Eliminación del enclave capitalista venezolano: recuperación de nuestros puertos y aeropuertos

La opinión de la mayoría de científicos sociales dedicados al análisis de la crisis estructural que vive actualmente el capitalismo, están de acuerdo en una premisa básica: estamos viviendo la fase final de la formación social capitalista y la transición hacia una nueva que no sabemos todavía como se va a estructurar. Muchos científicos sociales han introducido en dicho análisis los denominados ciclos logísticos de Kondratieff los cuales resultan de reorganizaciones sustanciales de las relaciones sociales para lograr una acumulación continua de capitales las cuales, cuando se realinean generan prácticas de producción y consumo significantemente diferentes que terminan por alterar el mundo material. En la antigüedad (siglos XIX y XX), las tácticas para resolver las crisis del capitalismo – las que Rosa Luxemburgo denominó consustanciales a ese sistema socioeconómico- expresadas en los ciclos logísticos de Kondratieff, se fundamentaron en la reorganización de la fuerza de trabajo y de los centros de trabajo y en la creación y/o búsqueda de nuevos mercados. La penetración de nuevos mercados es o era importante para resolver las crisis de sobreproducción y/o disminución del consumo de bienes vía la colonización, neocolonización o globalización, como manera de penetrar y dominar los pueblos que estaban en la periferia del mundo capitalista central. Los ciclos de Kondratieff se han asociado con las crisis de crecimiento del sistema capitalista desde 900 años después de Cristo hasta 1950 de la era cristiana. Dichos ciclos logísticos de expansión y contracción de alrededor de 200-300 años de duración y los ciclos de negocios de 1 a más o menos 15 años, comienzan a computarse en Europa desde 900 a 1300 después de Cristo, cuando se inician tanto la Alta Edad Media (fase de transición) como el desarrollo del Capitalismo Mercantil. Algunos investigadores sociales neoliberales consideran que el actual ciclo o fase de contracción del capitalismo que se inició alrededor de 1970 es una especie de “accidente técnico” o “ciclo de negocios” que podría solventarse en unos dos o tres años. Otros como Wallerstein consideran que se trata –por el contrario- de una crisis estructural sistémica, de la fase terminal del capitalismo. La disolución del american way of life, consecuencia directa de la destrucción ineluctable del sistema financiero y productivo estadounidense, ha creado un inmenso hueco negro que se esta tragando las estructuras mundiales del capitalismo. A diferencia de las épocas anteriores, el ciclo actual de contracción expresa el colapso de la formación socioeconómica capitalista. Esto alude igualmente al colapso de los enclaves capitalistas creados por el Imperio en los países de su periferia, como es el caso de Venezuela. El colapso de la IV República que hace crisis en 1989 y el ascenso al poder del Presidente Chávez y la Revolución Bolivariana a partir de 1998, son expresiones del ciclo logístico de la Historia Universal que anuncia la desaparición del Viejo Orden y el nacimiento del Nuevo. Aquella gran historia tiene su correspondencia en la pequeña historia, en la vida cotidiana. En el momento presente, la pequeña historia se expresa en la necesaria destrucción de las mafias fascistas de narcotraficantes, contrabandistas y corruptos de la oposición venezolana que se habían adueñado de nuestros puertos y aeropuertos, patrimonio social inalienable del pueblo venezolano. Preguntarán los lectores: ¿Que tiene que ver este hecho con los ciclos de Konfratieff? Los teóricos del neoliberalismo, desde su dogmática visión de la historia, consideran que la solución del actual “accidente técnico financiero” se resolverá reorganizando la producción y la fuerza de trabajo y recapturando nuevos mercados. El control de los puertos y aeropuertos de países como Venezuela por las mafias apátridas de la oposición, es estratégico para el logro del objetivo que lleva implícita la destrucción de gobiernos progresistas como el del Presidente Hugo Chávez. Por esta razón, la neutralización y/o erradicación total de dichas mafias es históricamente necesaria para el éxito de las medidas anticrisis expuestas por nuestro presidente y la consolidación de la alternativa socialista venezolana del siglo XXI.

mario.sanoja@gmail.com



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Mario Sanoja Obediente. Iraida Vargas-Arenas

Escritor, antropólogo y docente universitario


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