión y periodismo crítico!

“La peor derrota de una persona es cuando pierde su entusiasmo”

Arnold, H.W

El próximo año cumplo tres años como columnista en el periódico regional Mundo Oriental, (en el Diario Antorcha fui vetado), y otros más en Aporrea, Anzoátegui Vive, Abre Brecha, El Tigre City etc. Muchos meses de andadura, una ocasión para celebrar gracias a la confianza, y a la colaboración de miles de lectores que me lo manifiestan a través de mi correo electrónico.

En estos tiempos de crisis, he conseguido mantener una columna semanal con la base social de miles de ciudadanos del Sur De Anzoátegui, sin directriz, sin el apoyo de ningún partido político o grupo empresarial que determinen los contenidos. Casi 5.000 personas leyendo, según fuentes confiables de medición de opinión publica y cientos de colaboradores sustentan y dotan de sentido a una columna que sobrevive a las lógicas de un pueblo que deja poco margen a aventuras que no busquen maximizar el beneficio y minimizar sus costos sociales.

En estos momentos críticos para muchos columnistas oficialistas, y de oposición que se defienden y atacan a golpe de ideas, donde se demuestra en la práctica que se puede pensar, y producir en colectivo. Desde que el suscrito se lanzara a la tarea de sacar a la calle una columna de actualidad, crítica y auto gestionada, se ha crecido con modestia, pero sin ponerme techo. A la creación analítica de opiniones locales, nacionales e internacionales, he recibido un creciente número de visitas y sugerencias en mi correo, y un grupo cada vez más nutrido de colaboradores son algunas de las muestras del afianzamiento ante la opinión pública. Los analistas políticos, no somos policías no nos ocupamos de agarrar presos a delincuentes para meterlos a la cárcel, ni de inspeccionar obras, ni de escuchar chismes callejeros, mucho menos criticas politiqueras de café con leche, ni de acusar a nadie. Nos ocupamos del análisis de los problemas sociales, y generales de acuerdo a las leyes históricas. Hoy por hoy, la columna a través del periódico Mundo Oriental se puede encontrar en los kioscos de la Comunidades del Sur de Anzoátegui, y en más de 300 puntos de distribución en todo el sur del estado.
Gracias a una agenda propia y de investigación, trato de aportar nuevos modelos comunicativos que apuestan por el libre acceso a la información, he logrado hacer de mi independencia algo más que un eslogan o una declaración de buenas intenciones, aunque soy militante del PSUV. En estos años he informado y criticado las actuaciones de muchos personajes públicos en la escena mediática, rompiendo el habitual consenso informativo. Pero no por esto voy a mantener un odio permanente contra mis compañeros, muchos de ellos en funciones de gobierno, caso del gobernador Tarek William Saab, de quien fui un duro crítico político hasta el 26-S, pero hoy en día al ver su capacidad y liderazgo para rectificar, por las pequeñas fallas políticas del pasado aquello quedo atrás, y hoy he vuelto a defender su obra de gobierno, la cual hablan exitosamente por si solas. Ante el ataque desmedido y descalificador, como lo pretenden llevar a cabo los ultrosos ligosos del PSUV/MDD (los mama dedos), aparte de ser unos mariscales de las derrotas son unos necios y mochos mentales.
Con un pequeño equipo de investigación propio nos lanzamos, a señalar las fallas de muchas gestiones de gobierno, con el sano propósito de que fueran corregidas, sin la mala intención de sacarle provecho político, como pretenden que lo haga los fracasados y anacrónicos ultrosos/ligosos del MDD. Otros buenos ejemplos de esta cobertura alternativa son el análisis dedicado a explicar las claves del conflicto interno que promueven minúsculas rémoras (con el apoyo de la oposición regional) en la revolución bolivariana anzoatiguense, una trama que ya he publicado en anteriores ocasiones.

Soy consciente de que, esto es un proyecto en continua construcción, aún queda mucho por hacer y por mejorar en un día a día no exento de dificultades. Como siempre he dicho, con más dudas que certezas, persevero en hacer un periodismo distinto, y espero que nos podamos seguir encontrando en ese camino.

Engels planteaba que el socialismo era una sociedad en constante cambio y transformación. Pero una revolución sin cambios permanentes, una revolución que no se mire de manera constante y crítica hacia dentro para mejorar cada una de sus imperfecciones, una revolución que no se repiense ella misma todos los días, está condenada a fracasar por el inmovilismo y la apatía. Mariátegui destacó que “el socialismo es creación heroica”, y precisamente en ese proceso de creación constante debemos participar todos los revolucionarios. El socialismo es una construcción colectiva, o no es socialismo. “Los pueblos han de vivir criticándose, porque la crítica es salud: pero con un solo pecho y una sola mente”. Decía José Martí.

Uno de los argumentos más vetustos utilizados para limitar o evitar la crítica social, es que se basa en la idea de que el enemigo puede aprovechar cualquier crítica para hacer daño a la revolución, y que por lo tanto los que ejercen el pensamiento crítico pueden, sin estar incluso consientes de ello, ser funcionales a los intereses del enemigo. Sin embargo, con el tiempo he llegado a una conclusión simple: el principal objetivo del enemigo es destruir la revolución, y en ese empeño una de sus tareas primordiales es evitar que la misma se perfeccione y consolide; sin una crítica desde la revolución y por la revolución, es imposible que eso se logre, por lo tanto, al limitar la crítica social, es que realmente estamos siendo funcionales a los intereses del enemigo que no desea que nuestro proceso avance superando sus deficiencias. Por no plantear los problemas, estos no se van a resolver solos y, a fin de cuentas, el enemigo nos va a tomar la delantera refiriéndose a ellos de manera sobredimensionada y tergiversada, pues nuestros contrarios se aprovechan de lo que decimos, pero también de lo que no decimos. Aquí ha habido durante bastante tiempo la tendencia a suponer que los señalamientos críticos, la denuncia de las cosas mal hechas, hacían el juego al enemigo, ayudaban al enemigo y a la contrarrevolución. A veces hay el temor de informar sobre algo, porque se piensa que puede ser útil al enemigo. Y nosotros hemos descubierto que en la lucha contra los hechos negativos es muy importante el trabajo de los órganos de prensa. Y hemos estimulado el espíritu crítico. Llegamos a la convicción de que es necesario desarrollar mucho más el espíritu crítico. Yo lo he estimulado al máximo porque constituye un factor fundamental para perfeccionar nuestro sistema. Sabemos que hay inconvenientes, pero queremos una crítica responsable. A pesar de las posibles consecuencias, todo es mejor que la ausencia de críticas.
Si los argumentos que vierte un revolucionario a la hora de hacer una crítica nos parecen desacertados, solo deben ser repelidos por otros argumentos revolucionarios, en medio de una rica y respetuosa discusión. En ese sentido recuerdo las palabras del Che Guevara, cuando expresó: “nosotros tenemos que tener la suficiente capacidad como para destruir todas las opiniones contrarias sobre el argumento, o si no dejar que las opiniones se expresen. Opinión que haya que destruirla a palos es una opinión que nos lleva la ventaja a nosotros…No es posible destruir las opiniones a palos y precisamente es lo que mata todo desarrollo, el desarrollo libre de la inteligencia”.

Percasita11@yahoo.es


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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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