Alimentar el monstruo

Para que se recupere y vuelva a las andadas. Si no fuera porque están en juego una vez más la vida de millones de personas, uno pudiera repetir 20 veces G, G, G…para reírse de la farsa del G20. En dos platos se reunieron para juntar dinero (de los más pendejos) y dárselo a los mismos entes que originaron la crisis (los más vivos).

Luego vino la “foto de familia”. Caimanes y caimanas  apelotonados en un mismo charco, mostrando los colmillos y  sus lágrimas de cocodrilo por la emoción del “consenso”. Después, la gala imperial, Todos haciéndose los musiús y rindiéndole pleitesía a una  vieja cacatúa de sangre avinagrada pero azul.  

Los directores del FMI deben estar cagados de la risa por tan fácil y pingüe   bolsa para llenar sus famélicas arcas. Alimento fresco para el monstruo neoliberal desde sitios inesperados: Latinoamérica. Ese engendro no va a cambiar  su visión del mundo, solo por que ahora consiga con préstamos lo que antes nos arrancaban con lascivia. 

Una verdadera burla en tiempo real y a “escala planetaria”, resultaron las palabras del presidente de Francia, “Sr. Spock” Sarkozy. Eso de que se acabarían los paraísos fiscales fue uno de los mejores chistes. Primero habría que acabar con todos los capitalistas, narcotraficantes y corruptos del mundo para que desaparezcan tales paraísos. 

El monstruo neoliberal engangrena todo lo que toca o se le acerca. Su pestilencia cunde en el Norte, pero desde Inglaterra nos lo quieren vender en el Sur como perfume europeo en frasquito de cristal. Trata inútilmente de transformarse en pacífica paloma ¿con qué moral pretenden decirnos que han cambiado, cuando su acuerdo no incluyó una estrategia específica para contrarrestar el efecto del descalabro económico global sobre los pueblos empobrecidos por ellos mismos? Solo buscan restablecerse para evitar los cambios que se están dando en todos los órdenes. La implosión de las superestructuras imperiales es irreversible. En el espíritu de sus “líderes” no está la vocación humanista 

El G20 incluye a los países más guerreristas del planeta. Solo Estados Unidos tiene alrededor de medio millón de soldados en todas las bases que tiene regadas por el mundo. Mala junta esa. Mala señal además, que se pretenda curar la rabia neoliberal, dándole de comer a sus pitbulls. 

Y me da la impresión de que hay nuevos cachorros. Veremos que pasa  en la cita de Trinidad y Tobago. Pudiera ser que al contrario de lo que ya gestó como matriz de opinión, sea  Obama quien  no pueda contenerse y se le salga el tufillo de su predecesor. 

pladel@cantv.net




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Plácido R. Delgado


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