Detalles indiscutibles y discutibles

La política es la historia que se está haciendo o que se está deshaciendo”

Andre Malraux


Nadie discute que Chávez, producto de su responsabilidad y condición de líder indiscutible de todo este proceso de cambio, tiene una gran facilidad y capacidad para transformar las palabras en un mensaje que se convierte en una poderoso instrumento para entusiasmar a las personas e involucrarlas en el proceso de cambio que vive país. Sin embargo, esa condición no determina, que todos los mensajes que “suelta” Chávez en sus discursos y arengas, aunque tengan una determinada direccionalidad social y suenen bien en nuestros oídos, sean mensajes con sentido para captar voluntades ausentes del proyecto bolivariano. Sin el concurso de una parte del “otro”, el proyecto rededuce su viabilidad. Eso debe ser discutido.

Nadie discute, que el proyecto bolivariano nació y se ha desarrollado como un proyecto político para la inclusión social, pero ese noble objetivo, no impide que desde el mismo proceso bolivariano se presenten ideas u opiniones que abren una puerta para la exclusión de un segmento social, que es necesario tener cerca para darle mayor fortaleza al proyecto. Es cierto y discutible, que una parte importante de la clase media venezolana se siente y se creen unos potentados, pero la oposición sabe que no lo son y se aprovechan de algunos términos y señalamiento que Chávez formula para hacer efectiva una campaña de miedo, que posteriormente refuerzan con las manipulaciones mediáticas. Todo la propaganda que lanza la oposición para sostener que el proyecto pretende dejar a los ciudadanos sin casa, bodega, carro y negocio, es parte de de una manipulación que Chávez contribuye a realizar

Nadie discute, que el proceso revolucionario tiene un procedimiento democrático para seleccionar y escoger su dirigencia y candidatos, pero eso no es razón para no dejar de discutir, que en la conformación del partido (PSUV) estuvo presente la dedocracia. Los candidatos, aún con primarias democráticas tienen su respectivo pedazo de dedo y ese hecho permite desmontar la afirmación, según la cual, toda “elección” hecha desde la base, debe ser leída y entendida como parte de la democracia participativa y protagónica. Hoy se tiene un PSUV con programa, estatutos y otros asuntos, pero debe discutirse a fondo el desempeño del PSUV, porque lo vemos junto y revuelto con el gobierno, despachándose y dándose el vuelto y ahí la contraloría social es “caca”: la Contraloría y las tres “erres” No pasarán

Nadie discute que Chávez tiene grandes y buenas ideas. Nadie discute además, que Chávez es una persona profundamente honesta, pero eso no es suficiente. Necesitamos que ese profundo nivel de honestidad, creatividad y entrega por el país se deslice hacia abajo como un gran salto Ángel. Sin bien es cierto que nadie puede discutir la condición de honestidad y entrega de Chávez por el país, es muy discutible, la cantidad proyectos personales que existen y que parecen “rojo rojito”, pero pueden ser “verde verdecito”.

Nadie discute que la idea de las tres “erres” fue una oportuna propuesta de Chávez, pero eso no supone que por obra y gracias del espíritu santo, la revisión, reactivación y reimpulso sea viable. Las tres “ERRES” sucumbió ante: “hazte el loco” y condujo a que esa extraordinaria idea se haya quedado engavetada. No es nuevo esa manía o costumbre de desechar la propuesta contralora de Chávez. Si recordamos, Chávez también sugirió eso de la contraloría social y hasta ahora, lamentablemente tenemos que acudir al filosofo de Rubio para decir: “ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”.



evaristomarcano@cantv.net


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Evaristo Marcano Marín


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