¿Se puede planificar el proceso de transformación universitaria?

El juego social, político y cultural en las universidades venezolanas (autónomas, experimentales, privadas, colegios, territoriales y otras) ha tenido una conducción normativa que data de hace 40 años, la Ley de Universidades, instrumento del poder constituido para la educación de las élites en el momento de su nacimiento, y que aún hoy, satisface los designios de la derecha y la burguesía en Venezuela, bajo la orientación de sus dueños imperiales. El caso de los colegios e institutos es otra historia, pero que complementó en su momento la estrategia de los ideólogos de la burguesía y empresariado neoliberal de tener mano de obra barata, calificada y con una muy buena dosis de tecnocracia.

No es cualquier cosa hacer una revolución universitaria en nuestro país, sobre todo, con la consolidación de estructuras mentales, prácticas organizativas y micro prácticas de trabajo, triangulo nefasto, con un arraigo y penetración tan eficiente que invadió con sus prácticas y valores, en mayor o menor grado las 22 nuevas instituciones universitarias creadas en los primeros 10 años de revolución, reproduciéndose en algunos casos en las nóveles instituciones los peores vicios y fallas notables de la universidad tradicional, burocrática y antidemocrática.

Digo revolución, ya que, las universidades no admiten más parches, ni reformas, me refiero a un modelo colapsado en todo el mundo, desde la perspectiva de la izquierda, del centro y de la derecha; hasta la mismísima UNESCO estableció en el año 2009 la educación como un bien público y no como servicio, tal como estaba establecido hasta entonces, la transformación es un clamor universal, no se trata simplemente de la problemática presupuestaria, la burocracia, el acceso, el currículo necesario, funcionamiento e infraestructura física; no, no se trata de eso, estos son síntomas o las señales más visibles de una profunda crisis.

He revisado con avidez el compendio de interesantes y provocadoras ponencias desarrolladas por el Centro Internacional Miranda (CIM), sobre el “Debate por la transformación universitaria, Marzo – 2011”; presentado por el camarada Luis Bonilla, Vice Ministro de Planificación Estratégica del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, con apertura de una entrevista realizada a la Camarada Ministra Marlene Yadira Córdova, y con la participación de Rigoberto Lanz, Alexander Marín, Miguel Ángel Pérez Pírela, Iraida Vargas, Sergio Alvarado, Víctor Álvarez, Vicente Moronta y Mario Sanoja. La primera interrogante que me realizo al respecto es la siguiente: ¿Cómo aprovechar al máximo estas ponencias para garantizar la participación activa y protagónica en una de las instituciones más antidemocráticas del país?

Al respecto considero que este y una serie de debates que se realizan en el país, sobre la transformación universitaria, bajo la dirección de la Comisión Presidencial designada para tales efectos, coordinada por el Vicepresidente de la República, Alias Jaua; los ministros Nicolás Maduro, Tareck El Aissami , Yadira Córdova y el Vice Ministro de Políticas Estudiantiles Jehyson Guzmán, debe desarrollar su programa de trabajo sobre la base de un Plan Estratégico para la Transformación Universitaria (PETU), que esté más allá de definición de los ejes para el debate, definiendo la situación objetivo, el horizonte de tiempo, la caracterización de los actores, los resultados esperados y la vulnerabilidad del plan, entre otros aspectos relevantes que deben ser considerados.

Por otra parte, es necesario el plan, ya que, se debe garantizar el monitoreo del debate y las acciones concretas de transformación, fundamentalmente por las múltiples ocupaciones, tareas y desafíos de los mencionados ministros, que tienen en sus manos responsabilidades de las áreas más apremiantes del país, tal es el caso de la seguridad, las relaciones exteriores y la educación, nada más y nada menos que eso. El plan pudiera estar basado en la selección de los principales problemas por áreas y su debido procesamiento tecno político (determinar sus síntomas, causas, consecuencias y problemas del entorno). Por ejemplo, durante un mes, todas las instituciones universitarias podrían debatir sobre la selección, procesamiento, propuestas, estrategias y acciones sobre los principales problemas en el área de investigación en el marco de la transformación.

Indiscutiblemente, todo está relacionado, de tal manera que podremos apreciar en el análisis situacional de la investigación las múltiples relaciones de esta área con el resto de las que se acuerden. Se estudiarían los actores, su valor e interés, así como, los aliados y oponentes circunstanciales y naturales en cada caso. Nuestra mejor jugada depende siempre de la mejor o peor jugada del adversario. Y siempre sobre un problema en particular, nunca nos realizamos las mismas preguntes, ni obtenemos las mismas respuestas, por lo tanto, el análisis de los actores en su contexto es un aspecto vital del plan.

En fin, planteo la necesidad de que a través de una concepción de planificación, como la Estratégica Situacional, que es una propuesta de gobierno que contiene un método de planificación de una gran versatilidad, rigurosidad y potencia tecno política se pueda planificar el proceso de transformación universitaria, incluyendo por supuesto el debate como elemento dinámico de la transformación. Se necesita un método, ya que, tal como lo diría el maestro Carlos Matus, “Sin método no se puede gobernar”

Ing.

Sub Director Administrativo IUT Maracaibo.

lazaroroger@gmail.com


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Roger Lázaro


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