Mario Moronta
Mechita y Amigos.
Mario, a quien conocí y quise bastante, venía padeciendo problemas serios de salud que tuvieron hoy su desenlace.
La última vez que hablamos fue en uno de los aeropuertos del Táchira. En esa ocasión recordamos hechos que enseguida comento.
Cuando corría abril de 1992 se arriesgó en una mediación entre dos facciones militares. Lo hizo junto con Arturo Sosa, Diego Padrón y el padre Olaso. Fue una reunión muy tensa que duró desde la madrugada hasta la medianoche.
El tema era el traslado de oficiales presos, desde el cuartel San Carlos a la cárcel de Yare. Las intervenciones de Mario fueron decisivas para que no se agravaran las cosas. Yo estaba presente en esa reunión que ha podido terminar en tragedia.
Por las horas que corren me he reafirmado en la vieja y actual expresión ´´Es de bien nacidos ser agradecidos´´. Eso es lo que esperamos de la gente buena.
Pues Mario terminó sus días, difamado y perseguido por aquellos a quienes auxilió en circunstancias muy difíciles, como la comentada. Esto es, por la pandilla de bribones que administra el estado.
Por contrario imperio de la afirmación que resalté arriba, toca decir que ´´Es de mal paridos ser desagradecidos´´. No se puede calificar de otra manera a los custodios de las puertas del infierno que actualmente secuestran a civiles y militares de la República.
Lo que hoy importa es que Mario, como dice Agustín de Hipona, pasó a vivir en la habitación de al lado; sabe de las miserias de los miserables de mala entraña, pero su alma marcha hacia estadios superiores y elevados donde se decantan con claridad a los viciosos, y se alienta a quienes impulsan las mejores virtudes.
Nos toca un sentido abrazo por Moronta, siempre comprometido con la Justicia Social.