Descubre y sigue tu sendero

Estas son reflexiones como un trazado de proposiciones y precisiones, que puestas en tensión, ejercen lo que ocurre cuando ajustas las cuerdas o el cuero en un instrumento musical, para que su vibración emita los sonidos acordes al oído, al corazón o conectarse con todas las células del cuerpo, conectando contigo mismo, a partir de las enseñanzas que se reciben y los aportes que se transmiten entre todos. De ahí que se produzcan comunicaciones como estas ideas y conocimientos sin dogmas, sino actos de creación continua, convirtiendo cada experiencia, cada emoción, cada pensamiento, en materia prima con la cual vamos a esculpir nuestro mundo interior y de rebote, al mundo que nos rodea. Se trata si así lo estimas, de honrar lo trascendente, las tradiciones y los guías que te mostraron el mapa y los posibles senderos, que se deben revisar con los ojos abiertos de la tuición, y ser capaces de reconocer aquello que resuena, soltando aquello que te retiene y te ata a lo imposible, como la propia realidad que se debe identificar en sus partes para comprender el todo. Esto ocurre desde las enseñanzas que sientas vivas en ti, examinándolas a cada instante, pues van a modelar tu percepción sobre ti mismo y tu realidad. Puedes transformarla si practicas en ello a través de mantras, gestos rituales o metáforas visuales para alcanzar un objetivo propuesto.

Existen muchas herramientas para ir profundizando desde tus vivencias, propósitos como para empezar con tus intenciones, meditar es una, aprendiendo a disolver, no a retener lo aparente, para que se comprenda, es como separar al sujeto del objeto, a partir de la contemplación, por tu atención en la atención, en el aliento, hasta lograr que se haga consciente esa reflexión diaria, en un diálogo interno. Tres preguntas pueden ser clave, ¿quién soy?, ¿qué siento?, ¿qué hago? Como un diálogo socrático interno, desenmascarando las creencias y sus limitaciones, planteándose una afirmación central y descartando las objeciones. Se trata de un arte espontáneo para conectar con lo que está como el abismo frente a nosotros mientras al mismo tiempo nos observa. Es dibujar modelando sin planificación previa, sino dejando que el pincel fluya y muestre las formas y sus contenidos. Se trata de integrar el microcosmos y el macrocosmos en la danza perpetua de la partícula en ondas de singularidad, como el viento solar en el espejo mental, haciendo operativa tal visión, que irán surgiendo al adoptar a diario ese ejercer la contemplación como un todo al observar el cielo nocturno con sus destellos y su oscuridad entre los pixeles de tu propia conciencia. Es indagar la fenomenología implícita, un registro de lo que resuena, como si de avizorar lo que los sentidos comunican al cerebro, mostrando los aspectos de ti mismo al tener las experiencias de las sincronicidades diarias, las conexiones que posibilitan lo probable y lo improbable entre los sucesos y lo que acontece en tu interior y lo exterior que hayas creado en tu imaginación.

Lee todo lo que puedas que te sirva para tu exploración personal, persiste, sé constante, llegarás al momento crucial de apreciar por ti mismo y elegirás lo apropiado. Revisa a Plotino, Las Enéadas, tratados filosóficos influyentes en Occidente, particularmente entre los padres de la Iglesia, Gregorio de Nisa y San Agustín, a través de Marius Victorinus. Lo más expresivo del platonismo. La emanación de lo Uno y el regreso al origen. O a Dōgen y el concepto de ujōdo, la vía del universo en un grano de arena, del maestro Zen japonés, en su obra Shōbōgenzō, que enseña a interconectar todas las cosas, idea de la coexistencia de lo infinito y lo finito en perfecta armonía. Si bien el término ujōdo no es explícito en sus textos, sería tal vez la relación de su visión de la realidad y la naturaleza del universo. Sus metáforas son poderosas expresiones de su visión, la más resonante, la idea del universo entero en un grano de arena. Refleja su enseñanza que cada elemento del mundo contiene la totalidad del cosmos. Es su perspectiva la no separación de lo grande o lo pequeño, lo eterno o momentáneo; todo es interrelación en la red infinita de ujōdo, una interpretación de la vía de la existencia o el camino que conecta todas las cosas. La práctica del Zen no es un escape del mundo, es comprenderlo a cada instante, en cada objeto, por insignificante es una manifestación completa de la verdad universal, lo que se alinea con su concepto shikan taza, solo siéntate, práctica meditativa que no busca lo externo, sino que es en sí misma la realización del universo. Busca la profundidad, la totalidad, cada aspecto de vida continúa, recordando que lo infinito es presencia en lo ínfimo y cada instante la puerta a la verdad absoluta. En David Bohm, La totalidad y el orden implicado, ensayos del universo como holograma multidimensional, existencia de otras dimensiones más complejas, por encima de los elementos cuánticos. Su hipótesis formula ciertas variables ocultas. Obra fundamento del nuevo paradigma científico que propone nada menos que un nuevo modelo de realidad, desde una interpretación original de la física cuántica, el modelo holográfico de K. Pribram y la filosofía de la conciencia de Krishnamurti. Universo holográfico multidimensional y la conexión con la mente; implica la cuántica como analogía de tu propia interdependencia.

