La historia y el presente de Venezuela no pueden ser comprendidos si solo miramos los titulares de los periódicos o los mapas tradicionales. La agresión, el asedio y el hostigamiento que vive nuestra patria, con esos despliegues militares en el Caribe y las campañas de descrédito, son en realidad el eco de algo mucho más profundo. Desde la perspectiva de la geopolítica cuántica pitagórica que propongo, lo que vemos es un choque entre dos "frecuencias" ideológicas. Es la colisión del viejo orden unipolar contra un nuevo orden multipolar que está naciendo.

Venezuela: Eje cuántico de un nuevo orden

Cuando la geopolítica clásica analiza la situación de Venezuela, lo reduce todo al control de sus riquezas. La nación tiene las mayores reservas de petróleo, gas y una biodiversidad inmensa. Desde ese punto de vista, Venezuela no es más que una pieza en un tablero de ajedrez gigante. La recompensa que ofrecen por nuestros líderes y la presión militar son solo movimientos para desestabilizar el gobierno y asegurarse el acceso a esos recursos. Es una lucha por el poder material, la energía y el control de las rutas comerciales, con nuestro país en una posición estratégica crucial entre el norte y el sur del continente.

Sin embargo, la geopolítica cuántica nos enseña a mirar más allá. Si, como nos reveló Göbekli Tepe, las ideas y los propósitos filosóficos se manifiestan en la realidad antes que las estructuras materiales, entonces la agresión contra Venezuela no es simplemente por sus recursos. Es una reacción a su alineación con una "frecuencia" ideológica que amenaza el statu quo: el principio de la multipolaridad. Nuestro país no es un simple peón, es un nodo central en el nacimiento de este nuevo orden. Al negarnos a someternos a la hegemonía estadounidense, Venezuela Bolivariana se convierte en un "catalizador cuántico", inspirando a otros a buscar su propia soberanía.

El eco de los Katunes en la hora de los pueblos

El llamado urgente de "La Hora de los Pueblos" para activar la diplomacia no es una muestra de debilidad, sino una estrategia cuántica. La respuesta a la presión militar no se encuentra solo en el campo de batalla, sino en nuestra capacidad para navegar el vasto "océano de la geopolítica cuántica" sin desatar una tormenta global. Esta idea está en armonía con las enseñanzas de los Libros de Chilam Balam, que nos recuerdan que las ideologías no mueren, sino que se transforman. La sabiduría ancestral de Abya Yala está resurgiendo en una nueva forma, una que rechaza la dominación y busca la interconexión entre las naciones. Los conflictos actuales, entonces, no son aleatorios; son la resonancia de ciclos históricos profundos, los "Katunes" que se manifiestan en nuestra realidad.

La visión de Bolívar: La fuente de una frecuencia

Hace 200 años, el Congreso Anfictiónico de Panamá fue la primera manifestación de esta "frecuencia" multipolar en nuestro continente. La visión de Bolívar de una América unida y soberana era una idea adelantada a su tiempo, un "orden cuántico" que buscaba la armonía y el equilibrio en la región. Lamentablemente, este sueño, como los antiguos códices mayas, fue saboteado por el naciente imperio estadounidense, que no podía permitir un polo de poder tan cerca de sus fronteras. La historia no se repite exactamente, pero sus principios subyacentes resuenan con fuerza. El sabotaje de ayer es, sin duda, el asedio de hoy.

En conclusión, la defensa de la soberanía de Venezuela es, en el fondo, la defensa de la multipolaridad. Es una lucha que, al igual que los constructores de Göbekli Tepe, no se libra por un territorio, sino por la alineación con un principio de orden superior. La verdadera fuerza reside en nuestra capacidad de activar la diplomacia de los pueblos para evitar que la "partícula del conflicto" se manifieste en el mundo físico.

El Ministro del Poder Popular para la Defensa, General en Jefe Vladimir Padrino López, y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) expresan su total e incondicional apoyo al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, manifestando su profunda lealtad al pueblo y sus instituciones.

El ministro Padrino calificó las acusaciones como una "aberración", una "inmoralidad" y una "falta de respeto" a la soberanía de Venezuela, rechazando de forma categórica la injerencia extranjera.

Por su parte, el Consejo Moral Republicano, integrado por el Contralor General Gustavo Vizcaíno, el Fiscal General Tarek William Saab y el Defensor del Pueblo Alfredo Ruiz, emitió un comunicado en defensa de la verdad. Rechazaron las falsas acusaciones contra el presidente de la república, Nicolás Maduro, calificándolas de un "absurdo mundial histórico" que se ha convertido en un argumento burdo para la intervención.

La FANB y el Consejo Moral Republicano reiteran su compromiso irrenunciable con la defensa de la patria, el respeto a su autodeterminación y la construcción de un mundo multipolar sin hegemonías. En toda Venezuela, se despierta el espíritu Caribe. Al unisono se oye.

*"Ana Karina Rote Tirao"*