Pedagogía de Economía Política

Hay muchas otras cosas qué hacer a corto, mediano y largo plazo

I

Por ejemplo, insistir en la profundización de la investigación científica y la innovación tecnológica. En el campo de la agroindustria, de la metalmecánica, de la siderurgia, del desarrollo "aguas abajo" de la industria petrolera, con más refinerías, petroquímicas, represas, electrificación, energías alternativas, el ámbito para el crecimiento y desarrollo es ilimitado. Sería la concreción de la manoseada expresión "Sembrar el petróleo", que tiene 80 años repitiéndose como el coro de un himno que se ha hecho con el tiempo inexpresivo. Hay que meterle el pecho a las universidades, a sus laboratorios, a los institutos de tecnología, allí está el futuro del país.

El Estado tiene que acometer la empresa de enviar a sus mejores cerebros egresados de nuestras Universidad e Institutos Universitarios de Tecnología a países donde puedan captar lo último en Ciencia y Tecnología de punta, con el compromiso ineludible de volver al país, en términos de garantizarles el mínimo suficiente de respeto ético en su hábitat de trabajo: ingresos, estabilidad, condiciones suficientes para la aplicación de sus conocimientos bajo la pulcritud de su nuevo rol. Los ingenieros agrónomos, industriales, mecánicos, petroleros, geólogos, agrimensores, arquitectos, veterinarios, no tienen por qué seguir en oficios de taxistas, choferes de autobuses, buhoneros. Eso es indicativo de un Estado fallido.

II

En los últimos años, las cuatro patas que sostienen al Estado venezolano cojean ostensiblemente, pero sobre la que se apoya la economía está resquebrajada. Acaba de innovarse el Gabinete Económico con dos cambios fundamentales. El Ministro Lobo y el diputado Sanguino ¿garantizan idoneidad profesional en el manejo de los instrumentos y herramientas de la Ciencia Económica al frente de sus respectivos despachos? Lobo nunca ha ejercido su profesión de economista. Y para Sanguino no es lo mismo el bla, bla, bla de la Asamblea Nacional donde se ha momificado desde 1999. La tarea de éste en el BCV es un monstruo de mil cabezas, porque manejar la política monetaria, al tiempo que doblegar la galopante inflación, el alza inconmensurable de los precios ante la desbordante especulación, en un escenario de producción insuficiente de alimentos en el país y una contracción severa de más del 70 por ciento del precio de la cesta petrolera en los últimos tres años, además del manejo de un personal de cinco mil profesionales, técnicos, empleados, obreros en el organismo emisor, y por otra tener las bol…untades necesarias y suficientes para frenar la "maquinita" de producir bolívares, no es tarea para alguien que no ha tenido más oficio que el de político a dedicación exclusiva durante los últimos dieciocho años, por lo menos.

III

Ante los problemas de productividad, hay que atender las obras de infraestructura, investigación y desarrollo, educación. Atacar los problemas inocultables de nuestras carencias gerenciales. La entrega de créditos milmillonarios adolece de seguimiento, control y, por supuesto, la aplicación de correctivos. Es triste porque justamente, la suma de errores que se han cometido desde diferentes ministerios con respecto a los centenares de obras contratadas, iniciadas, inconclusas y paralizadas, es un error que se ha cometido recurrentemente. Estamos repitiendo los errores de hace 30, 40, 50 años, cuando muchas cosas malas sucedieron y convergieron, entre otras, para dar al traste con el sistema bipartidista de Acción Democrática y Copei, todo eso derivó en problemas de productividad, cuando lo había que se había logrado entre 1960 y 1970 se derrumbó con el abandono de la industria, la agroindustria y, en fin, de la manufactura. A ello se unen los planes frustrados de la expansión de Pdvsa, que con el fraude de la internacionalización, se convirtió en un desaguadero de capital improductivo durante más de veinte años. Por eso hay que hablar de inversiones en infraestructuras, investigación y desarrollo, educación y tecnología. El obrero, el técnico, el profesional, el empleado venezolano, es trabajador. Sólo que no hemos acertado con los ministros y los presidentes de las empresas del Estado. Aparte de pésimos gerentes, han devenido en ladrones que, luego de su fracaso, han ido a disfrutar de los millones acumulados en paraísos fiscales, a sus mansiones y sus yates en países extranjeros, lejos de los guantes de seda de la ¡justicia! Venezolana.

IV

El reinicio y reimpulso de los centenares de obras paralizadas anunciado por el Presidente de la República, como el sistema ferrocarrilero nacional, el ferrocarril del centro, cuya primera parte de infraestructura creo no ha llegado a Valencia, las diferentes líneas del Metro de Caracas, el tercer puente sobre el río Orinoco, el Puente Nigale sobre el Lago de Maracaibo, la Represa El Diluvio en el municipio Jesús Enrique Lossada en el estado Zulia, los desarrollos necesarios en el Oriente del país para apuntalar la Faja Petrolífera Hugo Chávez, constituyen oportunidades para emplear a los miles de profesionales egresados de las universidades, Institutos Universitarios de Tecnología y Escuelas Técnicas Industriales del país, además de toda la gama de profesionales de otras ramas indispensables para atender con decoro a los trabajadores de todas esas obras. Eso sí, falta un detalle fundamental: la planificación. Ése gran talón de Aquiles de la economía venezolana.

V

Hay otros aspectos que atender a más corto plazo, que tienen que ver con la precariedad en que ha caído la población venezolana, situación donde el Estado tiene la mayor responsabilidad por no haber sabido capear ese temporal. El más urgente de todos es el de abatir la inflación, consecuencia de los altos precios de los productos, cuyas causas devienen del acaparamiento, desabastecimiento y especulación. Hemos señalado más arriba que el Gabinete Económico no es una garantía, donde la voz cantante la lleva un militar: Marco Torres. ¿Qué sabe este señor de Política, de políticas monetarias, cambiarias, fiscales, industriales? Es hora ya de que Maduro tome la sartén por el mango, que se rodee de un gabinete idóneo, que busque los mejores técnicos y profesionales del país. Por supuesto que no aquéllos que todavía rumian una economía ortodoxa. No. Se requieren técnicos y profesionales que, no sólo rompan con los viejos esquemas de acudir a las carcomidas instituciones que como el FMI, el BM, el BID, sólo han servido para garantizarle a los países desarrollados seguir engulléndose los excedentes de los países subdesarrollados. Esas consejas, esos vademécum que como José Guerra, Puente, Naim, Haussman son cadáveres malolientes para las economías emergentes, no nos sirven. Si Maduro pela bien el ojo, los puede conseguir aquí en el país. Los tiene bien cerca, y todos los días muestran su preocupación por Venezuela en los escritos que leemos todos los días en los diferentes medios del país.

 

 

 

 



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César Eulogio Prieto Oberto

Profesor. Economista. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Económicas del Estado Zulia. Candidato a Dr. en Ciencia Política.

 cepo39@gmail.com

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