Explicaciones y precisiones

Pocas veces un comentario en esta página había generado tantas reacciones como el relativo a la estructura de la votación del 15F, lo que me obliga a ofrecer algunas precisiones solicitadas. En primer lugar, ¿por qué se le asignó 100% de los votos al NO en el sector A-B, de mayores ingresos? Como escribe Gustavo J. Mata, "lo del 100% para el NO en los estratos I y II, habría que tomarlo como mas o menos el 100%". Así es. Por supuesto que un porcentaje de 8,2% de los estratos I y II votan por el SÍ, pero lo supongo tan insignificante que preferí sumarlos al NO. "¿Cómo es que los niveles D y E aparecen casi exactamente iguales?", me pregunta un lector. Usé los reconocidos estudios de Fundacredesa del año 2001: 39,2% del E y 40,7% D; como ven, apenas se diferencian, y aunque en los últimos años ha disminuido el sector E, de los más pobres, no pude obtener el porcentaje, pero no creo que la variación sea muy reveladora.

En cuanto a los factores que explican la votación del NO entre los estratos D y E (más de tres millones), además de los señalados el domingo pasado, me advierten razonablemente sobre el factor cultural, son varias décadas de democracia representativa, de IV República, de prédica anticomunista, etc., que tienen que haber contribuido a formar conductas, maneras de pensar y de opinar, nada fáciles de erradicar.

Omar Marcano hizo circular por Internet una fundamentada opinión sobre la influencia de los medios, particularmente de la TV, que el Minci debería conocer.

Son ocho millones de venezolanos que reciben mensajes de la TV por suscripción, pero esa cantidad aumenta a 13 millones si se suman los ilegales, y se estima en 10 millones esos televidentes en niveles D y E. Muestra zonas en todo el país donde no llega la TV de señal abierta, pero ¡sí la de suscripción! El caso de la radio debe merecer estudio especial, aunque hoy no se sabe hasta dónde llega su capacidad de influir en la formación de las opiniones y de las conductas de la gente. No existen estudios de esa influencia, ni siquiera mediciones confiables de su penetración, pero es de suponerlo con las centenares de emisoras AM y FM. Y ahora vale la pena preguntar ¿se han estudiado los contenidos, alcances y la eventual influencia de las radios comunitarias? Y a propósito, ¿cuántas se parecen a las radios comerciales? En fin, creo que se trata de un asunto que merece el mayor análisis.


Corridas bancarias

No sé hasta dónde llegarán las investigaciones sobre las corridas bancarias de jueves y viernes, si conocerán sus orígenes. Y sorprende saber que en la Fiscalía General no han abierto ninguna averiguación, pero en la Asamblea Nacional anuncian que investigarán esa campaña contra la banca.

Todo hace suponer que tiene tinte político, desestabilizador y, eventualmente, hay intereses empresariales. Ese terrorismo bancario lo intentan en momentos de mayor solidez del mundo bancario y del sistema financiero; cuando más altas son sus ganancias.

Han estado precedidas de rumores sobre estatización de algún banco o de establecimientos de mecanismos como el "corralito" argentino para congelar depósitos. No hay razones para ninguna de esas medidas.


El Caracazo

En un reportaje que publiqué el 25 de febrero de 1990 en el Suplemento Cultural de Últimas Noticias, se lee un párrafo: "Dos mil 892 comercios saqueados, entre ellos 900 bodegas en Caracas y el Litoral, 131 abastos y 60 supermercados: pérdidas por seis mil millones de bolívares, incluyendo los de Aragua y Carabobo, de las cuales la mitad estaban asegurados, es el balance de las pérdidas materiales".

Ese fue el inventario del Gobierno, pero en cambio no fue posible conocer la cifra de los muertos. Resulta increíble que veinte años después del Caracazo, no se sepa cuántos venezolanos murieron víctimas de la indiscriminada represión del Ejército, la Guardia Nacional y las fuerzas policiales. Al gobierno de Pérez le interesó más conocer cuáles habían sido las pérdidas materiales.


Desestabilización

Desde Asunción y La Paz llegan noticias de cómo se conspira para desestabilizar y, eventualmente, derrocar los gobiernos de Fernando Lugo y de Evo Morales. En Paraguay se mueven las fuerzas de derechas, las del llamado stroessnerismo, militares como el influyente general retirado Lino Oviedo. Simultáneamente a esa conspiración denunciada por el presidente Lugo, se trama una acción en el Senado, donde tienen amplia mayoría, para separarlo de su cargo. El pueblo ha sido advertido.

Por su parte, Evo Morales fue preciso en sus denuncias sobre la penetración de la CIA en el Ejército y en la empresa petrolera del Estado, y ordenó la expulsión de un funcionario de la embajada estadounidense, agente de la CIA.

Antes lo había hecho con el mismo embajador.

Pero esa gente no descansa. Hace poco de Ecuador fue expulsado el segundo hombre de la Embajada de EEUU en Quito, de la CIA, por acciones atentatorias contra la soberanía de ese país.

No se crean que sólo se mueven en Paraguay, Bolivia y Ecuador.

edrangel@cadena-capriles.com


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Eleazar Díaz Rangel

Periodista egresado de la UCV. Ganador del Premio Nacional de Periodismo y menciones en diversas especialidades. Es Director del diario Últimas Noticias desde el año 2001. Profesor titular jubilado de la universidad central de Venezuela, cuya escuela de comunicación social dirigió (1983-86). Presidente de VTV 1994-1996. Presidente de la asociación venezolana de periodistas.

 edrangel@grupo-un.com

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