"la dedicatoria del Nobel de la Paz 2025 a Donald Trump, padrino del genocidio en Gaza y actual agresor de Venezuela, además de ser una vulgar contradicción política, constituye un nuevo acto de traición a la patria, que agrega a su amplio prontuario delictivo la señora Maria Machado"
Quizas sea mucho pedirle a la señora María Machado, hacer lo que hizo Le Duc Tho, él vietnamita con principios indoblegables, dignidad humana, amor patriótico por su país y un alto valor ético, quien rechazó el premio Nobel de la Paz el año 1973, hasta ahora el único en hacerlo, no así Henry Kissinger quien lo recibió para entonces representante y perro de guerra del imperio estadounidense, invasor de la soberanía territorial de Vietnam, una guerra que se prolongó por dos años más, después de la hipócrita entrega del aquel "premio Nobel de la Paz".
Pero la admirable actitud política ejemplar de Le Duc Tho en ver a su pueblo no solo bajo la amenaza de la invasión imperial (como ocurre actualmente con Venezuela), sino bajo el fuego cruzado de fusiles, tanques y artillería aérea con bombas hasta de napalm prohibidas, para la muerte de miles de civiles inocentes. Sin embargo el ejercito patriota del pueblo vietnamita en armas DERROTÓ POLÍTICA Y MILITARMENTE al imperio Yankee y su poderosa maquinaria genocida.
Hoy el escandaloso descrédito del comité de Oslo, no tiene parangón en este tiempo, con ése acto de agravio a la Paz mundial se terminó de quitar el pedazo de mascara que le quedaba, ahora sumiso y comprometido con las guerras a partir de su obediencia a las órdenes de occidente, premia al fascismo criminal y al sionismo genocida, echando a la basura el método de investigación crítica, profunda y de seguimiento probatorio a luchadores/as virtuosos/as promotores de la Paz global, para contraste al crédito de la buena fé, la entrega inducida del premio a una agente protoliberal, pro-imperialista fracasada y extraviada en la desesperación.
Ahora el otrora premio a la "distinción honorífica de la excelencia", ya no es para los grandes influyentes de la Paz global, aquellos de incuestionables méritos como Martín Luther King, la Madre Teresa, Nelson Mandela, Rigoberta Menchú, entre unos cuantos verdaderos activistas que materializaron hechos concretos e históricos por la Paz, que fueron pacifistas de convicción, estructurados en la filantropía por la vida y solidaridad, que la historia reconoce como avance universal los derechos humanos.
Contrariamente a la sub-cultura de violencia y muerte que promueve la referida señora, soñadora del ego presidencial y el deseo de reivindicar la pesadilla "americana" de la doctrina Monroe; pues, no le importaría el derrame de sangre de venezolanos inocentes, potenciales víctimas de la inminente invasión. A consecuencia del rebuscado premio, se convirtió en víctima de su propia crisis de subjetividad política y la ignorancia interpretativa de la dialéctica, que la descolocan ante sus amos del norte por no poder cumplir su compromiso lacayo con el imperio, a pesar de la inversión mil millonaria entregada a través de la USAI y otras vías, como estratagema para capturar el poder en Venezuela e instalar un gobierno títere que garantizara el suministro del petróleo gratis.
Dedicar el premio Nobel de la Paz al segundo terrorista del mundo con impunidad imperial y hegemónica a escala planetaria Donald Trump, sin duda es una vulgar contradicción política que por sí misma descalifica de cuajo el contenido histórico de las bases normativas que declaran al "premio Nobel", si es que todavía existen, hablamos de otra torpeza política en grado superlativo para su peligroso déficit de sentido común. Ésta señora es expresión del "chilindrismo politiquero", alienada por el arquetipo cristaloide de moda que hoy amenaza peligrosamente a la sociedad decente de sentido crítico para el avance civilizado y humanista.
No es posible guardar silencio y quedarnos de brazos cruzados con la mirada sumida en el miedo y la desesperanza conformista, viendo ofrendar el premio de la mentira al demonio de la guerra y la muerte, al "engañador" de serpientes en nombre de "la Paz y la libertad", para fortalecer al fascismo sionista representado por Benjamín Netanyahu & Cia.
Los venezolanos conscientes de la soberanía popular que reside en todo el pueblo (CBRV) , no puede permitirse que el imperio agresor en un inaceptable madrugonazo con la complicidad de la clase política presionada y desesperada, imponga en Miraflores un gobierno títere de facto, a través de un acuerdo cupular dirigido desde Washington. Cualquier salida política a la actual crisis del poder debe ser Democrática, pacifica y participativa con la voz y la decisión soberana del pueblo.
La narrativa de Trump y la ultraderecha colonialista con el tema del "narcotráfico" es simplemente gamelote mediático distraccionista, su objetivo siempre ha sido el petróleo y eso no ha cambiado; lo decimos responsablemente sin prejuicio, sin complejo y sin miedo al debate público, carajo!-