En el Hinduismo Maya o Ilusión son conceptos fundamentales y a la vez la práctica y búsqueda espiritual, autoconocimiento y comprensión profunda de la realidad, ejes centrales de la filosofía desde tiempos inmemoriales, de lo misterioso surgido en esta tradición en la que destaca la noción de Maya, asociada con la ilusión, de cómo afecta nuestra vida y qué caminos propone el hinduismo para trascenderla, como la meditación como exploración del origen, significado y práctica, que entrelaza filosofía, psicología y espiritualidad en sus textos más relevantes. Maya, del sánscrito y raíz etimológica en textos védicos más antiguos, donde ma es medir, crear o fabricar, por lo que Maya se relaciona con el poder de crear formas, hacer que lo irreal sea real. Por medio de su Maya, el dios Indra creó los mundos. Rig Veda, 10.55.5. La habilidad divina de proyectar la manifestación. En el jainismo Maya significa apariencias o engaños, impidiendo a Samyaktva o creencia correcta; o es una de las tres causas del fracaso en alcanzar la creencia correcta. Los otros dos, Mithyatva o creencia falsa y Nidana el anhelar fama y placeres mundanos. El concepto de Maya se relaciona estrechamente con Mithyatva. Más que propuestas es explorar con pasión esa arquitectura del ser que se convierte en un laboratorio simbólico de un viaje interior, diseñando los espacios donde se refleja el pulso de tu conciencia, trazando los planos inmateriales desde tus hallazgos místicos, como una cartografía del ser.

Has aprendido lo que te enseñaron, si has conseguido desarrollarlo, déjame decirte que apenas es el iniciado de un camino que recorres sobre los pasos de tus antepasados que genéticamente siguen en tránsito contigo, según las tradiciones y lo trasmitido como agregado. Ahora, de lo que se trata, es de lo que te toca, es decir, trazar tu propio sendero, uno y único que existe, tu verdadero, absoluto, imprescindible, a través del cual, si quieres encontrarte contigo mismo y descubrirte desde lo que está y hace que seas. Tienes que comenzar a dar tus primeros pasos, aprendiendo desde ahora lo que es la vida, el inmenso e inconmensurable contacto con el cosmos como posibilidades ideales, fantásticas, materiales y concretas, abstracciones imaginadas desde los pensamientos concibiendo algo sustantivo, en espacio y tiempo, pasado, presente y futuro, uno siendo, la partícula y su singularidad, el medrar como naturaleza, ser físico en trascendencia perpetua, desde que surgiera de la conciencia primigenia aconteciendo tanto dentro, como fuera de sí misma. Abre tu tercer ojo y lo verás todo, lo oirás todo, lo tocarás todo, lo saborearas todo, lo sentirás todo, lo dirás todo, lo cargarás todo.

Si eres capaz de seguir tu propio destino, el que hayas elegido, te darás cuenta más temprano que tarde, de ti mismo depende que sea universo, o si lo prefieres existencia plena de experiencias vividas. Tú lo crees y tú lo creas, eres el observador, despierto o dormido, será tu propio sueño que se está realizando, dándote cuenta. Porque aquí nada sabes en realidad, allá se abrirán todos tus sentidos como la plena y absoluta totalidad como el infinito considerado entre todos a la vez, como uno solo, plasmando tal cual lo real, la realidad y lo trascendente en la pantalla de tu mente, donde el reflejo en el espejo es lo que no acontece, sino es la creencia de lo que la luz refracta y proyecta sobre los objetos ficticios. Lo que se conjuga en tu cerebro, todas las funciones de los órganos en una función armónica, cognitiva, aquello que intuimos como ideas y lo que percibido como siendo. Es entonces que sabrás que no es tal, que no es nada, porque lo que era dejó de ser, algo pues no ocupa espacio porque ni espacio hay.

Si quieres saber más, solo depende de ti, tienes las herramientas necesarias, tus facultades, y el sendero que transitarás, el que te llevará hacia la profundidad de tu abismo, el que frente a ti se dimensiona a tu medida, con tus necesidades, posibilidades, mientras permanezcas afuera, donde requieres estar compensado , tratando de llenar el vacío que te perturba, la tristeza que te embarga, la alegría que te extasía, la felicidad que te colma, o lo contrario, porque hay puertas que se abren y se cierran, y es bueno o malo, blanco o negro, fiel o infiel, pacífico o guerrero, honesto o deshonesto, ser humano o ente no humano, mortal o inmortal. Pero es lo que está no lo que es, es lo singular manifestándose, tomando forma, complementándose desde su cualidad, su sensibilidad, sus cambios sutiles e imperceptibles, sus sombras que sólo se captan dependiendo de qué lado está la luz. Es la brizna que es movida por la fuerza del viento impulsado por la tormenta que se generó en el sol hace ocho minutos y llegó a la tierra. Es una danza perpetua donde todos aprendemos a llevar el ritmo como posibilidades interdependientes, que nos invitan a ser parte como añadido y fundamento del otro, de la otra, de lo definitivo cuando todo se vuelve uno potenciado, oportuno, sólo comprensible si te integras a la impermanencia.



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Franco Orlando


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