El inmenso honor de ser miliciano para defender la patria

Mi palabra

"Una sucesión de pequeñas voluntades

consigue un gran resultado"

Charles Baudelaire

Poeta francés

(fallecido el 31 de agosto de 1867).

 

Mantengo fresca en la memoria el siguiente episodio, que me sucedió en mi época, cuando vendía la "Tribuna popular" órgano informativo del PCV, y de eso hacen más de 30 años. Resulta que entre en una tasca en el centro de la ciudad de Acarigua a las tres de la tarde, a pedir un vaso de agua, para paliar el intenso calor de esa hora y me conseguí a un provocador con tres damas disfrutando unas espumosas; apenas me vio me lanzó una expresión para lucirse ¡A ti no te da pena tan viejo vendiendo ese periódico! me la repitió hasta tres veces, pero en el preciso momento recordé, que el alborotado había sido reseñado en la página roja de un diario de la ciudad por haberse robado unos sacos de café, y sin pensarlo dos veces le lancé la llama, que se había encendido en mi mente ¿Y a ti no te da pena de haber salido en un periódico, como un vulgar delincuente por haberte robado unos sacos de café?

Traigo a colación este momento de mi vida, que se puede llamar una historieta o anécdota, para hacer la comparación por la forma tan despiadada, como la oposición fascista apoyada por el poder mediático se está burlando, y despreciando a los milicianos creyendo que se están luciendo, como trató en aquella oportunidad un desclasado de los muchos que terminan convertidos en unas escorias. Los integrantes del batallón de milicianos, orgullosamente creado por el comandante Chávez, para levantarle la moral y sentido de patria a un número importantes de compatriotas, que prácticamente se encontraban arrumados por el desprecio de los gobernantes que lo antecedieron y de esa manera emprender el verdadero camino de la defensa de la soberanía del país por hombres y mujeres, quienes su mayor riqueza siempre ha sido su dignidad y al dar ese paso tan importante de uniformarse, es como si estuvieran al lado del Libertador Simón Bolívar y ahora del comandante Chávez, acompañándolo en la honrosa misión de expulsar a los invasores, llámense, como se llamen.

Los milicianos, a pesar de la edad de muchos de ellos, llevan la sangre y el corazón henchido por saberse herederos del ímpetu guerrero del bravo ejército, que se atrevió junto al Libertador, a cruzar los andes para enfrentar a los realistas en tierras colombianas, pero además llevan el valor y el compromiso por la patria, la misma, que acompañó al catire, José Antonio Páez, en aquella memorable batalla en los llanos apureños, conocida como "LAS QUESERAS DEL MEDIO" para derrotar a un batallón de más de 1200 soldados, con tal solo 153 patas en el suelo y de ahí salió la siguiente proclama del Libertador para exaltar tan significativo triunfo: "Soldados: acabáis de ejecutar la proeza más extraordinaria que puede celebrar la historia militar de las naciones, lo que habéis hecho no es más que el preludio de lo que podéis hacer, preparados al combate y contar con la victoria, que llevas en la punta de vuestras lanzas"

Estos dos hechos históricos, no demuestran de manera muy clara y aleccionador, que en un combate no solamente prevalece el número de combatientes, si no esa semillita invisible, el cual germina en la conciencia, hasta ver florecer la dignidad, como un punto de apoyo para defender a la patria en los momentos, cuando el enemigo yanqui y todos sus pitiyanquis, buscan erosionar el valor para alejarlos del combate. Ninguno integrante de ese ejército, el cual se encuentra en las costas del mar caribe y en cada momento repiten estar integrado por más de 5000 mercenarios, tienen ni siquiera una chispa de la dignidad de los milicianos venezolanos, menos pasan una sencilla prueba antidroga, ya que, son unos mercenarios, que todo lo hacen por los dólares, sin importarles a quienes matan, como es el caso de Irak y Libia, que se están quedando pequeños, antes la barbarie que vienen cometiendo al tener la mano metida apoyando al criminal de Benjamín Netanyahu, quien masacra, como si nada a Gaza, la principal ciudad de la franja de Gaza, que es como decir Palestina.

El llamado es alistarse, porque el ejemplo de los milicianos es imborrable y como dijo una humilde mujer entrada en años, quien se encontraban esperando el empujoncito un domingo, como a la tres de la tarde en la carretera de Bruzual a Sabaneta, bajo un sol canicular, que hasta los animales buscan guarecerse debajo de los árboles y al preguntarle, qué la había llevado a enrolarse en los milicianos, me respondió después de asegurarse, que no estaba hablando con un escuálido y mucho menos con un traidor: ¡Porque después de conocer al comandante Chávez y hacer el llamado a formar parte de los milicianos, me di cuenta lo que era defender a la patria! La respuesta me recuerda, lo que dice un amigo muy amante del futbol y miliciano, hasta en la manera de caminar ¡Por lo menos de aguatero debo servir!



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Narciso Torrealba


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